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BENITO URRABURU
Miércoles, 10 de febrero 2010, 10:05
El tiempo puede discurrir, dependiendo de la percepción que tengamos de él, de forma lenta o pasar a velocidad de vértigo, de manera incontrolada.
A Leire Olaberria, medalla de bronce en la prueba de puntuación individual en los Juegos Olímpicos de Pekín -la única medalla conseguida a nivel individual por un deportista guipuzcoano en la historia las Olimpiadas- los días se le van volando y cada vez tiene más cerca los Campeonatos del Mundo de pista que se disputarán a finales de marzo en Copenhague (Dinamarca).
Su vida transcurre entre la carretera, los velódromos, el gimnasio, los aviones y el hotel en el que se aloja en Palma de Mallorca, aderezado todo ello con algo de competición. Las nuevas directrices de la pista mundial le están obligando a un cambio, más o menos llamativo, en su preparación: se está reconvirtiendo en una velocista, que por cierto es la especialidad en la que triunfo en el atletismo.
«La prueba de omnium en el Campeonato del Mundo -que cambiará de cara a los Juegos Olímpicos- constará de dos kilómetros de persecución, 500 metros en salida parada, 200 metros en salida lanzada, una puntuación y el scracht. Es la última vez que se correrá bajo este formato. Con esas pruebas me quedó muy claro que tenía que mejorar la velocidad», nos explica.
Y para mejorar la velocidad no le ha quedado más remedio que meterse con intensidad en el gimnasio, «volver a coger las pesas. De momento he ganado un kilo y medio de músculo. Trabajo con diferentes tipos de cargas», nos explica. Tiene un entrenador alemán, Bill Huck, que fue en sus buenos tiempos doble campeón del mundo de velocidad, con el que está intentando perfeccionar su técnica.
Huck pertenece al grupo de trabajo que ha formado Joan Llaneras en Palma de Mallorca, una escuela de pista de alto nivel, en la que también están Juan Martínez Oliver y Paco Cabello, que se centrarán más en los fondistas.
«La planificación de todo el trabajo en el plano físico la sigo haciendo con Xabier Muriel, lo que pasa es que los cambios con el omnium obligan a trabajar especialidades que yo no había tocado. Dígamos que hasta ahora era una fondista y me tengo que reconducir, al menos para este mundial, puesto que de cara a los Juegos Olímpicos de Londres, el omnium volverá a cambiar».
Por eso trabaja con Huck y con Llaneras en Mallorca: «Con el técnico alemán trabajo muy duro. Me gusta el concepto que tiene del trabajo y de la velocidad en concreto. Entreno dos veces al día, en alguna ocasión, tres. He cogido un kilo y medio de músculo y al paso que voy cogeré algo más».
Con Joan Llaneras, ex campeón olímpico y ex campeón del mundo, Leire habla mucho: «Me entiendo bien con él. Hablamos el mismo lenguaje de la pista y me aporta mucho a nivel sicológico, de situaciones que se viven dentro de la pista y que sólo conoce, a alto nivel, quien las ha vivido. También me corrige cosas, me aconseja. Él está dispuesto a ayudarme y yo, a escucharle».
Ganó el omnium celebrado el pasado fin de semana en Burdeos, además de la puntuación, en el Gran Premio Fenious, una premundial «en la que, en teoría, por el nivel de forma que tenía no esperaba que me saliese nada».
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