Finas, alargadas, verdes, con un brillo especial y un poco picantes o mucho, en el caso de algunas,... son las características de las guindillas de Ibarra que están recogiendo esta temporada sus productores. Los responsables imprescindibles de la 'gilda' por excelencia están en plena campaña ... y cada minuto vale oro, ya que este año es una buena temporada. «Estamos contentos. Está siendo una temporada bonita de guindilla. Después de varios años un tanto tristes, la cosecha de este año está siendo muy buena, tanto en cantidad como en calidad», asegura Patxi Izagirre, presidente de Ibarlur Piparra Kooperatiba.
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El productor y miembro fundador de la cooperativa ibartarra reconoce que «este año el tiempo nos ha ayudado. Ha sido un verano seco y eso es bueno para la guindilla. Es un producto que necesita el calor del sol, y este año ha calentado mucho». Las temperaturas récord que se han registrado algunos días han hecho que de las plantas más expuestas al astro rey se hayan recogido «piparras más picantes de lo normal. Al que le gusten las guindillas un poco vivas está de suerte», reconoce Izagirre.
El productor y vendedor de planta de guindilla está inmerso en la campaña de recogida en sus terrenos de Ibarra. «Este es un sector duro. Nosotros empezamos a trabajar en el campo cuando éramos unos críos y aquí seguimos, aunque esta tarea te exige muchas horas de dedicación y trabajo». Sus manos son una muestra de ello. Curtidas por muchas horas de trabajo haga calor, frío o llueva. «Empezamos con la recolección a primeros de junio en las plantas de los invernaderos, y en julio en las que se encuentran al aire libre».
Este año todas las manos son pocas para recolectar piparra. En principio, las labores concluirán a finales de septiembre, aunque se pueden prolongar en octubre. «No es fácil encontrar gente que quiera trabajar en este sector. Tenemos grupos que vienen de Rumanía a la fresa de Huelva y cuando acaban allí, vienen a Gipuzkoa para trabajar recogiendo la guindilla. Después irán a la vendimia. Algunas de esas personas llevan ya 20 años trabajando con nosotros y se sacan un buen sueldo. Aunque muchos no se lo crean, pagamos bien. Por cada kilo que recogen les pagamos 1,8-2 euros, y en un día de ocho horas pueden recoger unos 60 kilos. El que quiera trabajar puede hacerlo recogiendo guindilla de Ibarra», asegura Patxi.
Una vez recolectada, la guindilla de Ibarra de Patxi Izagirre y sus socios es embotada en vinagre. Una docena de personas se encargan del proceso en la planta que tienen en la sede de la cooperativa. «La campaña de la guindilla de Ibarra da trabajo directa o indirectamente a unas cien personas», reconoce Aritz Izagirre, sobrino de Patxi e hijo de un fundador y miembro de Ibarlur piparra kooperatiba.
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«En estos momentos tenemos mucho trabajo porque seguimos con la recolección y estamos de lleno en el proceso de embotado, pero es lo que toca», asegura el ibartarra. Antes de embotar la guindilla de Ibarra «se limpia, se selecciona y clasifica y después se introduce en los botes». La selección es «exigente, ya que la guindilla debe cumplir unos requisitos como la medida. Si no, es retirada para su consumo en fresco. Solo la guindilla elaborada por la planta seleccionada como 'de Ibarra' y con un mínimo de 7 centímetros y que no exceda de 12 puede ser vendida con el sello de Eusko Label. Los ibartarras se toman muy en serio esta selección.
Aritz reconoce que «la apuesta de los ibartarras, no solo los miembros de nuestra cooperativa, sino de los demás productores de la localidad, fue la de encontrar la mejor semilla de guindilla de Ibarra y, tras diversos estudios realizados por especialistas, hemos logrado una guindilla de gran calidad, con una piel fina, una forma alargada, con un buen sabor y con un punto picante, pero no demasiado, aunque este año sea algo más alto de lo normal dadas las altas temperaturas que se han registrado. Esas altas temperaturas han hecho que las plantas no hayan sufrido algunos virus que las atacan, y que gracias a los estudios que están realizando en Neiker y otros laboratorios se están logrando erradicar».
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El futuro de la producción de la guindilla de Ibarra es incierto, como otros en el sector primario, pero de momento se mantiene. «Este año ya hemos recibido unos 18.000 kilos de los productores de la cooperativa Ibarlur y algunos agricultores de la zona y teniendo en cuenta los datos de otros años, para finales de la temporada se duplicará lo embotado el año pasado, por ejemplo. No nos podemos quejar. Siempre se logra vender lo que producimos, pero para eso es fundamental ofrecer un buen producto».
Este domingo, Ibarra será escenario de su feria especial. A lo largo de toda la mañana se podrán degustar las preciadas guindillas en su localidad de origen.
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