
ANA VOZMEDIANO
Sábado, 22 de mayo 2010, 04:10
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Las obras del Jardín de la Memoria comenzarán este año. Al menos las de la primera fase, que supone 2,2 hectáreas de terreno entre Amara Osinaga y Riberas de Loiola. Este gran parque que unirá a ambos barrios fue ideado como homenaje a las víctimas de todo tipo de violencia y terrorismo, un recuerdo que estaría reflejado en sus ejemplares, todos de floración blanca, y en una importante extensión verde estructurada en dunas que impidieran que el ruido del tráfico entorpeciera la calma de la extensión.
El diseño del Jardín de la Memoria fue adjudicado al paisajista Iñigo Segurola en el año 2004 y su financiación se asignó como carga de urbanización a los promotores públicos y privados de Riberas. Sin embargo, la gran extensión verde tenía un par de cicatrices físicas que la hipotecaban. La primera, ya solventada, la cobertura de la entrada de la autovía del Urumea en la ciudad, financiada por la Diputación guipuzcoana. La segunda, más compleja, la de la trinchera ferroviaria, tenía que esperar a un convenio entre Adif, Gobierno Vasco y Ayuntamiento. Un convenio que sigue sin cerrar.
Sin embargo, según explicó ayer el alcalde Odón Elorza, el gobierno municipal ha decidido no posponer más la obra y afrontar su primera fase, casi la mitad de toda la extensión y en la que no se precisa la cobertura de la trinchera. La obra, que tiene un coste de 2,6 millones de euros y un plazo de ejecución de cinco meses, sale a licitación, con lo que los trabajos se iniciarán a finales del verano. La financiación ya fue aportada en su momento, por lo que no es necesario tirar del presupuesto ordinario.
Se respeta el proyecto original de Segurola, aunque se ha decidido, de acuerdo con el propio paisajista, introducir dos modificaciones. La primera, incluir dos pistas deportivas polivalentes para chavales al estilo de las de Felipe IV muy cerca de la iglesia que se construye en la zona, que den servicio a todo el barrio.
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La segunda, eliminar de momento el estanque proyectado, una lámina de agua estrecha que también pretende inspirar la tranquilidad del agua que fluye. Elorza explicó que, aunque esta parte del diseño se encuentra dentro de la zona que se va a ejecutar, está ubicada muy cerca del final del parque, por lo que debería ser desmontado y anulado cuando comenzaran las obras para cubrir la trinchera ferroviaria. Se sustituye de momento por un gran área verde.
La iglesia de Moneo
¿Cuándo se podrá realizar esta obra para cubrir el paso de las vías del tren por la zona y culminar así el Jardín de la Memoria? El alcalde ya adelanta que no será esta legislatura, aunque sí confía en que se pueda firmar el convenio entre las instituciones implicadas antes de mayo del próximo año.
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Otra incógnita: ¿cuándo estará acabada la iglesia de Riberas, obra del arquitecto Rafael Moneo? Elorza dijo ayer que está previsto que las obras concluyan a finales del mes de septiembre.
En principio, la ejecución de esta primera fase del Jardín de la Memoria permitirá una dignificación importante de todo este entorno, sobre todo de la extensión que comunica Riberas con el resto del barrio de Amara.
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