
TERESA FLAÑO
Martes, 13 de abril 2010, 12:30
Publicidad
El Museo San Telmo y sus contenidos cada vez están más cerca de su definición completa y prueba de ello son las adquisiciones que se han realizado para completar su colección. A ellas se unen miles de piezas donadas por particulares que han escuchado el llamamiento realizado en 2008 por la institución. Denis Itxaso, delegado de Cultura y Juventud del Ayuntamiento donostiarra, comentó ayer en la presentación de este material que «la puesta en marcha de esta política de adquisiciones no se limitó a la compra de piezas, sino que se completó con una intensa labor de búsqueda de fondos de empresas y comercios ligados al territorio y que no debían perderse, ya que forman parte de nuestra memoria colectiva».
La respuesta ha sido muy positiva porque entre 2008 y 2009 se han donado por parte de particulares, establecimientos, instituciones y empresas 1.898 objetos. A éstos hay que añadir las 550 piezas adquiridas en subastas, a particulares, o en diferentes establecimientos, incluidas las galerías de arte, con una inversión de 350.000 euros. También se han dejado en depósito otras seis piezas.
La política de adquisiciones del museo tiene como finalidad conseguir una colección coherente que sirva a los objetivos del museo y a los diversos programas de actuación que se establezcan. «La propia definición de San Telmo como 'Museo de la sociedad' referido a la sociedad vasca define el ámbito temático para el desarrollo de las colección del museo. Aquellos elementos que ilustran su historia y su evolución social y cultural constituyen las principales área de interés, por su capacidad de describir y ayudar a conocer esta sociedad. Pueden ser objeto de adquisición por parte del Museo San Telmo tanto elementos materiales como inmateriales, y unos y otros se tratan con los mismos criterios», señaló Itxaso.
Dos vertientes
Las Bellas Artes tienen dos vertientes que se mantendrán en el futuro. Por un lado se encuentra un área más general, con obras que realizan un recorrido por la Historia del Arte, con obras de los siglos XV al XIX. Susana Soto, directora del museo, explicó que «creemos que en este apartado contamos con las suficientes piezas representativas de los diferentes estilos y escuelas para hacer un recorrido pedagógico, por lo que no consideramos prioritario ampliar esta colección».
Publicidad
La segunda área es la referida al arte vasco y cuenta con obras de los siglos XIX y XX. Itxaso comentó que «tenemos la necesidad de completar esta colección cubriendo algunas ausencias que son fundamentales en todo museo que pretenda ser representativo». En esta línea se han adquirido a lo largo de los dos últimos años diferentes piezas de escultura, pintura y otras disciplinas.
Susana Soto señaló que «hemos buscado ir cubriendo los huecos que teníamos porque nuestro propósito es contar con una obra de cada artista vasco». Así, entre otros se ha adquirido obra de Zamacois, Lecuona, Quintín de Torre, Echenagusia, Ibarrola, Badiola, Alaez, Garmendia, Aranberri, Zumeta, Urrutia, Irureta, Iñurrieta, Aurelio Arteta, Félix Artea, Tellaeche, Larroque, Gallego, Ameztoy, Nagel y Lucarini. También se han comprado carteles de los años 20 y 30 del siglo pasado. Sus autores son Landi, Guezala, Antequera Azpiri, Cabanas Erauskin, Álvarez Flores, Mugica, Anda y Martínez Ortiz.
Publicidad
Iban a la basura
A la presentación también acudieron algunos de los particulares que han donado piezas. Además de los representantes de Irizar y Heineken, empresas que han donado mucha documentación y algunos objetos emblemáticos, habló Pilar Unceta que ha donado una colección de 123 piezas, -blusas, chalecos, chaquetillas, vestidos, pijamas, sombreros, tocados, polainas...-, que encontró en un altillo. «Tuve que vaciar la casa de un familiar y pensaba que eran cosas para tirar y al final son joyas. Animo a la gente a que se sume a esta campaña».
También destaca la donación realizada por Fernando Botanz, coleccionista de Legazpi que desde el año 2007 ha donado una interesante colección de 1.013 piezas, en la que destacan los objetos de uso cotidinano provenientes del mundo urbano, principalmente de San Sebastián, de la primera mitad del siglo XX. En esta donación se incluyen piezas de indumentaria -mantones, enaguas, camisones, levitas y fracs-, complementos -bolsos, mantillas y sombreros-, piezas de joyería -pendientes, colgantes, gemelos, anillos y camafeos-, objetos domésticos -soperas, fuentes, azucareros, cucharas y platos-, mobiliario y objetos decorativos. La directora del museo destacó la importancia de este tipo de aportaciones porque «hay épocas que fueron muy importante en la vida guipuzcoana como la Belle Epoque, de las que tenemos bastantes carencias».
Publicidad
Como colofón, Denis Itxaso quiso destacar la idea de que «todos los objetos están al servicio de un relato que San Telmo va a contar de la forma más plural, introspectiva, pero también sincera. Va a ser el museo de la sociedad vasca y de la ciudadanía y todos estos objetos van a configurar un recorrido muy visual que nos va a permitir comprender la vida social del territorio. Son objetos de nuestro pasado más reciente a los que damos mucho valor por el importante aporte pedagógico para reencontrarnos a nosotros mismos».
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.