La 'Klasika' se rinde ante Xabier San Sebastián

La mejor carrera del calendario junior se rindió ayer ante el poderío de Xabier San Sebastián (Euskadi). Ni los corredores seleccionados por cada autonomía, ni la teórica espectacularidad del recorrido, ni la lógica deportiva... Nadie pudo con el tolosarra. Todo y todos se rindieron ayer ante la exhibición que un ciclista precoz ofreció tras un ataque precoz.

En el kilómetro 5, tras el sprint por la meta volante, al verse en cabeza, San Sebastián desoyó a su cabeza y se dejó llevar por el torrente de energía y entusiasmo que le brotaba de dentro. Se marchó. A otra carrera. La suya. Por encima de las circunstancias que rodean a una prueba de primer nivel.

Le acompañó en la aventura Ander Alonso (Caja Rural), socio preferente de la hazaña de la jornada que sólo sucumbió ante la autoridad del ganador tras relevar con nobleza durante más de ochenta kilómetros. San Sebastián aprovechó un pequeño desnivel a falta de veinticinco kilómetros para propinar un golpe seco a su compañero de fuga y marcharse en solitario. Un latigazo que empezó en la cuneta izquierda y se resintió hasta la calzada derecha. Vuelta a tumbarse sobre la bici... ¡y hasta meta! Alonso tuvo que rendirse.

El vencedor confesó en meta que «le he atacado porque me ha dicho que ya no me iba a relevar» y que «sólo cuando me he visto en cabeza en solitario con más de un minuto de ventaja he empezado a creerme que podía ganar. Hasta ese punto, siempre con 1:40 o menos sobre el grupo perseguidor, no he sentido la confianza de poder vencer».

Por detrás, un peldaño más abajo, se disputaba la 'Klasika' que se esperaba, con ataques y contraataques entre los ciclistas más prometedores del panorama junior. Jon Irisarri (Euskadi) tapó con piernas y oficio el primer intento de Victor Aguado (Madrid) y Pablo Noriega (Cantabria) por salir hacia la cabeza de carrera. Más tarde fue el elemento discordante de un grupo de diez unidades que nunca pudo reducir la ventaja del dúo cabecero a menos de 1:15.

La sucesión de subidas -seis veces ascendieron a Ventas de Astigarraga y tres, a Oiartzun- y el kilometraje -113 son muchos kilómetros para la categoría- también se rindieron ante Xabi San Sebastián, quien no varió su alegre pedaleo en ningún momento, simulando al muñeco de las pilas Duracell.

En los últimos treinta kilómetros la configuración de la carrera se desmelenó por detrás, con ciclistas que partían del pelotón e iban recogiendo descolgados, con numerosos grupos de contraataque que terminaron por juntarse. La 'Klasika' se fatigaba y se desmoronaba mientras Xabi San Sebastián, al margen, culminaba su soberbia exhibición.

En meta declaró que «es la victoria más importante que he conseguido». Ha ganado cinco carreras este año con el Limousin-Oriako-. Y explicó su gesto en meta: «Se la he dedicado a mis abuelos fallecidos».