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ÁLVARO VICENTE avicente@diariovasco.com
Jueves, 23 de septiembre 2010, 12:11
PSOE y PNV alcanzaron a media tarde de ayer el acuerdo definitivo para hacer efectiva la transferencia de las políticas activas de empleo al País Vasco. El apretón de manos abre el camino a un acuerdo sobre los Presupuestos Generales del Estado y, como derivada, salva a José Luis Rodríguez Zapatero de un adelanto electoral. Mañana mismo, el presidente del Gobierno aprobará en Consejo de Ministros su proyecto presupuestario más difícil con la confianza de que cuenta con un aliado para poder negociarlo y refrendarlo.
Y es que con los recortes ya asentados en las Cuentas del próximo año, Zapatero no debería tener ningún problema en prorrogarlas para 2012 y afrontar entonces las elecciones generales completando su mandato. Los peneuvistas vuelven a ser necesarios, esta vez hasta el extremo, para el sostenimiento del Ejecutivo central; una circunstancia ésta que viene repitiéndose desde 2005 al ser el aliado constante de los socialistas en las votaciones celebradas en las Cortes para aprobar los Presupuestos. La buena sintonía entre el PSOE y el PNV, escenificada ayer en un almuerzo secreto en el Palacio de La Moncloa entre Zapatero -recién aterrizado de su viaje a Nueva York-, y el líder de PNV, Iñigo Urkullu, despeja a su vez la posibilidad de que se reedite este año el pacto de estabilidad presupuestario en las diputaciones y ayuntamientos vascos.
Unos y otros se felicitaron por el acuerdo. Urkullu calificó de «histórico» el traspaso de esta competencia, a las puertas del Congreso acompañado del portavoz jeltzale, Josu Erkoreka, y el homólogo de éste, José Antonio Alonso, advirtió que el acuerdo es «respetuoso» con la Constitución y las leyes.
La cuantía pactada ayer asciende a 472 millones de euros que será descontada del Cupo a partir del 1 de enero del año que viene. El precio de la competencia se acerca mucho más a los 480 millones que se reclamaban desde Sabin Etxea y se queda muy lejos de los 300 que antes del verano apalabraron los gobiernos central y vasco. Los socialistas, ante lo perentorio de su situación política, han tenido que buscar una fórmula para satisfacer la histórica demanda nacionalista sin romper la unidad estatal de la caja de la Seguridad Social, que era el problema que había paralizado la reivindicación durante tantos años.
Se pone fin así a un proceso eterno que permitirá que el País Vasco deje ser la única comunidad autónoma que no tenía transferida esta competencia y acaba un culebrón que ha complicado la vida al Ejecutivo de López casi desde que éste asumió el cargo de lehendakari, y especialmente desde que se conoció que el PNV había vetado la transferencia a la espera de que se consumara según sus planteamiento. Los socialistas vascos, pese a que miembros del Ejecutivo central les han tenido informados de los pasos que se iban dando, no se han sentido nada cómodos en esta negociación en la que Urkullu y Zapatero han intensificado los cruces de llamadas telefónicas en los últimos días.
Nueva fase negociadora
El acuerdo supone transferir a Euskadi las funciones, bienes y personal de las políticas activas de empleo, incluyendo bonificaciones a las cuotas, la intermediación laboral, la Formación Profesional -tanto ocupacional como continua-, el Instituto Social de la Marina y la Inspección Laboral. Paralelamente, el Gobierno y el PNV acordaron que en cuanto se reorganice el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) -de acuerdo con la última reforma laboral- se procederá a la transferencia de las funciones ejecutivas vinculadas al mismo.
La transferencia de esta competencia permitirá que hoy mismo el Gobierno central tramite la Ley de Economía Sostenible, su proyecto estrella en la materia sobre el que pende la amenaza de las enmiendas de devolución que se votarán en el Congreso. El PNV no apoyará las enmiendas a la totalidad para devolver el texto a La Moncloa que sí están dispuestos a hacer el PP, CiU, IU-ICV y el Grupo Mixto. Con voluntad de apurar al límite la negociación, los jeltzales tenían previsto reunirse a primera hora de hoy en la Cámara baja para adoptar una postura definitiva que dependendía de si había o no pacto previo.
El preacuerdo deberá ahora completarse con un pacto más amplio sobre aspectos más vinculados a los Presupuestos de 2011 que ya ha comenzado a negociar una comisión creada al efecto de ambos partidos. Sin embargo, es difícil que estas negociaciones finales, que aún pueden durar un mes más, se malogren porque la competencia ayer pactada era la reivindicación fundamental nacionalista para el acuerdo.
En las nueva fase negociadora, el PNV tratará de lograr más inversiones en I+D+i, infraestructuras y en máquina herramienta para el País Vasco, así como el compromiso de traspaso de otras competencias de tipo socio-económico y un entendimiento para la estabilidad política e institucional en Euskadi que descartado el pacto de legislatura podría ser el respeto a la lista más votada en las próximas elecciones locales.
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