
I. CASTRO
Lunes, 31 de mayo 2010, 11:43
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La primera dimisión en el nuevo Gobierno británico ha provocado una extraña cadena de reacciones. Aunque en un principio todo hacía pensar que la renuncia del 'número dos' del Ministerio de Hacienda se debía en buena medida a la presión de David Cameron, ayer destacados líderes del Ejecutivo de coalición se decantaron públicamente por que el liberaldemócrata David Laws pueda regresar a la primera línea política en cuanto sea posible. Todos ellos coincidieron al alabar el talento para las finanzas del secretario del Tesoro en un momento en el que Reino Unido se ha embarcado en un profundo recorte del déficit.
En un principio, el patinazo de Laws auguraba una reacción mucho menos cálida de sus compañeros de Gabinete. Al fin y al cabo, el secretario del Tesoro, que la semana pasada anunció junto al ministro de Economía durísimos recortes que afectaban hasta a los coches oficiales, había abusado de las dietas parlamentarias. Según The Daily Telegraph, el rotativo que hace un año destapó el escándalo de los gastos en Westminster, Laws reclamó durante años el pago del alquiler de su vivienda cuando residía en casa de su pareja.
El 'número dos' de Hacienda, una de las figuras emergentes de los liberaldemócratas, se defendió el sábado asegurando que no había desvelado que vivía con su compañero porque quería mantener en privado su orientación sexual. El importe solicitado a las arcas públicas supera las 40.000 libras (45.600 euros). Las normas de los Comunes prohíben expresamente cargar alquileres cuando se reside en una propiedad del cónyuge.
Éxitos en la City
Abusos como el de Laws provocaron hace un año un seísmo en Westminster que deterioró de manera considerable la imagen de los políticos en el país. Ayer, sin embargo, tanto 'tories' como 'libdems' lamentaron la renuncia y remarcaron la pérdida de un profesional de altura para el Ejecutivo. En todos los periódicos se recogía la trayectoria de un brillante economista graduado en Cambridge que antes de haber cumplido los treinta ya había triunfado en la City con lucrativas operaciones.
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El Telegraph, que aclaró en sus páginas que su intención no era hacer pública la orientación sexual de Laws, relataba que se «jubiló» de los negocios a los 28 años para dedicarse a su gran pasión -la política- cuando ya era millonario. El ex secretario del Tesoro llegó a ser vicepresidente de JP Morgan y director de una división de Barclays gracias a su «astucia y confianza». Una de las anécdotas que cuenta el periódico de corte conservador es que siendo prácticamente un recién llegado a la banca de inversión le dejaron al frente de su departamento durante un viaje de sus compañeros. En un arriesgado movimiento, ganó diez millones de dólares.
El propio Laws aseguró el sábado en su carta de renuncia que dejaba el cargo para el que se había preparado «toda la vida». Tanto Cameron con Nick Clegg, líder de los liberaldemócratas, desearon horas después que en algún momento pueda regresar para «servir» de nuevo a su país.
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