Ángeles Carmona | Presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género
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Ángeles Carmona | Presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género
«El crimen resulta llamativo por el plus de alarma social y peligro al haber sido en la calle»La violencia de género deja ya 19 mujeres asesinadas y 17 huérfanos en lo que va de año. La lista ha vuelto a teñirse de negro con el asesinato de Lourdes a manos de su expareja en Orio. La presidenta del Observatorio contra la Violencia ... Doméstica y de Género del Consejo Judicial del Poder Judicial, Ángeles Carmona, afirma que «cada mujer asesinada es motivo de preocupación, sean cuales sean las cifras» y «cada vez que una mujer es asesinada ha habido un fallo del sistema». No obstante, lanza un mensaje en «positivo» porque «el camino que hemos recorrido hasta llegar donde estamos hoy ha supuesto un enorme avance».
– El crimen machista ocurrido este martes en Orio ha sobrecogido a la ciudadanía. ¿Sorprenden las circunstancias en las que sucedió?
– Desde luego resulta llamativo por el plus de alarma social y de peligro para terceros que esta acción ha tenido, al haberse producido, por lo que he leído en los medios de comunicación, en un parque público y cerca de una zona infantil. Según los estudios que realizamos en el Observatorio, si bien en la inmensa mayoría de los asesinatos de violencia de género el escenario es el domicilio, de la víctima o del agresor, hay una parte de esos crímenes que se cometen en la vía pública. En 2021, fueron el 4%.
– La lista de mujeres asesinadas por violencia machista asciende ya a 19. ¿Preocupan los números?
– Cada mujer asesinada es motivo de preocupación, sean cuales sean las cifras. Si comparamos el dato de 2023 con el número de feminicidios ocurridos entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2022, veremos que fueron 20 y que, por tanto, nos enfrentamos a cifras muy similares. Pero insisto, nos preocupa cada caso que se produce.
– Hacía 11 años que en Gipuzkoa no se producía un crimen de violencia de género.
– No hay un patrón estable de distribución de los asesinatos machistas. La violencia de género golpea sin distinción. Sí podemos hablar de factores de vulnerabilidad, que conocemos gracias al pormenorizado estudio que se hace de cada caso, y uno de esos factores lo constituyen las localidades pequeñas, especialmente en el ámbito rural.
– Los hijos no dejan de ser víctimas 'ocultas' cuando ocurre un asesinato machista. ¿En qué situación quedan?
– En muchas ocasiones son los familiares de la víctima quienes se hacen cargo de los hijos e hijas menores de edad que quedan huérfanos. Aunque cuando no hay personas que reúnan las condiciones necesarias para hacerse cargo de ellos, pasan a ser tutelados por los servicios sociales. En cualquier caso, lógicamente, se realiza un seguimiento de estos niños, que necesitan tratamiento psicológico porque no sólo han perdido a su madre (o a los dos progenitores), sino que en muchas ocasiones han sido testigos del crimen. Además, cuentan con ayudas económicas previstas legalmente. En cuanto a los datos, en 2021 quedaron huérfanos 33 menores de edad y en 2022, fueron 38. En lo que llevamos de 2023, ya son 17.
– ¿La maternidad es una de las circunstancias que aumentan el riesgo para las víctimas?
– Desde luego es uno de los factores de vulnerabilidad que venimos observando desde hace muchos años. Según podemos ver en el informe de 2021, el 75% de las mujeres asesinadas, tres de cada cuatro, eran madres. Este es un porcentaje que se repite, lo que pone de manifiesto que las mujeres que son madres son víctimas muy vulnerables.
– ¿Qué otros factores incrementan el riesgo para la víctima?
– Según hemos podido comprobar al analizar los casos de asesinato y homicidio en el ámbito de la pareja o expareja, la situación de crisis en la pareja, la intención de la víctima de separarse o divorciarse del maltratador es uno de ellos.
– ¿Qué otros datos recaba el Observatorio en este sentido?
– El último estudio del que disponemos es el de 2021, año en el que 49 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. De los casos en los que consta la situación por la que atravesaba la relación de pareja se extraen los siguiente porcentajes: en el 6,1 %, la pareja estaba atravesando una crisis; en el 24,5 % la relación ya estaba extinguida y en el 69,4 %, es decir, prácticamente en 7 de cada diez casos, se mantenía la relación. El método más empleado es el arma blanca, que es el arma homicida en casi la mitad de los casos (46,8 %). El segundo son las armas de fuego, que se utilizan en el 19,1 % de los casos. En la mayor parte de los casos, un 42,9 %, el agresor es detenido. Pero hay un porcentaje muy significativo de casos en los que éste se quita la vida tras cometer el crimen. En 2021, se suicidaron el 28,6 % de los agresores, y un 8,2 % más, lo intentaron sin conseguirlo. Hemos observado que el suicidio se produce más frecuentemente cuando el vínculo con la víctima era matrimonial. Respecto al tipo de localidad, la tasa de feminicidios es más alta en las localidades de hasta 5.000 habitantes. En 2021, ese índice fue de 1,8 víctimas por cada millón de habitantes en este tipo de poblaciones.
