
JAVIER GUILLENEA
Jueves, 15 de julio 2010, 14:48
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Dentro de noventa años la costa vasca no será lo que fue. Habrá menos tierra y más agua, las inundaciones en las zonas llanas serán más frecuentes, se habrá perdido suelo agrícola y los ecosistemas y poblaciones costeras vivirán más pendientes que nunca de olas y mareas. Lo que no habrá serán grandes catástrofes como maremotos o localidades enteras devoradas por las aguas. Pero muchas cosas habrán cambiado.
Para finales de siglo el nivel del mar en el Golfo de Vizcaya podría ascender entre 28 y 49 centímetros. Si el aumento fuera el mayor de los posibles, en Gipuzkoa se verían afectadas 111 hectáreas de terreno, de las que 55 corresponderían a humedales, marismas y hábitats terrestres situados en zonas llanas. La subida del agua tendría también impacto en 34 hectáreas de suelos edificados ubicados en estuarios o ensenadas. Además, se prevé que las playas de arena experimenten un retroceso de la línea media costera de entre el 25% y el 40% de su anchura actual.
Estos datos, que no son catastróficos pero sí muy preocupantes, están reflejados en una investigación realizada por Azti-Tecnalia en colaboración con el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados. En un acto celebrado en el Aquarium de San Sebastián la viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Nieves Terán, el director de Azti-Tecnalia, Rogelio Pozo, y el investigador del centro tecnológico Guillem Chust, presentaron los resultados del estudio, cuyas conclusiones se recogen en el vídeo 'El cambio climático en el País Vasco, el ascenso del nivel del mar' que está disponible en la web www.itsasnet.com y en la del Departamento de Medio Ambiente.
Proceso acelerado
La costa vasca está caracterizada por su orientación hacia el norte y noroeste, que hace que esté muy expuesta a un fuerte oleaje. En la franja litoral, que representa el 12% del total del territorio, se concentra el 60% de la población y el 33% de las actividades industriales. Entre 1943 y 2004 el nivel medio del mar en el litoral cántabro ascendió 2,1 milímetros por año, lo que ha supuesto un aumento de 12,8 centímetros. Según el estudio de Azti-Tecnalia, el proceso se está acelerando ya que a partir de 1993 la subida es de cerca de 3 milímetros anuales.
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Los investigadores han utilizado para realizar sus predicciones una técnica llamada Lidar, basada en un sensor aerotransportado que emite un pulso láser infrarrojo para la medición altimétrica del suelo terrestre. Gracias a este sistema se ha podido cartografiar las zonas y hábitats más vulnerables al incremento del nivel del mar.
Entre 1954 y 2004 las playas y marismas del litoral guipuzcoano han retrocedido 3 hectáreas debido al aumento del nivel del mar. Esta pérdida es pequeña si se compara con las 139 hectáreas de hábitats costeros que han sufrido transformaciones en el mismo período de tiempo. De toda esta superficie, 98 hectáreas han sido alteradas por la acción directa del hombre.
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Las playas guipuzcoanas del futuro estarán en un terreno más elevado y habrán retrocedido entre 15 y 30 metros, según su exposición al oleaje. Las más afectadas por la subida del nivel del agua serán las que no pueden evolucionar libremente debido a la presencia de contornos rígidos. Entre ellas destaca la de Zarautz que, aunque no cambiará sustancialmente de forma, sufrirá los embates de la mar. Según el estudio, a medida que avance el siglo las inundaciones del paseo marítimo serán cada vez más habituales.
El informe de Azti-Tecnalia achaca el incremento del nivel del mar al calentamiento global, que provoca fenómenos como la expansión térmica del agua y el deshielo de glaciares o placas de la Antártida y de Groenlandia. Pese a toda su aparatosidad, no será el deshielo el mayor causante de las inundaciones que están por llegar sino el aumento de la temperatura del agua, que hace que ocupe más volumen.
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De todas formas, si se detuvieran en este momento todas las emisiones de gases de efecto invernadero, el mar seguiría subiendo durante cientos de años, así que quizá sea mejor ir acostumbrándose. Como afirmó ayer el director general de Azti-Tecnalia, «la tierra no está en peligro, lo que está en peligro es el tipo de vida que tenemos»,
El estudio se enmarca dentro del proyecto K-Egokitzen, liderado por Labein-Tecnalia y cofinanciado por los departamentos de Medio Ambiente e Industria, y tiene por objeto el análisis del impacto del cambio climático en el País Vasco, así como la evaluación de medidas de adaptación. Durante la presentación del vídeo, la viceconsejera de Medio Ambiente insistió en la necesidad de mitigar de manera urgente la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
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