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Después de haber publicado tres novelas, Ricardo Gómez 'Ritxar' vuelve a las librerías con 'Bicis, drogas, oficinas' donde cambia el registro de la narrativa para adentrarse en el género del diario en primera persona. «Quería probar algo diferente a la novela, que sigo considerando el terreno de la ficción por excelencia. Así que durante el confinamiento de 2020 presté atención a lo que ocurría a mi alrededor, como por ejemplo al extraño comportamiento de quienes aplaudían desde los balcones, o a los DJ poniendo música para todo dios. Aquello me sirvió de catalizador para arrancarme con unas crónicas o memorias donde abordo cuestiones tan diversas como la política, el cicloturismo, la música, la lucha obrera, el egoísmo de una sociedad cada día más de derechas, pero, sobre todo y ante todo, el tóxico mundo laboral».
Además, el autor no pasa por alto cuestiones tan espinosas como la emigración en la Euskalherria de mediados de los 70. «Ser inmigrante, hijo de inmigrantes y de trabajadores, a no ser que seas un gilipollas acomplejado –apunta–, es motivo suficiente como para sentirte orgulloso de tu condición de clase. Lo de ser gallego no es meritorio. El nacimiento es circunstancial, pero ser emigrante es el resultado de haber nacido en un país empobrecido».
Si bien el mundo laboral es sin duda el leiv motiv de las novelas anteriores. «Las grandes fábricas, fijaos en sus pabellones y almacenes, además de su estética, reseña, no se diferencian demasiado de un acuartelamiento militar. El mundo laboral es una puta mili de 40 años de duración con su disciplina, ordenanza, reglamento, jerarquía, humor grueso y ratas miserables dispuestas a trepar un escalón en su estatus profesional».
Cuenta la escritora Naiara Puertas en el prólogo del libro, que los lectores de las novelas anteriores de Ritxar 'Gooolpe de vista' (2016), 'El fin justifica los miedos' (2018) y 'Los crímenes de la Vuelta 83' (2020), podrán observar de primera mano los cimientos de algo que es una constante en las mencionadas novelas: las miserias de las relaciones laborales, pero esta vez, sin chapa ni pintura, ya que nuestro héroe tragicómico se quita el disfraz (no le hace falta parapetarse en los protagonistas de sus novelas) porque, llegado a cierto punto en la vida, uno no tiene que disimular casi nada. «Cierto, enfatiza Ritxar. Lo único que puedo asegurar es que es lo más sincero que he escrito. Si uno no es capaz de sincerarse a la hora de escribir, mejor no hacerlo. Por eso estoy seguro de que va a divertir, sorprender y escocer por partes iguales».
En el libro hay espacio para la música y lo que supuso para Ritxar Gómez, su irreverente grupo tecno-punk 'Ciclos Iturgaiz' en compañía de su socio y amigo Mikel Aizpurua. También se habla de política, con alguna confesión sobre su militancia histórica que sorprenderá a más de uno, o su pasión por la bicicleta y por la práctica del ciclismo, al que considera su estudio itinerante, donde afloran las ideas.
El sindicalismo tiene su lugar, no en vano ha sido sindicalista, no liberado, remarca, durante 17 años. 'Sindicalista quemado' lleva el título de uno de los capítulos. «Es que las relaciones laborales son una mina de abundante material literario que uno no debe desperdiciar» afirma.
Un dietario, en definitiva, con abundante retranca, mucha mala leche y más humor negro. «Es que rezuma mala baba por los cuatro costados, cuenta que le dijeron en alguna editorial antes de cerrar el acuerdo con Libros.com. Bah, más que mala leche, destaca, lo que hay es sinceridad y ternura»,
Sin duda 'Bicis, drogas, oficinas' representa un buen regalo para estas navidades, ya a la venta en Mirentxu (Beasain), Larratxa (Ordizia) o en la web, Libros.com.
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