Remco Evenepoel (Aalst, Bélgica, 22 años) consiguió el sábado en el Boulevard su undécima victoria de la temporada y la segunda txapela en la Clásica a su estilo, a lo grande. Junto a la Lieja, también conquistada este año, es su carrera favorita, palabras mayores si viene de un belga. El del Quick Step se centra ahora en la Vuelta a España, la primera gran carrera de tres semanas que ha preparado en condiciones y con mimo.
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– ¿Fue la del sábado su victoria más impresionante de las logradas hasta ahora?
– Quizás sí, sobre todo viendo cómo la conseguí, pero creo que es lógico poner la de la Lieja por encima de esta. Fue un día y una carrera perfecta por parte de todos porque los compañeros me llevaron muy bien, sin que tuviera que gastar ninguna fuerza de más. Lo de Serry en Jaizkibel fue increíble, descolgando a los mejores escaladores del mundo, y el plan era que Knox liderara los primeros instantes de Erlaitz, pero el Education First se movió desde abajo. Miré atrás, vi que el pelotón estaba totalmente roto y decidí atacar. Solo Yates me pudo seguir y pensé que era un buen escenario que camináramos los dos juntos, así que decidí aumentar el ritmo. Pero también se quedó. Solo me quedaba hacer el esfuerzo en solitario hasta meta.
– Después de coronar Murgil se le vio sacando la lengua, como si hubiera terminado al límite.
– Hice Murgil a tope después de una contrarreloj individual de treinta kilómetros y cuando terminé el muro pensé 'ya está, estoy muerto'. Después solamente me quedaban la bajada de cinco kilómetros y los tres finales al lado de la playa. Fue una reacción de saber que el trabajo ya estaba terminado, más cuando te dicen que tienes dos minutos y medio de ventaja sobre el perseguidor. Después de subir Erlaitz y Murgil 'full gas', solo podía estar feliz de haberlas superado.
– ¿Sintió la necesidad de subir Murgil al límite a pesar de la renta que tenía?
– Antes de empezar el muro me dijeron que tenía un minuto. El año que gané recuerdo que la ventaja era de unos 35 segundos, pero yo solo quería ir a tope hasta arriba y después ver cuánto sacaba a los perseguidores. De todos modos, era una batalla de hombre contra hombre entre yo y los Ineos, y después había un grupo de cuatro. Era un escenario completamente diferente al de 2019 pero, si tengo las piernas bien, ¿por qué no voy a exprimirlas? Es una carrera que quería ganar y fui a por ella porque me sentía muy fresco.
– El ambiente en Murgil fue espectacular y tanto el viernes como el sábado fue el ciclista más querido. ¿Cuál es su relación con la afición?
– Desde que gané en 2019 mi relación con el aficionado vasco y con el País Vasco ha ido a más y actualmente es muy fuerte. Este año también hice la Itzulia en abril y todo el mundo me animaba, fue una pena que me quedara fuera del podio por solo dos segundos. Siempre me apoyan vaya como vaya, como cuando cedí en Arrate en la última etapa: me siguieron empujando de manera muy apasionada. El sábado en Erlaitz y Murgil estuvieron espectaculares, incluso con bengalas y con ese pasillo de gente. Sabes que te duelen las piernas, pero con la afición vasca alrededor no sientes ningún dolor.
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– Dos carreras con final en Donostia y dos victorias. La segunda etapa del próximo Tour de Francia termina en San Sebastián. No hace falta que le diga más.
–¿Ah sí? No lo sabía. Tengo que escuchar lo que tiene que decir Patrick Lefevere sobre mis planes de participar en el Tour de Francia, pero quizás le puedo hacer cambiar de opinión (risas).
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Iñaki Izquierdo
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Joseba Lezeta
– En los últimos quince años solo en dos ediciones de la Clásica el ganador no había venido de correr el Tour. Usted es el que ha roto con esa regla en 2019 y en 2022. ¿Qué diferencias cree que hay entre llegar con el Tour en las piernas y sin él?
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– Si miras a las horas que hice en la concentración de Livigno, fueron muy parecidas a las de una gran vuelta. Dos semanas con muchísimas horas y puertos muy duros que se suben en el Giro. No es exactamente la misma preparación, pero... No sé, es difícil de responder. Benoot ha hecho el Tour y estaba el sábado en el podio. Creo que sucedió lo mismo con Van Avermaet hace tres años, que hizo segundo y también estuvo en el Tour. Sivakov no lo ha hecho... Es una ventaja, pero en otros casos también es una desventaja. Influye mucho cómo has rodado durante el Tour.
– ¿Por ejemplo?
– Pogacar estuvo las tres semanas exigiéndose mucho para luchar por el maillot amarillo. Llegas muy cansado para competir aquí porque estás con una sensación de desconexión. Por otro lado, Benoot trabajó muy bien pero hubo días en los que no tuvo que exigirse tanto y podía afrontar las subidas con más tranquilidad. Corriendo de esa manera puedes tener cierta ventaja al correr aquí, pero en mi opinión depende mucho de cómo recuperes.
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– ¿Ganar el domingo le hace cambiar las expectativas que tiene para la Vuelta a España?
– La Clásica es un día y la Vuelta son tres semanas, son muy diferentes. Lo que hemos demostrado es que tenemos un equipo que está preparado. Me siento muy fuerte y si todo va bien las próximas semanas creo que podré llegar en una condición aún mejor. Después hay que tener suerte, mantenerte lejos de los problemas los primeros diez días y cuando la fatiga empiece, las piernas hablarán. La victoria en la Clásica no cambia mis expectativas para la Vuelta y mi objetivo principal será ganar una etapa y terminar entre los diez primeros de la general. Todo lo que esté por encima de eso será mucho mejor, pero un top-10 y una etapa serían un sueño para mi.
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– ¿Cree que conseguirá mejorar su forma?
– Me entrenaré duro para mejorar un poco más, pero si logro mantener esta forma durante cuatro semanas más también estaré contento. Pero sí, tengo la esperanza de que pueda conseguirlo.
– ¿Qué diferencias hay entre el Evenepoel que llegó a su debut en una gran vuelta en el Giro de 2021 y el de ahora?
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– No podemos compararlo. Mi peso por entonces no era natural porque mi cuerpo no asumía de la manera adecuada los carbohidratos que le cargaba después de los grandes esfuerzos. Estaba en 60-61 kilos, y no era el ideal. Ahora estoy en mi peso ideal, 63 kilos. Es ligero y no se ve afectado por mi potencia. Tampoco se puede comparar porque he tenido dos preparaciones distintas. Además, llegar a la Vuelta tras ganar la Clásica es buenísimo para la cabeza, es el mejor escenario en el que desearía encontrarme. Todo el equipo estará listo. Tenemos una estrategia e iremos a la Vuelta sin sprinters. Nuestro objetivo son las etapas de montaña para hacer una buena clasificación general y ese es el plan que tenemos para los próximos años. La Vuelta es el primer gran test.
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