Un grupo de padres y madres espera a sus hijos en la parada de autobús del colegio Toki Alai de Irun, situada en el barrio de Arbes. F. DE LA HERA

«Es increíble, todo el verano sin acuerdo y buscan soluciones con el curso empezado»

El colegio Toki Alai de Irun se ve obligado a duplicar una ruta escolar para evitar que un centenar de niños se queden sin servicio

Iñigo Villamía

San Sebastián

Martes, 12 de septiembre 2023, 02:00

Las familias de un centenar de escolares de Primaria del Toki Alai-Siutz Ikastetxea de Irun han visto trastocadas sus rutinas nada más empezar ... el cole. Se han quedado sin el autobús que cubría su ruta, y la única solución que les han dado es que un vehículo duplique los viajes. Esto conlleva que algunos alumnos tengan que coger el transporte al menos un cuarto de hora antes de lo que lo hacían en el curso anterior y esperar a que lleguen sus compañeros del segundo turno. Y lo mismo sucede a la hora de regresar a casa, porque habrá quienes lo hagan con al menos media hora de retraso. Otro de los problemas añadidos es que este trastoque horario afecta a la franja del mediodía, con lo que el tiempo es mucho más limitado para los niños que van a comer a casa. «Salen a la una de clase y puede que casi hasta las dos no lleguen a la parada», relata Javi Serrano, padre de Elaia, de 6 años, y uno de los afectados.

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«Hemos estado una hora esperando al autobús y nuestros hijos han llegado a clase con tres cuartos de hora de retraso»

Javi Serrano

Padre afectado

Hasta ahora, este colegio público irundarra contaba con nueve rutas escolares –dos de ellas duplicadas– que se repartían tres empresas con siete autobuses. La sorpresa para los nuevos afectados llegó un día antes del comienzo de curso. La dirección les comunicaba que su bus ya no operaría este año. Ayer, después de recibir numerosas quejas, se les confirmaba que había que duplicar una nueva ruta. Es decir, que seis vehículos realizarían los mismos nueve recorridos. El cambio de la mañana altera el horario en 15 minutos –pasan de salir a las 8.30 a hacerlo a las 8.15 horas–, si bien las tardes son más complicadas para quienes están en el último turno. En su caso, el horario podría demorarse en media hora y algunos ya tenían cogidas diferentes actividades extraescolares que ahora no encajan en el día a día de la organización familiar.

«No puede ser que por la reestructuración no sepa ni en qué autobús ni a qué hora exacta llegan mis hijas a la parada»

Garazi Oyarbide

Madre afectada

Así, el inicio de curso fue complicado. «A las ocho y media de la mañana ya estábamos esperando en la parada porque hasta ahora esa era la hora definida para la recogida de nuestros hijos», cuenta Serrano. Sin embargo, «no fue hasta casi una hora más tarde cuando se subieron al autobús», lo que provocó que llegaran al centro «con unos 45 minutos de retraso», asegura. Al igual que sucede en Bizkaia y Álava, pero a mucha menor escala, en Gipuzkoa hay varias rutas que han quedado desiertas en las licitaciones de transporte escolar. Un problema de difícil solución después de que el departamento vasco de Educación publicase una orden de ejecución forzosa para las compañías que no cubrían las rutas desiertas y que, con el comienzo de curso, algunas se han negado a retomar. A la espera de encontrar una solución, Educación anunció que estudia la posibilidad de ofrecer «medidas compensatorias» a los perjudicados por la falta del servicio de transporte.

En el caso de las familias del Toki Alai, organizarse con vehículos privados resulta muy complicado debido a la propia ubicación del centro, que dificulta el acceso a varios coches al mismo tiempo. Las instalaciones están en una colina y el último tramo para acceder a las mismas tiene una pequeña pendiente con varias curvas. La carretera en este punto es bastante estrecha y ya han tenido algún susto. Como el del pasado mes de junio cuando uno de los vehículos se salió de la carretera y quedó al borde de precipitarse por un terraplén. Afortunadamente circulaba vacío y el conductor no resultó herido. Todo se complica. «Está prohibido subir en coche. Solo podemos hacerlo si está justificado y siempre y cuando sea después de que baje el último autobús», reconoce Serrano. Tanto para él como para el resto de familias, el mayor problema a partir de hoy mismo serán los horarios. «No sabemos qué haremos para organizarnos», explica.

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«¿En qué bus y a qué hora?»

Es la pregunta que se hacía Garazi Oyarbide, madre de dos niñas de 5 y 9 años. A ella, como al resto de padres, este problema se le hizo bola. «No puede ser que por la reestructuración en el servicio yo no sepa ni en qué autobús ni a qué hora exacta llegan mis hijas», expresaba.

Mismo pensamiento tienen Serrano y su mujer Elena. «Nosotros tenemos suerte porque uno trabaja de mañanas y el otro de tardes, pero somos conscientes de que no todo el mundo la tiene», contaba. Al menos durante las primeras dos semanas el problema será menor ya que los alumnos solo tienen clase por la mañana. No obstante, las familias lamentan que «las empresas y el Gobierno Vasco hayan tenido tres meses para negociar y no hayan llegado a un acuerdo hasta una vez empezado el curso».

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