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agurtzane nuñez
Miércoles, 9 de diciembre 2020, 06:30
Quizás porque está en el centro de Gipuzkoa, a 500 metros de altitud, quizás porque el pueblo más cercano está a seis kilómetros, con Tolosa y Azpeitia a más de diez, pero lo cierto es que Beizama es el único pueblo de Gipuzkoa en ... el que no ha habido ningún caso positivo de Covid-19 hasta la fecha. «Será que hemos cumplido bien las normas, sin confiarnos», indica José Luis, que regenta junto a su mujer y su hija el Ostatu Zaharra, el único bar del pueblo, que ahora está cerrado.
Desde el pasado mes de marzo, cuando se declaró el estado de alarma y se decretó el confinamiento, ningún vecino de Beizama se ha contagiado. El alcalde, Peio Otaegi, cree que «vivir en el monte tiene algunas ventajas. Muchos caseríos hacen su propio pan, hay varios pastores que hacen queso, muchos tienen vacas o corderos para casa, gallinas y también huerta. Eso ya nos evita tener que comprar algunos productos y nos ha protegido».
El responsable del Ostatu explica que en su caso es su mujer la que baja a hacer la compra casi todos los días. «Siempre hay algún encargo para hacer, y ella es la que baja. Si no, intentamos salir del pueblo lo menos posible. No salimos a nada más».
La mayoría de los vecinos bajan todos los días a Azpeitia o a Tolosa a hacer los recados o compras que necesitan, dos localidades que han tenido altos índices de contagio que sin embargo no han llegado a Beizama. «En el pueblo no tenemos tienda y tenemos que bajar casi todos los días, pero intentamos que sea cuanto menos», indica el alcalde. «Si haces caso y cumples las normas, te pones la mascarilla y tienes cuidado a dónde vas, al final da resultado», subraya.
En cuanto a los vecinos, «han cumplido bien las normas, se han portado», ya que tienen claro que muchos de sus 167 habitantes son personas mayores, «y no se puede andar de broma con este tema», indica Otaegi.
Eso sí, en los últimos meses han notado el incremento de visitantes, que no siempre estaban tan concienciados. «La mayoría cumple las normas pero hay algunos a los que hemos tenido que llamar la atención y decirles que las medidas son para beneficio de todos. El fin de semana, por ejemplo, sí que se juntó bastante gente en el alto de Santa Ageda para jugar en la nieve», explica. Lo que sí ha notado el alcalde es el creciente interés en ir a vivir al pueblo, ya sea por el confinamiento o no. «Estamos haciendo una promoción de casas y las hemos vendido todas. Parece que la gente ahora mira más al monte».
En el Ostatu Zaharra, José Luis recuerda que han tenido que llamar la atención a varios clientes por no usar la mascarilla. «La mayoría cumplen pero con algunos nos hemos tenido que enfadar; hay incluso quien cree que todo es mentira», lo que a su juicio «pone en riesgo a los demás. «En el parque, en cambio, los niños y los padres sí que han respetado las normas, manteniendo las distancias», explica.
Además del parque del pueblo, el Ostatu tiene un txiki-park cubierto, a la espera de que se abran de nuevo los establecimientos hosteleros. «A ver qué deciden en la reunión, pero si sólo dan permiso para servir en las terrazas aquí lo tenemos difícil», recordando que aunque los soportales del Ayuntamiento son cubiertos, están completamente abiertos por los lados.
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