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Las sirenas rojas suenan cada vez más fuertes cuando se habla de móviles y menores de edad, un tema en el ojo del huracán ... por algunas de las consecuencias que ya está acarreando. La última persona en dar la voz de alarma ha sido la presidenta de la Agencia Española de Protección de Datos, Mar España, quien ha pedido un pacto de Estado para prevenir, detectar y tratar el uso problemático de las tecnologías. De esta forma, ha hecho suya una creciente preocupación entre diversos colectivos, entre ellos los pediatras, quienes llevan tiempo alertando de las nocivas consecuencias del acceso cada vez más temprano a las pantallas.
Falta de atención, problemas de adicción, escasa tolerancia a la frustración o retraso cognitivo son parte de la larga lista de las consecuencias que pueden sufrir los menores que abusan de teléfonos móviles y pantallas. Los expertos recomiendan que el primer móvil se adquiera con 16 años, pero la realidad dice que para los 12 ya poseen uno, cuando no es un par de años antes.
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Muchas familias observan también con preocupación la irrupción de estas tecnologías en la vida de sus hijos, como un grupo de padres de los tres centros escolares de Tolosa– Laskorain, Herrikide y Samaniego– que el año pasado pusieron en marcha la iniciativa 'Altxa Burua', con la que persiguen que niños y adolescentes levanten la cabeza y miren más allá de las pantallas.
Este proyecto, que ha suscitado un gran interés, da ahora un paso más involucrando a otros agentes de la villa papelera, cuyo tejido comercial se ha sumado a la iniciativa. La idea parte de algo tan sencillo como pedir que te dejen llamar desde el teléfono de una tienda, lo que puede suponer que los menores no sientan la necesidad de llevar un móvil en el bolsillo y poder retrasar la edad de su uso. Además, ofrece una herramienta a los padres para argumentar que estos dispositivos no son necesarios a ciertas edades.
– ¿Y cómo te aviso si...?
– Cuando veas un comercio con la etiqueta, pides que dejen llamar.
Una pegatina naranja con un teléfono en el centro y el lema 'Puedes utilizar el nuestro' en las puertas de acceso a los comercios de Tolosa avisará a partir de la semana que viene de que, si lo necesitan, estos niños y adolescentes pueden usar el teléfono del establecimiento. No hace falta que den explicaciones, simplemente que le digan a la persona que se encuentra al otro lado del mostrador que quieren llamar por teléfono y ésta pondrá a su disposición uno para que puedan hacerlo.
En realidad, la implicación del comercio supone extender a todo el municipio la idea de los padres que integran Altxa Burua por realizar una reflexión sobre el uso de los dispositivos móviles de sus hijos. «Una de las madres lo comentó de pasada, que se había fijado que había pegatinas contra la violencia de género o de apoyo a las personas de baja visión. Planteó que podíamos involucrar a los comercios y servicios del pueblo a nuestra causa. Y dijimos, ¿por qué no?», cuenta Lierni Armendariz, una de sus integrantes. «Hablamos con el Ayuntamiento y lo vieron bien. Hablamos con la asociación de comerciantes Tolosa&Co. y enseguida se sumaron a la iniciativa», agradece.
Las primeras conversaciones arrancaron en febrero, y seis meses después empezarán a colocar los distintivos. «No queríamos que tuviera una imagen infantil porque no está dirigido solo a los pequeños. Te pongo el ejemplo que le he dado a mi hija de 13 años. Imagínate que te quedas sin batería en el móvil, estás sola y sin llaves. Ves la pegatina y sabes que ahí hay alguien que te va a dejar el teléfono», explica.
En el caso de los menores que no están en edad de tener móvil, se trata de que tengan la tranquilidad de que si deben dar un aviso o necesitan llamar a alguien pueden usar el teléfono. Que he perdido el autobús, que me quedo a jugar, que no llego... Esas pequeñas crisis diarias cotidianas que pueden dar la sensación de que se acaba el mundo y no pasa nada», añade Ixiar Arana, otra de las integrantes de 'Altxa Burua'.
Garbiñe Murillo, de la tienda Mugar de moda íntima, asiente. Ella es una de las comerciantes que enseguida dijo sí a la iniciativa. «Me enteré por la asociación, es una idea interesante. Ahora tengo hijos mayores pero lo veo. Cada vez los chavales piden antes el teléfono, por lo que toca implicarse. Es mejor intentar hacerles responsables sin tanta tecnología».
Sus puertas siempre han estado abiertas para los más pequeños. «Es lo que tiene el comercio local, que nos conocen y te conocen. Alguna vez ha venido alguno a pedirme que le dejara llamar, incluso te piden ir al baño. Estamos para ayudar. Y con la pegatina es más fácil para ellos». Murillo además destaca que, sin este tipo de iniciativas, si ellos quisieran llamar lo tienen a día de hoy muy complicado. «Es que no hay cabinas de teléfono, queda una en el centro y no sé si funciona muy bien». Y señala que «ahora toca aprenderse bien el número al que se quiere llamar, que es algo que hemos dejado de hacer».
El primer paso ha sido involucrar al comercio, el siguiente será buscar la complicidad «de bares y restaurantes, instalaciones deportivas, la biblioteca... Crear una red que diga a los menores, si lo necesitas, aquí estamos».
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