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Angelines Quintana, María Milagros Mendizabal, María Dolores Arrizabalaga y María Jesús Martínez son cuatro de las mujeres que trabajaron hace décadas en la fábrica Subijana de Villabona. Un fuerte hilo une a estas extrabajadoras de la empresa de telas que abrió sus puertas en 1860 y, tras más de 120 años, cesó su actividad en la década de 1980.
Más de cuatro décadas han transcurrido desde aquel cierre, pero todas ellas guardan numerosos recuerdos de aquella etapa de sus vidas que comenzaron todas siendo unas niñas y que transformó sus vidas.
María Dolores es la más veterana del cuarteto que se reunió ayer ante el edificio de la antigua fábrica. Nacida en la calle Mayor de Villabona, como a ella le gusta decir, a sus 101 años recuerda su historia en la fábrica de telas e hilos en las que alrededor de 200 personas, en su mayoría mujeres, llegaron a trabajar entre los antiguos telares. La fuerza de su voz no deja lugar a dudas de que fue una de esas mujeres que trabajaron mucho en unos duros años como fueron los de la posguerra y en los que todo sueldo era bienvenido en cada una de sus familias. «Cobrábamos semanalmente en reales. Nos entregaban el sobre que después dábamos a nuestras madres hasta que nos casábamos», recuerdan las villabonatarras orgullosas rememorando aquellos momentos en los que podían contribuir económicamente en sus casas.
Angelines Quintana
María Milagros Mendizabal
Angelines Quintana, elegante como el resto de sus compañeras, a sus 99 años conversa con el resto de este cuarteto de trabajo sobre las mil historias que guardan todas ellas en sus memorias. Una amplia sonrisa se dibuja en sus caras cada vez que recuerdan el nombre de alguna de aquellas otras que trabajaron junto a ellas. «Éramos una gran familia. Había muy buen ambiente entre nosotras y la verdad es que fuimos muy felices durante los años que trabajamos en Subijana». Según relatan, era habitual compartir todo, «porque a nadie le sobraba nada, pero si había que compartir la comida, se compartía».
Sus finas manos eran, como las del resto de las mujeres, muy preciadas e imprescindibles. «Decían que necesitaban mujeres para trabajar en la fábrica porque teníamos las manos pequeñas y nos manejábamos mejor entre los telares. Eso decían». Manos con las que estampaban las telas y con las que realizaban los perfectos nudos 'tejedores' que ataban los hilos sueltos en cada repaso, dotando de extrema calidad a cada uno de los retales de tela, que gozaron de gran reconocimiento entre los modistos. El mismo Louis Vuitton o Cristóbal Balenciaga utilizaron las telas de Subijana para confeccionar algunas de sus prendas, e incluso, según cuentan, el getariarra se dejaba ver por los almacenes de la fábrica de Villabona cuando se acercaba a elegir los retales de seda para confeccionar, entre otros, los hermosos pañuelos de los que las más privilegiadas guardan alguno como oro en paño, con sus impresionantes estampados.
Estampados que marcaron un estilo propio que identificaba a Subijana, donde cada detalle era más que cuidado y revisado por aquellas mujeres que disfrutaban de su trabajo, según destacan años después. Cuestión que María Milagros Mendizabal Zendoia corrobora, mientras recuerda sus años en la 'cocina' de la fábrica Subijana. «Venía a trabajar siempre de tardes. Recuerdo que por las mañanas bajaba con las marmitas desde Amasa para repartir la leche y, después, hasta las 22.00 horas, trabajaba en la fábrica». Aunque ronda los 95 años, Mendizabal goza de una magnífica salud que, según ella, «es gracias al trabajo. Nos ha tocado trabajar mucho, pero lo he hecho a gusto».
La vecina de Amasa, afincada en Andoain, dejó de acudir a la fábrica poco antes de casarse, aunque eso cambió entre algunas de las trabajadoras más jóvenes. María Jesús Martínez es una de ellas. La villabonatarra participará mañana en la inauguración del enorme mural que decora una de las paredes del edificio de la fábrica Subijana.
El mural forma parte de la iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento de Amasa-Villabona para recuperar la memoria histórica del edificio Subijana de Villabona en colaboración con Euskal Herriko Bertsozale Elkartea. Este edificio fue sede de la fábrica de telas y en la actualidad es utilizado por Bertsozale Elkartea.
Hace más de un año, Fanny Alonso, impulsora del proyecto 'Kotoiaren Emakumeak - Mujeres del Algodón' quiso recuperar la memoria de la historia de las mujeres de la fábrica Subijana. Siguiendo ese camino, Arantxa Orbegozo e Izaro Lizarraga se han encargado de realizar el enorme mural en el que aparece una mujer y en el que el azul añil destaca junto a los colores rojizos y ocres, amarillos... que utilizaban en las telas de Subijana y las estampaciones que realizaban en las preciadas telas, junto a un bertso de Maialen Lujanbio. Así como una copia del gran tesoro de Subijana: su libro. En él guardaban todos los modelos de estampaciones.
Hoy, junto al edificio Subijana, a las 17.00 horas, se celebrará el acto 'El hilo de las mujeres'. A las 18.00, se inaugurará el mural de Izaro Lizarraga y Arantxa Orbegozo. A las 19.00, Amaia Agirre conducirá un bertso temático en el que estarán Oihana Iguaran, Alaia Martin y Nerea Ibarzabal.
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Amaia Núñez
Patricia Rodríguez e Izania Ollo | San Sebastián
José Mari López e Ion M. Taus | San Sebastián
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