Hoy, charla con Mikel Reparaz en Tolosa
Mikel Reparaz: «Trump ya no es aquel outsider que tomó el poder en 2016»Secciones
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Hoy, charla con Mikel Reparaz en Tolosa
Mikel Reparaz: «Trump ya no es aquel outsider que tomó el poder en 2016»Como figura excéntrica pero sorprendentemente resistente, Donald Trump ha demostrado una habilidad única para convertir lo que sería un golpe letal para otros en una oportunidad para resurgir con más fuerza. Su capacidad para salir reforzado de escándalos que habrían sepultado la carrera de cualquier ... otro político lo ha transformado en un fenómeno sin precedentes en la política contemporánea.
En la antesala de lo que muchos denominan ya la era Trump 2.0, las Jornadas Amalur de Tolosa presentan este jueves (19.00, Topic), su primera propuesta: la charla 'Trump 2.0 y el futuro de los Estados Unidos', a cargo de Mikel Reparaz (Arbizu, 1975), especializado en periodismo internacional y corresponsal de EITB en Estados Unidos, quien invitará a reflexionar y analizar sobre el cambio geopolítico y geoestratégico que va a suponer su segundo mandato, cómo podría reconfigurar las relaciones internacionales, y redefinir el liderazgo de este país en el siglo XXI.
–¿Cómo explicaría el renovado auge de Trump?
–La versión 2.0 de la presidencia de Donald Trump es mucho más poderosa que la de su primer mandato. Respaldado por una mayoría mucho más amplia y sólida que la que le llevó a la Casa Blanca en 2016, el fenómeno Trump ha perdido su aura antisistema y se ha convertido en mainstream. Esto significa que el movimiento MAGA (Make America Great Again) ha sustituido definitivamente al Partido Republicano tradicional y es la única alternativa al poder demócrata. El declive de Joe Biden durante su último año en el poder, sus políticas sociales progresistas, la crisis de inflación... son solo algunos factores que explican que el voto haya pendulado hacia Trump. En realidad, el hecho fundamental es que el sistema electoral estadounidense solo permite dos opciones reales. Los dos partidos son plataformas para llegar a la Casa Blanca y la investidura del presidente no es fruto de acuerdos ni de mayorías. Solo hay dos opciones. Si no estás contento con la política de los demócratas, o te abstienes o votas republicano. Y ahora votar republicano es apoyar a Trump. Ese Trump 2.0 tiene carta blanca para aplicar sus políticas sin una oposición real. La mayoría republicana en las dos cámaras del Congreso, la mayoría conservadora entre los magistrados del Tribunal Supremo y el apoyo incondicional de los gigantes tecnológicos que controlan las redes sociales son claves para blindar sus políticas en este arranque de mandato. En las calles tampoco hay una contestación como la que vimos en su primera toma de posesión en 2017, con más de un millón de personas en la Marcha de Mujeres contra Trump. La oposición está cansada y abatida.
–Reafirma ir contra la elite, refuerza su postura nacionalista y cuenta con un discurso más directo. ¿Es un voto de fe en su 'capacidad' de 'cambio', una respuesta al establishment...?
–Ese planteamiento de reacción al establishment y contra las elites de Washington ya ha caducado, el propio Trump es parte de esa elite. Si miramos a los miembros de su Gobierno, encontramos a multimillonarios, políticos conversos como Robert Kennedy Jr o el propio vicepresidente J. D. Vance o a fieles creyentes del movimiento MAGA como el presentador de la Fox convertido en secretario de Defensa Pete Hegseth. Con sus políticas proteccionistas y nacionalistas intenta seguir conectado a sus bases, y su discurso populista de extrema derecha sigue funcionando. Lo vimos el día de su toma de posesión, rodeado de miles de seguidores que lo adoran. Trump tiene un carisma y un poder de atracción inigualable entre sus seguidores, parecido al que tuvo Obama en su momento. Sin embargo, la gran mayoría de sus votantes no le han dado su apoyo por convicción ideológica o por fe en su proyecto ultranacionalista. Creen que Trump gestiona bien la economía, porque durante los años de presidencia demócrata la economía de las clases medias y trabajadoras ha sufrido mucho a causa de la crisis de inflación. He entrevistado a muchos ciudadanos que confiesan que no les gusta Trump pero que creen en su capacidad de gestión y creen que con el cambio va a mejorar su vida en lo económico. Ese planteamiento ha atraído además a colectivos minoritarios, como los latinos o los afroamericanos.
