:: ALFONSO BERRIDI
ARTÍCULOS DE OPINIÓN

Un Aiete social

UNAI SORDO

Miércoles, 16 de noviembre 2011, 03:36

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Ante el panorama socioeconómico que se avecina, CC OO Euskadi hemos planteado una iniciativa. La hemos denominado Iniciativa Vasca por el Empleo y ante la crisis y lo hacemos desde la preocupación por la duración e intensidad de esta crisis y sus efectos. De lo que hemos pasado y lo que nos queda por pasar. Las grandes batallas se están librando en el marco global, pero creemos que hay márgenes importantes de actuación en los marcos locales. En Euskadi contamos con una amplía autonomía fiscal, posibilidad de implementar políticas de empleo, resolver convenios colectivos, etc.

Es momento de hacer. El derrotismo, el descreimiento y la apatía carcomen el edificio democrático. La sensación de actuar al dictado de poderes ocultos no identificados tiene ya una consecuencia de desapego de gran parte de la población a la cosa y al interés público.

Tenemos problemas socioeconómicos evidentes. El paro en Euskadi aumenta. La falta de renovación de los convenios colectivos disminuye la renta real de trabajadoras y trabajadores. La recaudación fiscal baja y se recortan presupuestos, cuestión que de consolidarse en el tiempo deteriorará gravemente inversión y servicios públicos. Los precios suben más de lo que la atonía económica en la que estamos instalados podía presagiar.

En todos estos ámbitos hemos planteado propuestas. Enumeradas brevemente serían medidas sobre el empleo de los colectivos más afectados por el paro (en especial, sobre el empleo joven y parados de larga duración); respecto a la vivienda, incentivando políticas que permitan el acceso al alquiler o servicios de apoyo para renegociación de hipotecas de quien lo requiera; también de racionalización del transporte en el acceso a los centros de trabajo, medioambientalmente deseables y que tendrían un efecto positivo en el gasto de la gente y por tanto en su renta disponible. Pero el eje de la iniciativa tiene que ver con los convenios colectivos, y la fiscalidad; es decir la política de distribución de rentas).

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Planteamos un gran acuerdo en materia de negociación de convenios que sirva para actualizar los atrasados (dos, tres o más años sin renovar) y fijar vigencias para los próximos dos años en términos salariales razonables y acordes con lo que se está planteando en las mesas de negociación actuales. A cambio de esta moderación en los incrementos salariales promover un compromiso por el empleo de calidad y una reforma fiscal que permita mejorar los ingresos públicos y cuadrar los presupuestos futuros sin recortes en materias claves para hacer política anticrisis.

Simplemente, en la hipótesis de actualizar los convenios en base a los IPC de 2008-2009-2010, un salario medio en Euskadi, cada trabajador incrementaría su salario bruto anual en 1.352 euros. Cerrando convenios a dos años vista, las empresas se dotarían de certidumbre y estabilidad para abordar el duro ajuste que aun le espera a la sobreendeudada economía europea. La necesaria mejora de la recaudación fiscal permitiría a las instituciones vascas encarar mejor esta situación.

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Así actuaríamos sobre demanda interna. La restricción del crédito seguramente se verá agravada. El sector exterior evolucionará en función de cómo lo hagan los países a los que exportan las empresas vascas, mientras que la situación en España será dura y larga, con niveles de desempleo inasumibles. El gasto de las Administraciones está lastrado por una política que prioriza totalmente la reducción del déficit, a través de reducir gasto y sin hacer un planteamiento serio sobre el incremento de ingresos. La línea que están llevando a cabo los Gobiernos es equivocada. Los presupuestos de Gobierno Vasco, diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, conllevan reducciones importantes que afectarán a la actividad económica. Es hora de replantearse las cosas y cambiar las políticas manteniendo equilibrios.

CC OO plantea una actualización salarial, frente a la pérdida de salario nominal y real que conlleva el bloqueo de los convenios colectivos. Sin el concurso de los demás sindicatos y de las patronales, esto no es posible. A unos y otros nos dirigiremos. Si la evolución del coste laboral no actualizado y el de los próximos años se hace previsible y razonable, se puede canalizar parte del excedente empresarial y de las rentas no provenientes de salarios a la recaudación fiscal o creación de empleo. Para ello, nos dirigiremos a las instituciones vascas. Hay márgenes para hacerlo, tocando tramos altos del IRPF, o incrementando el tipo real del Impuesto de Sociedades.

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En el maremágnum institucional vasco, con la coyuntura política o la relación intersindical existente esto puede parecer irrealizable. La cuestión es: ¿Somos capaces de hablar todos con todos y buscar cierta coherencia? ¿Necesitaremos un palacio, léase Aiete, para hacerlo? No necesitaremos ningún facilitador para indicarnos lo que sabemos que debiéramos hacer, ¿verdad? Y por último, ¿Cómo computa en un PIB la ración de confianza que lanzaríamos a la sociedad vasca si fuéramos capaces de hilvanar un mínimo común en las claves indicadas?

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