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Hace ahora un año, concretamente el 30 de julio del 2018, la Corporación en sesión plenaria extraordinaria, con un único punto en el orden del día, aprobaba la solicitud de un crédito de un millón y medio de euros, acuerdo que con el beneplácito de la Diputación desbloqueaba y representaba la definitiva luz verde a la primera fase de remodelación del polideportivo Majori.
Una instalación importantísima en la vida del municipio de indudable valor deportivo y saludable, instalación antigua, construida en etapas y ampliaciones que con el uso diario se lleva mucho trote y ni qué decir con el mal uso. Una instalación, en algunos puntos obsoleta, y en otros descompensada o desfasada, sería el caso de las piscinas, con una pileta cubierta de 25 metros, hace muchos años supersaturada y una exterior de 50m sin utilidad fuera de los meses estivales.
Una instalación iniciada en 1974, ampliada y reformada en función de las necesidades que iban requiriendo los nuevos tiempos, atendidas según la disposición presupuestaria.
La última ampliación importante llegaba a finales del 2009, momento en el que, acogidas al Fondo Estatal de Inversión Local, que pasó a llamarse el 'Plan Zapatero', el Ayuntamiento afrontó la cofinanciación de la cubierta del frontón pequeño, la renovación y ampliación del Hogar y la regeneración del entorno de la calle Lazkaomendi, en Altamira. Actuación, que en el caso del polideportivo llevaba a prácticamente, duplicar, la zona verde de las piscinas exteriores, y a la vez, permitía la construcción de ese edificio que popularmente se denomina, cubo, frigorífico, etc, que en su techumbre pasaba a acoger las canchas de paddel y tenis. Desde entonces, únicamente ha habilitado locales en los que acoger a los grupos de música del municipio y dispuesto el suelo o cancha, muy ajustada por sus dimensiones, pero en cualquier caso, todo un desahogo para la cancha principal.
Polideportivo que venía de afrontar un importante desembolso en ese ejercicio del 2009 al objeto de renovar el sistema de calefacción del agua, cambiar toda la cubierta del edificio, los motores que alimentan la distribución del agua, los filtros de la piscina interior, etcétera.
Hace ahora algo más de tres años, el Ayuntamiento ponía en marcha un proceso participativo mediante el que definir el futuro del polideportivo Majori. Un proceso de participación abierto, tanto a nivel individual como por lo que a los diferentes clubes, entidades deportivas, y centros escolares, etc, se refiere tendente, como decimos, a lograr unas instalaciones que sirvan, para todos, y respondan a sus expectativas durante los próximos años. Un complejo deportivo para todas las personas, diseñado para dar el mayor servicio posible a la gran diversidad de modalidades deportivas existentes, es decir, a todo tipo de personas usuarias. Recinto que deberá estar proyectado de una manera lógica y sostenible, como demandan los nuevos tiempos. Conjunto de propuestas e ideas que daban paso a la convocatoria del correspondiente concurso, dirigido a los estudios de arquitectura para que trasladaran al plano todas esas propuestas y sugerencias. Proyecto que debía contemplar una renovación global e integral del polideportivo, ambiciosa propuesta a afrontar como mínimo en dos fases.
Todo un largo proceso que a continuación reclamaba la definición del correspondiente capítulo financiero, que no resultaba menos sencilla ya que el desembolso iba condicionado a la aprobación del presupuesto municipal, a la recepción de las correspondientes subvenciones, a la solicitud del consiguiente crédito, y al visto bueno de la Diputación.
Secuencia que, como decimos, recibía la definitiva luz verde el 30 de julio del pasado año, acuerdo, que a continuación ponía en marcha el proceso administrativo que conllevaba la puesta en marcha del obligado concurso público para que las empresas interesadas en la materialización del proyecto presentasen sus propuestas. Un concurso para hacer frente a la primera fase de remodelación del polideportivo que cuenta con un presupuesto de casi dos millones de euros y 18 meses de plazo de ejecución.
Primera fase de puesta al día del polideportivo Majori, siempre con una visión global de la instalación, que centra su intervención en el cubo, frigorífico, oficialmente, pabellón anexo, y su conexión con el propio polideportivo, proyecto que redactaba la unión de empresas, Asmatu Ormazabal Arkitektura.
Una actuación esperada por los miles de usuarios que en líneas generales contempla, desde ese planteamiento global e integral de toda la instalación, una primera etapa que afronta el cambio del punto de acceso y recepción, así como del colindante bar.
Por lo que al cubo respecta, sin perder de vista la accesibilidad, la climatización, la eficiencia energética, la iluminación, etc, asiste a la instalación de una nueva escalera, del ascensor, nueva fachada, un gimnasio de unos 423m2, diferentes vestuarios, aseos, otras dependencias, etcétera. En principio no se toca la cancha existente (Kantxa-2) y en la techumbre contempla la disposición de una cubierta, que protegerá las canchas de tenis.
Obras que al día de la fecha, prosiguen y conviven con el disfrute de las instalaciones exteriores, y que avanzan según el calendario previsto. Agenda que contempla la apertura, a lo lago del próximo mes de octubre, del nuevo gimnasio y de las salas dedicadas a las diferentes actividades, acompañadas de lo último en material deportivo. Y de la misma manera, si no ocurriera ningún imprevisto, en noviembre, el cubo daría la bienvenida a la segunda cancha; kantxa-2.
Hoy viernes, servicio de día, Odriozola, de Beasain. Turno de noche, Rekalde de Ordizia.
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