
CRISTINA LIMIA
Martes, 9 de agosto 2011, 12:28
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La vespa velutina ha llegado este verano a Legazpi, siendo la primera localidad del Goierri donde ha aparecido un nido de esta avispa asiática invasora.
El enjambre fue descubierto el martes de la semana pasada bajo las escaleras de Latxartegi, donde los jardineros municipales se encontraban realizando las labores de limpieza habituales. Uno de ellos fue atacado por un grupo de avispas, ante lo que el Ayuntamiento procedió a acordonar la zona y avisó al apicultor local Floren Gutiérrez. Éste fue el encargado de exterminar el nido y llevar una muestra de las avispas hasta la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa, localizada en Zaldibia. Allí le confirmaron que se trataba de la temida vespa velutina, que anidaba por primera vez en el Goierri. «Es un tipo de avispa invasora que se diferencia fácilmente de las de aquí porque es negra y un poquito más grande», explica Floren. Tiene tres marcas características: la mitad de sus patas son amarillas, lleva un singular triángulo amarillo en la frente y tres rayas, también amarillas, en la parte trasera de su anatomía.
Caza nocturna
El apicultor legazpiarra esperó a que llegara la noche para abordar a las avispas, aprovechando el momento en el que todas ellas se encontraban de retirada en el nido. «Primero apliqué un insecticida para matarlas y después rompí el nido, que era de un tamaño parecido al de un balón de fútbol», explica. Su ubicación en el hueco de una escalera no responde a lo habitual, ya que este tipo de especies suelen crear sus moradas colgando de árboles, a grandes alturas y con unas dimensiones que alcanzan los 50 x 80 centímetros.
Floren destruyó todo, excepto la muestra que llevó a la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa. «Nada más ver las avispas me parecieron vespas velutinas, pero no imaginé que sería el primer nido localizado en el Goierri, ya había aparecido algún que otro caso cerca, como en Oñati, pero no eran nidos, sino ejemplares sueltos que habían caído en trampas», relata.
Ahora lo importante es mantener la vigilancia: «Si alguien ve algo, es fundamental que no actúe por su propia cuenta, sino que avise cuanto antes al Ayuntamiento, para que desde el mismo se puedan tomar las medidas oportunas, no es cuestión de generar una gran alarma, pero sí de estar pendientes, porque se trata de una especie bastante agresiva», apunta Floren. Y es que la vespa velutina es una avispa depredadora, que se alimenta de casi todo tipo de insectos, nutriéndose especialmente de la abeja local, conocida como apis mielífica. «Esta última sale a trabajar y cuando vuelve a la colmena lo hace cargada de néctar, polen... y está cansada», explica Floren. Ello la hace aún más vulnerable ante la vespa velutina, de entrada con mayor envergadura y mandíbula más fuerte. La mayor termina comiéndose a la menor, poniendo en peligro la producción de miel y el equilibro del ecosistema local en general. Su picadura también es más dolorosa en las personas, siendo siete veces más potente que la de una abeja.
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