
Tolosa
La serpiente del NiloIÑIGO ROYO ETXEZARRETA
Martes, 25 de marzo 2025, 20:04
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La serpiente del NiloIÑIGO ROYO ETXEZARRETA
Martes, 25 de marzo 2025, 20:04
La ocasión la pintan calva, dicen, y a mí ya se me estaba empezando a caer el pelo. Mi teléfono sonó justo cuando me encontraba ... liberando enanitos de piedra del jardín de mi vecina. Que es una opresora. Los que me llamaban eran de una agencia inmobiliaria y preguntaban por el responsable de una importante empresa de publicidad. Obviamente se habían equivocado de número de teléfono, pero reaccioné rápido y les aseguré que yo era su hombre. Querían un anuncio para las marquesinas de los autobuses de Tolosa. «Queremos algo rompedor», dijeron. «Denme una semana y les plantearé una idea que cambiará el mundo», les afirmé impávido. La suerte es de los audaces y ya era hora de cambiar mi destino, pensé. Lo de liberar enanitos de los jardines está bien, pero tal vez no da la medida exacta de mi potencial creativo. Hace muchos años que milito activamente en el Frente de Liberación de Enanitos de Jardín (FLEJ). En este tiempo he demostrado mi férreo compromiso social, pero a todo individuo le llega un momento en la vida en que debe empezar a pensar en sí mismo. Ya basta de tanto darse a los demás. En eso pensaba mientras hablaba por teléfono con los de la agencia inmobiliaria. Me despedí con un «soy su admirador, su esclavo, su amigo, un siervo», una frase que había oído en algún sitio y que me pareció adecuada.
Y ahí mismo, mientras liberaba al último enanito de piedra del jardín de mi vecina –esa opresora– se me ocurrió un eslogan impactante para el anuncio: «No hay mochuelo sin su olivo, araña sin su tela, ni rata que no se esconda en su madriguera». Me pareció ideal. Se lo enseñé a una prima con la que tengo derecho a roce, pero no le hizo gracia. No le gustaba eso de los mochuelos. Me sugirió que los cambiara por las serpientes del Nilo. ¿Qué sabrá mi prima? Si nunca ha sabido distinguir un gnomo de un elfo. Dolido, detuve mi coche frente a un semáforo y, tras horas viendo cómo del verde pasaba al naranja, después al rojo, y miles de conductores pasaban a mi lado acordándose de mi madre, vi la luz y el eslogan se dibujó en mi cabeza: «Dormir en Alabama, desayunar en Saint Tropez y Pintxopote en la calle Solana. Más de 750 años abriendo las puertas al estilo de vida tolosarra». Aquello fue un éxtasis. Sentí que merecía que me dieran el Premio Princesa de Asturias. No le enseñé mi creación a mi prima y acerté. No hay que confundir el roce con las témporas. A los de la inmobiliaria también les gustó mucho. Bajo el eslogan dibujé a un surfista. Porque el surf es un inequívoco elemento de nuestra idiosincrasia.
Días después me llamaron de otra agencia inmobiliaria para que les hiciera un anuncio para las marquesinas de los autobuses de Donostia. Sé que un creativo no debe repetirse. Por eso le di muchas vueltas y les propuse un eslogan que también les encantó: «Dormir en Dubái, desayunar en Mónaco y Pintxopote en Gros. 60 años abriendo las puertas al estilo de vida donostiarra». Pensé en dibujar un enanito junto al eslogan, pero al final me pareció mejor dibujar a un surfista. No hay que mezclar la política con lo que nos da de comer. En la foto de arriba podéis ver cómo luce mi creación en una marquesina de Donostia. No quiero parecer presuntuoso, pero ha quedado muy bonito.
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