– ¿Qué está fallando en el sistema?
– Siempre he dicho que cada vez que una mujer es asesinada ha habido un fallo del sistema. Nuestra sociedad no se puede permitir ni una sola muerte más por violencia machista. Dicho esto, me gustaría lanzar un mensaje en positivo porque el camino que hemos recorrido hasta llegar donde estamos hoy es largo y ha supuesto un enorme avance, hasta el punto de que España es un referente mundial de cómo deben hacerse las cosas en la lucha contra esta lacra. Aunque debemos ser conscientes de que no podemos relajarnos. Debemos seguir trabajando con el objetivo de llegar a las cero víctimas.
– ¿Dónde habría que poner la lupa?
– Creo que debemos ponerla en la prevención y, muy ligado a la prevención, en la educación de las futuras generaciones. Si conseguimos educar a nuestras hijas e hijos en valores como la igualdad entre hombres y mujeres, en el respeto hacia el otro y en la tolerancia, avanzaremos hacia una sociedad libre de violencia machista.
– Según los últimos datos publicados, Gipuzkoa registró un aumento del 20% de casos y un total de 1.858 delitos por violencia machista en 2022. ¿Hay más casos porque se denuncia más?
– Nosotros estamos convencidos de que el aumento de las denuncias es un factor clave para explicar el incremento de los casos de violencia de género. Ese aumento de casos tiene, lógicamente, una doble lectura. Nos preocupa enormemente que la violencia machista siga presente en nuestra sociedad de una forma tan evidente y cotidiana. En 2022, hubo una media de 483 víctimas al día y se contabilizaron un total de 176.483 en todo el año. Pero, por otro lado, es positivo que las víctimas se decidan a dar ese difícil paso que para ellas supone denunciar a sus parejas o exparejas, porque la denuncia es la puerta que conduce a la víctima hacia una vida sin violencia y es también la única forma de que el peso de la ley recaiga sobre el maltratador.
– ¿Hace falta una mayor formación de los jueces en violencia de género?
– Los jueces y las juezas de nuestro país tienen una formación excelente, están muy preparados para enjuiciar los casos de violencia machista y son sensibles a la situación de las víctimas. La formación en esta materia, así como en perspectiva de género, está presente en las oposiciones, en el periodo final de su formación, en la Escuela Judicial, y en los cursos de especialización.
– ¿La espera media para un juicio de violencia de género en Gipuzkoa es de 6 meses; en los casos más graves ese promedio se extiende hasta el año. ¿Cómo valora estos datos?
– Para los casos de delitos más leves, en los juzgados de violencia sobre la mujer celebramos juicios rápidos, es decir, de una forma inmediata en aquellos casos en los que hay conformidad y, por tanto, no hay dudas respecto de la autoría de los hechos. Pero debemos tener en cuenta que en el ámbito de la violencia machista son muchísimos los casos en los que el agresor niega los hechos y la única prueba es la declaración de la víctima. En el ámbito penal hay que tener en cuenta que puede haber dificultades para reunir los indicios suficientes que permitan llevar al investigado a juicio.
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– ¿Faltan juzgados de violencia contra la mujer?
– Sería bueno que hubiera más, de tal forma que todos los casos de violencia machista fueran atendidos por un órgano especializado en cualquier rincón de nuestra geografía. Eso sería lo ideal. Pero no cabe duda de que la creación de nuevos órganos judiciales requiere de una importante inversión. Actualmente hay en España 113 juzgados de violencia sobre la mujer y desde el CGPJ, allí donde resulta factible, estamos ampliando la competencia territorial de estos órganos para que puedan hacerse cargo de los casos de los partidos judiciales colindantes. Así logramos que muchas víctimas sean atendidas por toda la red de especialistas de estos órganos sin que ello les suponga largos desplazamientos.
– ¿Existe una falta de concienciación en la sociedad?
– Creo que nuestra sociedad es cada vez más consciente y está cada vez más sensibilizada sobre la gravedad de la violencia de género. Pero queda mucho por hacer, sobre todo con nuestros jóvenes, donde vemos un preocupante aumento de los casos de violencia machista.
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