–¿Qué esperan sus seguidores de un segundo mandato?
–Vendrá una ola ultraconservadora en temas sociales. La persecución de los extranjeros sin papeles y las redadas de la 'migra' en las llamadas 'ciudades santuario' de la inmigración son ya una realidad, pero, además, las medidas de Trump van a afectar a los derechos reproductivos de las mujeres o al colectivo LGTBI. Las medidas de 'eficiencia gubernamental' que dirige Elon Musk también tendrán efectos en los servicios sociales, pero sus seguidores las apoyan porque creen que todo repercutirá en una mejor gestión.
–¿La promesa de «arreglar todo desmontando la política» es una estrategia viable o no deja de ser un mensaje populista que conecta con el descontento?
–Ahora su discurso es mucho más pragmático y está dispuesto a utilizar todos los resortes de la política y de las instituciones para completar su proyecto.
–¿Qué impacto tendría un segundo mandato en la relación con países autoritarios?
–Si te refieres a China, la política de Trump en ese sentido es aún una incógnita. Su objetivo es mantener y reforzar la hegemonía estadounidense en el mundo, y eso choca con los intereses chinos. Sin embargo, ha querido empezar con buen pie, invitando al vicepresidente chino a su investidura. Ha amenazado con aranceles y con una escalada en la guerra comercial, con recuperar el control del canal de Panamá –ahora en manos chinas, según Trump–, pero a su vez ha retrasado el cierre de TikTok en EEUU, dando más tiempo a China.
–¿Y con Europa?
–En lo político, salvo con Giorgia Meloni o Viktor Orbán, Trump choca frontalmente con la mayoría de gobiernos europeos. Con la inestimable ayuda de Elon Musk, el trumpismo trata de impulsar a la extrema derecha europea hacia el poder. Las elecciones alemanas de febrero serán cruciales. Es previsible que se vuelva al clima de confrontación que vimos en su primer mandato, porque más de una vez Trump ha dicho que la UE es un «enemigo» de los intereses comerciales de EE UU. La guerra comercial y la amenaza de aranceles a los productos europeos es el punto más polémico de las relaciones entre EEUU y Europa en esta nueva era. Bruselas contiene la respiración, pero hay quien ve oportunidades para Europa en este escenario de confrontación. Podría ser una forma de romper con la dependencia y reforzar el proyecto europeo. Para ello, Europa tiene dos asignaturas pendientes: la autonomía tecnológica y desarrollar su propia defensa.
–¿Y para el equilibrio de poder global?
–Las instituciones mundiales (la ONU o los tribunales internacionales) son cada vez más débiles y hay más impunidad en el mundo. Lo estamos viendo en Gaza, y se verá en los cambios en las políticas de asilo e inmigración, también en Europa. Hay más ruido y menos diálogo. En ese contexto, trata de construir un nuevo orden mundial en el que EE UU y sus intereses salgan reforzados, a cualquier precio. Los BRICS están en el punto de mira de sus políticas, pero también presiona a sus aliados. Todo esto puede traer consecuencias imprevisibles.
–Si se enfoca en un discurso de 'América Primero' más intenso, ¿cómo afectaría su compromiso con conflictos internacionales?
–Todo hay que mirarlo desde la perspectiva de Trump, que es la defensa de los intereses de EEUU Si seguir enviando ayuda militar y financiera a Ucrania no le compensa, dejará de hacerlo. La paz en Ucrania será una buena noticia sin duda, pero su objetivo no creo que sea la paz mundial.
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