
XABIER GALARTZA
Miércoles, 10 de febrero 2010, 10:17
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Esta vez tampoco se pudo terminar con la racha de derrotas en tierras mañas. Cierto era que el contexto bajo el que se dilucidaba esta nueva contienda no era el ideal, pero se ha vuelto a estar muy cerca de lograrlo. Es cierto que ha habido épocas y situaciones más propicias en las que lamentablemente el resultado final ha sido el idéntico.
Al Arrate le cogió por sorpresa la salida en tromba que hizo el CAI Aragón. Para cuando se quiso dar cuenta se encontró con una losa de cinco goles (6-1). Si partía con discretas opciones de poder coger desprevenida a la escuadra maña, muchas de sus aspiraciones de éxito se diluyeron fugazmente en este arranque. Dos contragolpes, tres penetraciones desde los seis metros y un lanzamiento exterior bastaron para que los zaragozanos avisaran tempranamente y se hicieran con un precioso colchón de goles, lo que les dio pie a vivir de rentas hasta el descanso, dado que tras la reanudación el panorama cambió sensiblemente.
El Arrate volvía a repetir sensaciones parecidas a las que vivió en Ipurua el pasado sábado, pero sólo en lo que respecta al hecho de tener que volver a remar contra corriente. Además, tenía serios problemas para perforar la meta de su ex compañero Iñaki Malumbres. El principal motivo no fueron las intervenciones del meta navarro, sino más bien la eficacia y dureza con la que se empleó su defensa. Resultado de esta actuación fueron la proliferación de penas máximas que dispuso. Toro anotó cuatro de las cinco tentativas de que disfrutó.
Lejos de amilanarse, el Arrate sólo pudo acercarse hasta una diferencia de tres goles (11-8) en este primer periodo, al que se llegó con el parcial de 13-9.
La reanudación fue un calco a lo acontecido en la primera mitad, al quedar de manifiesto de nuevo con mayor claridad la eficacia anotadora de un CAI Aragón que veía como recuperaba su máxima diferencia de goles (19-13), amparado sobre todo en las incursiones hasta la línea de seis metros.
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A pesar de encajar este nuevo varapalo moral, el equipo que dirige Julián Ruiz hizo gala no sólo de una elogiable capacidad de sufrimiento sino también de superación al mantener la compostura y volver a entrar de lleno en el encuentro.
El CAI Aragón no veía la forma de dejar fuera de combate a un cuadro albiazul que llegó a colocarse posteriormente a tan solo dos goles de ventaja (22-20) cuando restaban menos de diez minutos para la conclusión.
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Pero el momento más emocionante del encuentro se produjo a falta de tres minutos, después de que Toro, uno de los hombres más destacados del bando guipuzcoano, redujera las diferencias hasta la mínima expresión (24-23) después de transformar un lanzamiento desde su posición natural de extremo.
La réplica maña no se hizo esperar. Dos afortunadas acciones de los extremos Sorli y Cartón le posibilitaron volver a coger aire y entrar en el último minuto con un parcial de 26-23 que dejaba el partido sentenciado, después de que el Arrate cometiera su última y desafortunada pérdida de balón. Su próximo rival será el colista Cangas en Ipurua dentro de diez días.
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