Llegan los primeros espárragos frescos

La mañana amaneció soleada y animada. Primavera. Potente y consolidada ya, con las alegrías y los inconvenientes para algunos alérgicos que año tras año sufren los estragos del polen. En cualquier caso, motivo de alegría y de optimismo, en estos tiempos convulsos de guerras arancelarias y conflictos. La alternativa de la Azoka se erige como libre de esa clase de presiones, y semana tras semana se presenta al margen de especulaciones. Por si fuera poco, los productores están echando el resto y estamos viendo semana tras semana, novedades que impactan en la lista de producto. Ayer, a las zizas de primavera y a los primeros guisantes de la temporada se sumaron los primeros espárragos frescos que presentó Kaxi Izagirre. De aspecto níveo y presencia espectacular, se vendieron rápidamente a precios de 16 euros, y aún tienen ese tamaño contenido, del inicio de la producción. Un regalo para los sentidos.

Ya comentamos hace siete días que pudimos ver las primeras zizas de primavera en la mesa de Fermín Legarra. Ayer incrementó la cantidad expuesta, rozando el kilo disponible y ofrecían un aspecto perfecto. Limpio, sano y perfectamente aromático. Lo mismo sucedía en la mesa de Lasa, donde a primera hora se congregaban conocidos restauradores locales adquiriendo elproducto. Tenía zizas, más kilos disponibles, y tenía guisantes; de los que dieron buena cuenta tanto los profesionales del restaurante Hiru, como los jóvenes del Ama.

Otro de los focos de atención estos días son los puestos de queso del país, donde los amantes de este producto están disfrutando desde hace ya un par de meses del queso nuevo del país; esa delicada delicia, a caballo entre un producto muy potente de sabor, y el más fino y suavizado producto lácteo.

La oferta de queso suele ser un fijo durante todo el año al igual que la de panes artesanales. De un tiempo a esta parte se van sumando más productores en el Zerkausi, y no cabe duda de que todos ellos, elaboran un producto exclusivo, disponible sólo en las mesas de la Azoka. Harinas ecológicas de cultivo local. Moliendas seleccionadas en molinos tradicionales que preservan la integridad de los componentes del grano en la harina, y levaduras ecológicas, sumadas a técnicas tradicionales e incluso a hornos antiguos, derivan en un producto especial, sano, y absolutamente delicioso.