Goleador. Sergio Cid anotó seis tantos. :: MORQUECHO
BALONMANO

Una despedida de año para olvidar

El Arrate cayó en su cancha por cinco goles ante el Puerto Sagunto. La lesión de rodilla que sufrió el máximo goleador, Rédei, fue el detonante de la debacle sufrida tras el descanso

XABIER GALARTZA

Domingo, 12 de diciembre 2010, 10:51

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Un nuevo jarro de agua fría en Ipurua, aunque esta vez la sensación térmica fue mayor al contener el líquido un porcentaje mucho más elevado de hielo. Perder contra el recién ascendido Puerto Sagunto, un equipo que hasta la fecha había sido incapaz de vencer lejos de su feudo, ha supuesto un varapalo mayor que el experimentado en este mismo terreno frente a otros rivales directos. Como la derrota sufrida la pasada semana ante el Cuenca 2016 o el empate 'regalado' al Guadalajara.

Se habían depositado muchas esperanzas en que el Arrate fuera anoche capaz de sobreponerse a su cada vez más acentuada dinámica negativa y pasara a dar un golpe sobre la mesa. Hubo incluso quien confesó que llegó a poner velas por esta noble causa. Sin embargo, al parecer, la combustión generada resultó esta vez insuficiente para que el influjo diese resultado.

Lamentablemente, el duelo ha vuelto a ser un calco a grandes rasgos de las últimas actuaciones ofrecidas por los arratearras: inicio prometedor, desarrollo de la primera parte equilibrada y debacle tras el descanso. Resultado final: derrota inapelable.

Esto demuestra que no se puede rechistar. El Puerto Sagunto fue un claro y digno vencedor y resultaría totalmente injusto cargar las tintas contra los hermanos Escudero, colegiados debutantes en la categoría, quienes desarrollaron una correcta labor.

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Inoportuna lesión de Rédei

No se necesitaría escudriñar mucho para poder encontrar una excusa perfecta para justificar una derrota que sólo serviría de consuelo para tontos. Para ello, nos podemos remitir al minuto cuatro de la reanudación, cuando el marcador reflejaba un esperanzador parcial de 13-14. Éste fue el momento en el que Rédei se vio forzado a abandonar lesionado el encuentro, después de que Prce le dañara en la rodilla tras caérsele encima.

En condiciones normales la ausencia del máximo goleador sería un motivo razonable para explicar el bajón que a continuación experimentó el equipo.

Sin embargo, no se puede pasar por alto lo excesivamente condescendiente que estuvo de cara a portería, sobre todo en las situaciones de superioridad. Difícilmente se puede sacar un partido adelante cuando acabas en tablas (2-2) el intervalo de diez minutos que has disfrutado con un hombre más sobre la cancha. El bloque no ha sido de nuevo capaz de sacudirse la presión que lleva arrastrando varias semanas. Una vez más, la defensa rindió a un nivel más que aceptable y el ataque fue casi calamitoso. Otra de las conclusiones o consecuencias que se repiten es que Voncina se haya vuelto a erigir en el mejor hombre. En el cuadro contrario destacó el ex arratearra Iker Serrano, quien abandonó el club a finales de la pasada campaña.

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