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La alubia o 'perla negra' de Tolosa, cada vez más mediática y conocida fuera de los límites locales, se acerca a la producción masiva de comienzos de siglo y goza en los últimos años de sus mejores cosechas.
La siembra de la legumbre más preciada de la comarca viene acompañada de datos positivos este año. El número de productores que optan por cultivarla y adherirse a la Asociación de la Alubia ha ido en aumento con el paso de los años; en 2022 la cifra ha ascendido ya a 35, dos más que la campaña anterior, uno es tolosarra y el otro zumaiarra. En total, se han sembrado 21 hectáreas, que se traducen a 265 kilos, y después del verano se esperan recoger cerca de 20 toneladas de alubias.
Como cada planta, ésta también tiene sus tiempos y particularidades; el cultivo de la planta, singularmente sensible a la influencia del calor, se prolonga durante unos 150 días, desde finales de mayo a principios de junio, y tras crecer durante el verano se recoge en la primera quincena de octubre. Al crecer en verano, es muy sensible a las temperaturas altas y la cosecha puede variar en función de las condiciones climáticas de sus meses centrales.
Con el objetivo de visibilizar y poner en valor el trabajo que esconde la siembra de la alubia de Tolosa, en pleno proceso de cultivo representantes municipales, miembros de la Asociación de la Alubia de Tolosa, la Cofradía de la Alubia, la sociedad gastronómica Gure Kaiola, el personal de cocina de establecimientos que ofrecen la alubia, el concejal del departamento de Comercio, Ferias y Turismo del Ayuntamiento de Tolosa, Xarles Iturbe, e Imanol Zubelzu, coordinador del Centro de Alimentación de Calidad Eliker, han realizado recientemente una visita a las huertas del caserío Gorridi en el barrio rural Montezkue de Tolosa para conocer de cerca el proyecto desarrollado por la urretxuarra Estitxu Sudupe, productora de alubia, así como los detalles de la siembra de este año.
La productora fue quien presentó los datos de este año. «La producción del año pasado fue muy buena y la alubia se vendió muy bien. Este año nos acompaña el tiempo y esperamos que la alubia sea de máxima calidad con el objetivo de mantener la producción y venta del año pasado», explicó Sudupe.
Una de cal y otra de arena, el concepto que mejor define el desarrollo que ha experimentado este producto en su comercialización y proyección con el paso de los años ha sido la importancia de la colaboración entre diferentes partes que conforman su cadena. El sector, en cambio, se enfrenta a uno de los grandes retos que también comparte la comunidad agrícola y que marcará su futuro: el relevo generacional. Si bien en los últimos años se han llevado a cabo campañas y actividades para impulsar su consumo, la falta de los jóvenes en la producción de la misma es tangible y desde la Asociación de la Alubia insisten en su «necesidad» para «garantizar» el futuro del sector.
El nuevo proyecto Eliker entiende que la colaboración será «clave» para la «alimentación del futuro», eje central del proyecto iniciado por Tolosa para el desarrollo de la industria alimentaria, que tomará forma de centro de desarrollo que colaborará también con este sector. «Tenemos una oportunidad única para crear nuevos productos, nuevos modelos de negocio y de venta para ser más competitivos y sostenibles» señala Imanol Zubelzu, coordinador del proyecto. «Queremos dar respuesta a las necesidades y retos actuales y futuros del sector desde la colaboración para convertir Tolosa en la capital de la gastronomía, punto estratégico y de referencia en el ámbito de la alimentación», recalca el concejal Xarles Iturbe.
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Miguel Ángel Mata | San Sebastián y Amaia Oficialdegui
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