Josu Zabala
Lunes, 2 de octubre 2023, 16:39
Una parte del brillo de Beasain se ha apagado, y con ello, parte de su historia y de su esencia. Isabel Imaz, la inolvidable alma mater de de la carnicería Olano, ha fallecido este lunes.
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Quienes han tenido el privilegio de conocer a Isabel siempre recordarán su característico cabello dorado, así como su pequeño Citroën ascendiendo por la cuesta de la plaza. Su sonrisa permante y sus ojos azules que parecían capturar la esencia misma de Beasain, dejaron una huella imborrable en todos los que la conocieron. Su presencia irradiaba calidez y alegría entre los clientes de su carnicería, donde su pasión por su trabajo y su comunidad era palpable en cada gesto y conversación.
Isabel Imaz trascendió su papel como carnicera; se convirtió en una embajadora de Beasain en el mapa de Gipuzkoa, Euskadi, y más allá, a nivel estatal e internacional. Su carnicería, ubicada «desde el origen de los tiempos» en el corazón de la villa vagonera, se ha convertido en un punto de referencia para aquellos que buscaban las famosas morcillas de Beasain, las elaboradas por los Olano-Imaz. Con incansable dedicación, Isabel llevó este producto local a un gran nivel.
Ganadora del concurso local de morcilla en las últimas nueve ediciones, Isabel Imaz y su familia irradiaban felicidad y orgullo por cada victoria, y su entusiasmo por mejorar su producto nunca disminuía. Su determinación y amor por las morcillas de Beasain se tradujeron en una impresionante colección de premios, en su localidad y fuera de ella.
Pero Isabel no solo conquistó los corazones de los beasaindarras; también deleitó los paladares en Zumarraga, Ordizia, Ormaiztegi, Zarautz, ... y más allá. Su legado es un testimonio de cómo una mujer fuerte y trabajadora puede escribir una parte importante de la historia con su propio esfuerzo y dedicación.
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Hoy, Beasain llora la pérdida de una de sus figuras más queridas. Con Isabel Imaz se va una pequeña parte de la identidad de la comunidad local y cada uno de los beasaindarras. Su sonrisa, su pasión y el amor por su tierra serán siempre recordados, así como su legado.
De parte de los beasaindarras, descanse en paz, querida Isabel. Tu sonrisa seguirá brillando en el recuerdo y corazón de todos los que tuvieron el privilegio de disfrutarte.
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