

Secciones
Servicios
Destacamos
IRENE PEDRUELO
Martes, 24 de julio 2012, 09:27
Hace un tiempo rodaban por las calles de San Sebastián, pero en cuestión de meses cambiarán el asfalto de la ciudad por los caminos arenosos de la provincia de Tinduf, en Argelia. 111 bicicletas donostiarras retiradas de la calzada por encontrarse abandonadas en la calzada partirán en las próximas semanas con destino a los campamentos de refugiados saharauis, donde sus nuevos y jóvenes dueños verán cumplido el anhelo de contar por fin con un medio de transporte que les evite recorrer a pie la distancia -a veces de hasta 3 kilómetros- que separa sus hogares del colegio.
Los ciclos presentan hoy un aspecto muy distinto al que lucían cuando la Guardia Municipal decidió retirarlos de la calle por encontrarse en mal estado. La maña de 60 personas en riesgo de exclusión social implicadas en el proyecto puesto en marcha por el Ayuntamiento en 2011 ha logrado devolverles el brillo del que un día gozaron. La idea es dar salida a las cientos de bicicletas que todos los años llegan al depósito municipal y que tras un tiempo nadie reclama, y al mismo tiempo «formar y ocupar», según explicó en rueda de prensa el concejal de Bienestar Social, Jon Albizu, en el arreglo de bicicletas a personas que padecen problemas de inserción socio-laboral.
Dos entidades participaron en la fase de reparación de los ciclos: la Asociación Erroak-Sartu, que guió en el proceso a 11 reclusos de la cárcel de Martutene y a más de 25 personas perceptoras de la Renta de Garantía de ingresos, y la Fundación Secretariado General Gitano que organizó un curso dirigido a jóvenes gitanos de entre 18 y 25 años en el que además de aprender un oficio «trabajaron valores como la puntualidad o el acudir todos los días a un lugar», aseguró la portavoz de la fundación, Carmen Pinedo. «Son personas en situación de vulnerabilidad y con problemas de inserción laboral que gracias al taller aprenden a dar salida y utilidad a algo para terceros», aclaró la portavoz de Erroak, Concha Clavero, que cifró en 430 las bicicletas sobre las que han trabajado desde que en septiembre de 2010 la asociación se involucró en el proyecto. Lograron devolver la vida a 290 ciclos, y el resto fueron despiezados para reparar sillines estropeados, ruedas pinchadas, manillares desaparecidos...
El año pasado el consistorio envió 164 bicicletas a Cuba y Benin, pero en esta ocasión los ciclos viajarán hasta Tinduf por medio del Frente Polisario en el marco del proyecto de cooperación '3.000 bicis para el Sáhara' impulsado por la ONG Mugarik Gabe.
Un objeto muy perdido
El catálogo de objetos perdidos de la web municipal contiene las fotografías de 488 bicicletas sin reclamar. Algunas fueron retiradas por estar candadas en lugares inadecuados y otras por su mal estado, pero la dificultad para demostrar la propiedad de los vehículos o en muchos casos incluso el pensar que la desaparición se debe a un robo ha llevado a que los ciclos rebosen el depósito municipal. «Necesitamos la factura de compra, una fotografía o el número de bastidor que identifique que la bicicleta es de su propiedad. Si no es difícil poder entregarla», explicó un miembro de la Guardia Municipal. La inscripción del ciclo en el registro acabaría con el problema, aunque desde su implantación tan solo 3.000 han optado por esta opción.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las olimpiadas de la FP cántabra
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.