El Gran Hotel, en primera línea de playa, atrajo durante años a ilustres personalidades.
ZARAUTZ

Zarautz llegó a tener hasta catorce hoteles en la década de los setenta

Según detalla Laurentino Gómez en su reciente publicación. El libro da a conocer la relación de hoteles y las personalidades que se alojaban en Zarautz

ANTXON ETXEBERRIA

Martes, 30 de octubre 2012, 09:45

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Laurentino Gómez Beldarrain (Bilbao, 1962 pero residente en Donostia desde 1985) acaba de publicar el libro 'Turismo y Hoteles en la tarjeta postal (1900-1975)' , donde repasa la relación de hoteles en diferentes localidades de Gipuzkoa. Su afición, desde hace veinticinco años, por las tarjetas postales del territorio despertó su interés por la historia y el desarrollo de su territorio de adopción. Ha tardado tres años en preparar este libro donde se pueden leer diferentes pasajes de interés sobre nuestro municipio. Carmen Aguirre y Paco Urquía han sido sus interlocutores.

En lo que a Zarautz se refiere, viene a contar que en 1908 contaba con 3.019 habitantes. «Acuden forasteros a tomar los baños de mar, posee magnífica playa, puerto pequeño, hermosos paseos, abundancia de aguas potables, calles bien empedradas, abundante alumbrado, casas antiguas y señoriales, magníficas villas y hoteles de buen confort donde el visitante encuentra toda clase de comodidades. Entre los festejos de la temporada de verano figuran: corridas de novillos, fuegos artificiales, ascensión de globos, cucañas, partidos de pelota a rebote, iluminaciones de paseos y conciertos de la banda municipal.

Según explica Laurentino Gómez en su libro, «cuando el rey de Castilla Fernando III concedió en 1237 la carta puebla a Zarautz sus pobladores se dedicaban primordialmente a la agricultura y la pesca de la ballena. La desaparición de estos cetáceos de las aguas del Cantábrico en el siglo XVI estimuló el desarrollo de otras actividades como la construcción naval, las ferrerías, la fabricación de muebles o la industria textil».

Marquesa de Narros

A mediados del siglo XIX vivía en Zarautz doña Josefa Corral, Marquesa de Narros, que profesaba un gran afecto por la tierra que la vio nacer. Habiéndose casado los hermanos duque de Villahermosa y conde del Real con dos hijas del duque de Granada de Ega, pariente de la citada marquesa, ella hizo que estos señores conocieran Zarautz y tanto les agradó el lugar que decidieron fijar allí su residencia veraniega. Al poco tiempo fue el marques de Aguilafuente, emparentado con los anteriores, quien adquiría una casa. Mas tarde, el ministro Alejandro Castro compró un caserío que transformaron en una magnífica posesión los condes de Villapadierna y su hijo el marqués de Muñiz. De esta manera, unos aristócratas fueron atrayendo a otros que, si al principio se alojaban en el afamado Gran Hotel, no tardaron en edificar elegantes villas y chalets junto a la playa. También don Pascual Madoz (1806-1870), antiguo ministro y autor del Diccionario Geográfico Estadístico de España y la Reina Isabel II contribuyeron a dar renombre a Zarautz.

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El Gran Hotel

El Gran Hotel fue sin duda la casa común del 'grand monde' en Zarautz. Llegó con la aristocracia y desapareció cuando las distinguidas familias de veraneantes empezaron a vender sus propiedades, que los promotores convirtieron rápidamente en rentables complejos urbanísticos. Inaugurado el 15 de julio de 1884, su propietario, el duque de la Unión de Cuba, reservó para su uso particular uno de los cuerpos laterales del edificio llamado Villa Poniente. El ala opuesta, fue residencia del duque de Sotomayor. En un principio solo la parte central se destinaba a hotel en régimen de alquiler.

De la gerencia se encargaba don Enrique Bringeon, natural de San Juan de Luz, que decidió abrir su negocio en Zarautz. Las dos primeras temporadas fueron nefastas a causa de las epidemias de tifus y de cólera que sacudieron.

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Tras la muerte de don Enrique acaecida en 1911, se hizo cargo del hotel su hijo Salvador Bringeon Halsuet quien, siendo entonces propietario de los 4.000 m2 de terreno adyacente, compró al duque de la Unión de Cuba el edificio con las villas laterales. Su esposa era Margarita Elicalbide.

Ilustres clientes

En los años 20, el turismo aportaba a Zarautz no menos de un millón de pesetas anuales. Se construyen lujosas villas y sus propietarios se alojaban en el Gran Hotel mientras se concluían las obras. En la Guerra Civil se instalaron en el edificio varias embajadas como las de Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña o Suiza. De la interminable lista de clientes se puede citar a Humberto de Saboya, último rey de Italia; la Reina Fabiola de Bélgica; los Príncipes de Lienchestein; de Hohenhole, de Braganza; duquesas del Infantado, de Alba; los escritores Eugenio D'ors i Rovira, hermanos Álvarez Quintero, las artistas María Guerrero, Marlene Dietrich, el tenor Lauri-Volpi, los pintores Ignacio Zuloaga, Ricardo Macarrón; personajes como Jaqueline Kennedy, el torero Paco Camino y muchos otros nombres que muestran la categoría turística que tuvo Zarautz en el siglo XX.

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Pero no era el único hotel por aquel entonces. Laurentino Gómez explica que Torre Luzea fue convertido en hotel a principios del siglo XX, el Hotel La Perla, también en primera línea de playa. Por precios era comparable a los hoteles Alameda y Otamendi.

La Residencia San Miguel perteneció a don Eduardo Díaz de Unzurruna, marqués de San Miguel Aguayo. De carácter neovasco, se construyó en los años 1920 según los planos de Ramón Cortazar, arquitecto de la Diputación. Durante la postguerra, unos sobrinos de Díaz de Unzurruna alquilaron la casa a su viuda e hicieron de ella una residencia para veraneantes. Posteriormente fue cedida a Mario Atorrasagasti, quien la transformó en Hostal Duque.

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Trece hoteles

En 1969 el número de hoteles llegó a su cifra máxima, trece en total, y entre ellos se encuentra el Hotel Zarautz. En 1924, Jaime Egaña mandó construir esta residencia que en el pueblo era conocida como la 'Etxe haundi' o 'Casa Grande', por su excepcional altura. El hotel abrió sus puertas en los años 40 y como curiosidad su ascensor fue el primero que se instaló en Zarautz.

Según los datos de la delegación Provincial de Información y Turismo, Zarautz a primeros de la década de los 70 contaba con los siguientes catorce hoteles: Euromar, Naútico-playa, La Perla, Gran Hotel, Duque, París, Alameda, Clery, Eguzki, Miramar, Otamendi e Illarramendi, a los que Paco Urquía añade dos que no aparecen en la lista: Navarro y Amilibia.

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