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«Siempre hago lo que puedo por volver, Beasain sigue siendo mi hogar»La beasaindarra Marta Saéz, a sus 29 años, lleva residiendo en la localidad irlandesa de Cork desde hace más de ocho años, donde trabaja en la multinacional Apple. Estudió Traducción e Interpretación en la UPV/EHU y durante la carrera tuvo la oportunidad de ir ... gracias a la beca Erasmus a Limerick, Irlanda, donde empezó «a enamorarme del país y de su cultura». Al finalizar la carrera, decidió continuar explorando otros países y se fui a Lille, Francia, con el programa Europrof, para trabajar como asistente de conversación. Hasta que le llegó la oportunidad de volver a Irlanda.
– Lleva en Irlanda desde 2017. ¿Qué le ha llevado allí?
– Actualmente vivo en Cork, una ciudad que se ha convertido en mi hogar desde que me mudé aquí en septiembre de 2017. Vine inicialmente para realizar un posgrado en Lenguas Avanzadas y Comunicación Global, que resultó ser una experiencia enriquecedora tanto a nivel académico como personal. Como parte del programa, realicé unas prácticas en Cork, y al final decidí quedarme para probar suerte en el ámbito profesional. Desde 2019, tengo la suerte de trabajar en la multinacional Apple, cuya sede europea también está en esta ciudad.
– ¿Por qué decidió viajar allí? ¿Es como se lo esperaba?
– Desde que viví en Limerick durante mi Erasmus, tuve claro que quería volver a Irlanda algún día. Me fascinó la calidez de su gente, la tranquilidad de su estilo de vida y la belleza de su entorno natural. Decidí mudarme a Cork porque sentí que era una ciudad con muchas oportunidades para estudiar y trabajar. En cuanto a si es como me lo esperaba, puedo decir que no me llevé grandes sorpresas. La gente es muy amable y acogedora.
– ¿Cuánto tiempo lleva lejos de Beasain?
– Llevo viviendo fuera de Beasain desde 2016, cuando me fui a Lille a trabajar como asistente de conversación. Después de ese año, decidí trasladarme a Cork para realizar el posgrado y desde entonces no me he movido de aquí. Han pasado ya varios años, pero sigo teniendo muy presente mis raíces y siempre intento volver a casa cuando puedo.
– ¿Cómo es vivir lejos de su tierra? ¿Se lleva bien?
– Vivir lejos de tu tierra nunca es sencillo, especialmente cuando se trata de estar lejos de amigos y familia. Aunque me he adaptado bien a mi vida aquí, muchas veces echo de menos poder estar presente en eventos importantes como cumpleaños o celebraciones familiares. A pesar de eso, intento compensarlo visitando Beasain en fiestas, Navidades y siempre que puedo organizar un fin de semana largo. Es un equilibrio que, aunque no perfecto, funciona.
– ¿Es fácil mantener el contacto con los que le rodeaban aquí? ¿Con quién lo hace y cómo?
– Gracias a la tecnología, hoy en día es mucho más fácil mantener el contacto con los que están lejos. Con mi familia, por ejemplo, hago videollamadas regulares, especialmente con mi sobrino, mis padres y mi hermana. Con mi cuadrilla tenemos grupos de WhatsApp en los que estamos al día de todo lo que pasa. Además, algunos amigos se han animado a visitarme aquí en Irlanda, lo que me ha permitido enseñarles mi vida y mis lugares favoritos.
– ¿Se le hizo difícil dejar su casa?
– Aunque siempre he sentido una gran curiosidad por viajar y conocer otros lugares, despedirme de Beasain no fue fácil. Pensé que sería algo temporal, pero los años han pasado y sigo aquí. Lo que lo hace más llevadero es la sensación de que, cuando vuelvo, todo sigue igual en cuanto a las relaciones con mi gente. Eso me da tranquilidad y me hace sentir que, aunque viva lejos, siempre tengo un lugar al que regresar.
– ¿Hay algo que vea día a día que le recuerde a Beasain? Un objeto, persona, tradición...
– Siempre intento rodearme de pequeños detalles que me recuerden a Beasain. Todos los años me traigo el calendario del Ayuntamiento, que cuelgo en mi casa en Cork. Además, tengo el pañuelo de las fiestas y fotos de mi familia y mi cuadrilla decorando mi habitación. Son cosas simples, pero que me conectan con mi tierra y me hacen sentir cerca de casa.
– ¿Qué es lo que más echa de menos?
– Lo que más echo de menos, aparte de mi familia y amigos, es el ambiente de los fines de semana, especialmente el poteo. Me encanta la costumbre de ir de bar en bar, o incluso disfrutar al aire libre si hace buen tiempo, algo que no es tan habitual aquí. El clima en Irlanda no acompaña mucho, ni siquiera en verano, así que esos momentos son algo que valoro mucho más ahora.
– El pintxopote es un clásico de Beasain y una forma de socializar. ¿Cómo se socializa allí? ¿Hay algo parecido?
– El pintxopote es algo muy especial y único, y aquí en Irlanda no hay nada parecido. Sin embargo, los irlandeses tienen su propia manera de socializar en los pubs. Da igual el día o el tiempo que haga, siempre es un buen momento para reunirse con amigos alrededor de una pinta. Es una tradición muy diferente, pero igual de importante para ellos.
– Si pudiera elegir, ¿volvería ahora a vivir a Beasain? ¿Y en un futuro?
– Por ahora, no volvería. Mi vida, mi trabajo y mis objetivos actuales están aquí en Cork, y estoy muy contenta donde estoy. No obstante, no descarto la idea de volver en el futuro si encuentro una buena oportunidad profesional y me interesa el cambio.
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