Reusser reina, Vollering gobierna

La etapa guipuzcoana reventó en la subida a Murgil, donde Annemiek Van Vleuten (Movistar) lanzó su órdago y deparó el duelo más esperado de la carrera llevándose a su rueda a Vollering. No le pudo soltar para arriba, pero lo hizo en la parte inicial de la bajada hacia Orio desde Mendizorrotz disparando el nivel de emoción. Pero la líder no perdió la cabeza y antes de llegar al cruce de la N-636 enlazó con su rival más directa.

Faltaba el tramo de llano entre Aginaga, Usurbil y Donostia. Toda una vida. Enlazaron por detrás tres ciclistas más que, como ocurre en toda prueba de primer nivel, andaban cerca. Y cuando el quinteto avanzaba inexorablemente hacia el sprint del Boulevard, Reusser hizo de Evenepoel. Tras pasar por Usurbil, emuló la táctica del belga aquella vez que ganó la Clásica de San Sebastián con un ataque tan sorpresivo como portentoso. Como el de este domingo de la ciclista suiza. Cierto es que Vollering le cubrió las espaldas en el cuarteto de atrás, pero la ganadora rodó como los ángeles arrojando la sensación de que hubiera seguido a la misma velocidad y acoplada con la misma elegancia hasta Irun, pasando por Pasaia y Oiartzun, si le hiciera falta.

Metió minuto y medio a sus perseguidoras (Vollering, Niewiadoma, Baril y Van Vleuten) para cuando se adentró en las calles de Donostia, antes de que se presenciara la imagen más 'xelebre' del día. Las cuatro ciclistas se pararon a mirarse en La Avenida, dentro del último kilómetro, sin dar pedales, al más puro estilo prueba de velocidad en la pista. Ninguna quería avanzar. Hasta que, lógicamente, llegaron por detrás dos ciclistas más: Muzic y Caballi, ambas del FDJ.

Aturdida esperaba en meta la ganadora, con la sospecha de que sus contrincantes se hubiesen perdido. Pero llegaron. Y Vollering rubricó con una victoria limpia al sprint su superioridad. Levantó los brazos entendiendo que el triunfo también le correspondía, frenó haciendo un derrape y se abrazó a su compañera. Besos, felicitaciones, agradecimientos...

Por detrás llegó un rosario de ciclistas. Todas las que alcanzaron el Boulevard pudieron medir su distancia respecto al techo de nivel del actual pelotón mundial. La Itzulia ha puesto blanco sobre negro dónde le corresponde estar a cada una.

La mejor ciclista guipuzcoana fue Usoa Ostolaza (Laboral Kutxa), 15ª en la última etapa y 16ª en la clasificación general. Sus declaraciones en meta reflejan el valor que le ha dado a su actuación. «Todavía no me lo creo, es un día que no olvidaré nunca. El de este lunes era un día muy especial, en mi casa, siendo de Zarautz, conozco bien todas las carreteras. Y así ha sido; escuchar mi nombre, ver tantos conocidos y la afición animando todo el recorrido ha sido muy emocionante y ha sido una motivación extra. La carrera me ha salido redonda, he podido coger la fuga, y estoy muy contenta con la etapa y toda la Itzulia. Me he sentido bien los tres días. Los últimos kilómetros han sido muy duros, desde Murgil ha sido una agonía, pero al llegar a meta ha sido una gran alegría. En casa, en una carrera del nivel como la Itzulia, ha sido muy importante para mí. Me gustaría seguir por este camino, tanto yo como el equipo, y mejorar paso a paso».