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Tomasi Etxaniz, Paco Etxaniz y Mila Aiastui, en la terraza del bar-restaurante. :: MARÍN
Adiós del bar Etxaniz
ORDIZIA

Adiós del bar Etxaniz

Tras 40 años al servicio de los goierritarras, este viernes cierra sus puertas

RAFA ARIZMENDI

Miércoles, 26 de mayo 2010, 04:12

«El restaurante Etxaniz, siempre al servicio de su fiel clientela, les comunica que el 28 del presente cierra sus puertas definitivamente». Así reza, el letrero, que en euskera y en castellano, cuelga de las paredes de este céntrico y singular establecimiento que ha permanecido abierto y en contacto con el público a lo largo de estas últimas cuatro décadas. El letrero invita a los parroquianos al lunch de despedida y concluye con un 'Muchas gracias por todo'.

Paco Etxaniz, titular de la casa, tiene muy presente aquel 24 de julio de 1970, fecha en la que el local, tras varios meses de obras de reforma abrió sus puertas. «Tuvo miga aquella apertura», rememora. «No llegábamos, porque quedaban los inevitables y últimos retoques, y en consecuencia, la correspondiente autorización municipal. Empezaban las fiestas y al final tras varias idas y venidas, conseguimos levantar la persiana para el día de la tamborrada. ¡Qué fiestas!. Fue de locura -remata- pero era de lo que se trataba».

«Había trabajado 7 años en la fábrica», relata Paco, «y aquel año 70 se presentó la oportunidad de hacernos con el bar. Yo tenía capricho, mi mujer Mila Ayastuy, valía y junto a mi hermana Tomasa, nos decidimos y hasta hoy».

Aquí estaba el comedor de lo que había sido el Hotel Zubizarreta y tuvimos que reformar el local para adecuarlo a bar y restaurante. Además durante los primeros 10 años mantuvimos y dimos servicio de habitaciones. Había 12, de las cuales 5 eran dobles. Fueron aquellos en los que a CAF llegaron todas aquellas empresas de fuera, conocidas como los 'Tupamaros', trabajadores que aquí se hospedaban».

De todas formas si algo le caracteriza al local de la Puerta del Sol, es que ha sido siempre, lugar y cita obligada para todos los baserritarras de la comarca.

«Le llamaban precisamente -subraya Paco- el bar de los baserritarras. No me cabe la menor duda, de que todavía hoy, de 10 que vienen a Ordizia 9 pasan por nuestra casa. Hemos conservado y mantenido las tradiciones. Aquí la trikitixa y los bertsolaris nunca han faltado. Durante todos estos años, hemos despedido el año viejo y dado la bienvenida al nuevo, con una cena y el sonido de la trikitixa. Han sido auténticas gaupasas, hasta las 7 de la mañana. Hora en la que desayunar, en los buenos tiempos, era sinónimo de cazuelita de angulas, y a casa». «La semana pasada hicimos la despedida oficial, por supuesto con la obligada romería».

Cuarenta años, arranque y testigo de una transformación y cambio social, sin precedentes. «Todavía hoy -apunta Paco- no me puedo creer lo que ha cambiado todo ésto».

Llega la hora de la jubilación. «Llevaba tiempo queriendo dejarlo», indica. «La clientela me insistía, sigue, que nosotros continuaremos viniendo. Pero ya vale, éste es un oficio muy duro. Sabes a qué hora de la mañana empiezas pero nunca cuándo vas a cerrar. Entre medio igual pasas 16 horas. En parte te da pena, pero para nosotros ha llegado el finiquito y punto. Toca ahora disfrutar de esta tierra, que para mí -concluye Paco-, es mi txoko».

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