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juanma Goñi
Domingo, 27 de febrero 2022, 10:39
El mejor disfraz, este domingo en Tolosa, ha sido el de la vuelta a la normalidad. La villa celebró con optimismo y alegría un Domingo de Carnaval con el que nadie contaba hace apenas tres semanas, y que apenas difirió del que solía vivirse ... antes de la pandemia. Sólo alguna mascarilla aislada recordaba que el de ayer no era un 'Zaldunita' normal.
Fue, eso sí, un Domingo de Carnaval mucho menos multitudinario, más tranquilo, pero lleno de buen humor. Los tolosarras han tenido menos tiempo para preparar sus montajes, pero se han activado en tiempo récord, apenas dos semanas, para ofrecer buena parte del ingenio que les caracteriza.
Las más imaginativas fueron las comparsas más pequeñas. En una de ellas se podía ver a los tolosarras de Berazubi parodiando al obispo Munilla, a lomos de un burro de pega, en su traslado a Orihuela. «Le habéis dejado sólo, como a Casado», se lamentaba el sacerdote 'Pela', mientras tres mujeres vestidas de riguroso luto lloraban su ausencia.
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También se vieron varios montajes que ironizaban sobre el coronavirus, y que trataban de insuflar esperanza para que la pandemia acabe definitivamente. Así, se vieron 'policías' municipales que impedían el paso a la Parte Vieja a los 'no vacunados', bingo'labis' con diferentes premios, 'vacunódromos' de pega, autoridades locales que iban midiendo, con un metro, la distancia mínima de seguridad, un atxona en silla de ruedas con un cartel que decía: 'esperando la octava vacuna'...
Especialmente llamativo fue el montaje que desplegó la comparsa del Arco Iris frente a la iglesia de San Francisco. Era una tarta gigante de bodas, donde los voluntarios podían sacarse fotos con los novios. Recibían las imágenes al instante, en una máquina de fotomatón, y luego subían a lo más alto de la tarta, donde dos componentes de la comparsa simbolizaban las típicas figuritas de novios.
El número que más admiración suscitó no estaba en el paseo San Francisco sino en el río, junto al Tinglado. Aprovechando el bajo nivel de agua y la cantidad de piedras que lleva el Oria tras la avería de la presa neumática, los Elosegui y sus amigos montaron una playa con socorristas, bañistas y pirauchos. «Se nos ocurrió hace pocos días y pensamos que había que aprovecharlo antes de que reparen la presa y el río vuelva a tener el nivel de agua de antes», decía un miembro del grupo.
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En las carrozas de jóvenes, se vieron, entre otros, bailes de toreros y obreros, con conseguidas coreografías teniendo en cuenta el poco tiempo que han tenido para organizarse. En la plaza del Triángulo, la música de los 'Blues Brothers Sisters' contagiaba el ambiente y cerca, unos jóvenes sacaban punta al 'Ay Mama' de Rigoberta Bandini. Unas familias transformaron los Jardines del Arbol de Gernika en un 'parque de aventuras'; junto al Archivo, un grupo terciaba sobre la polémica de no arrojar pan a los patos del río y, en la calle Rondilla, se montó un txoko marinero donde acudían los remeros de Tolosa a entrenar, ante la imposibilidad de hacerlo en el Oria.
Al haber menos carrozas y comparsas, en definitiva, menos ruido, las txarangas pudieron moverse con más tranquilidad y su música se escuchó mucho mejor.
Y llega el Lunes de Carnaval. La fiesta casi 'normal' no decae. Quién lo hubiera dicho hace apenas tres semanas.
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