
Hace unas semanas terminaba el rodaje de 'Ventajas de viajar en tren', que además de San Sebastián se ha movido por diversas localidades de Gipuzkoa, mientras en secreto se iban sopesando las posibilidades de que Woody Allen centre el rodaje de su próxima película en escenarios donostiarras.
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El filme que Woody Allen comenzaría a rodar el 10 de julio si todo se confirma es la guinda para el escenario de cine cada vez más constante en que se ha convertido Donostia durante los últimos años, entre otras cosas por el apoyo de la San Sebastián-Gipuzkoa Film Commission, que promueve la ciudad y el territorio como localización para llevar a cabo rodajes y desarrollar el sector audiovisual local. En 2018 se rodaron cuatro largometrajes, que es la cifra media anual del cine que ha tenido como escenario San Sebastián durante el último lustro, a los que se suman otro tipo de producciones como anuncios, 'spots' promocionales o videoclips.
Ventajas de viajar en tren (2019) de Aritz Moreno.
Agur, Etxebeste (2018) de Asier Altuna y Telmo Esnal.
La trinchera infinita (2018) de Arregi, Garaño y Goenaga.
El hijo del acordeonista (2018) de Fernando Bernués.
Handia (2017) de Aitor Arregi y Jon Garaño.
Operación Concha (2017) de Antoni Cuadri.
Cuando dejes de quererme (2017) de Igor Legarreta.
Oreina (2017) de Koldo Almandoz.
Més tresors (2016) de Pascal Bourdiaux.
Morir (2016) de Fernando Franco.
Órbita 9 (2016) de Hatem Khraiche.
Kalebegiak (2016), colectiva.
The Night Watchman (2015) de Miguel Á Jiménez.
Zipi y Zape y la isla del capitán (2015) de Oskar Santos.
Igelak (2015) de Patxo Telleria.
Embarazados (2014) de Juana Macías.
Negociador (2014) de Borja Cobeaga.
Loreak (2014) de Jon Garaño y Jose Mari Goenaga.
Lasa y Zabala (2014) de Pablo Malo.
Además de las producciones vascas cuya trama se desarrolla directamente en la ciudad o que aprovechan sus ventajas tanto en exteriores como en interiores, algunos productores como Koldo Zuazua promueven que producciones de fuera de Euskadi rueden aquí escenas de sus películas, caso de Fernando Franco con 'La herida' y 'Morir' u Oskar Santos con 'Zipi y Zape y la isla del capitán'.
No han faltado en estos últimos años las producciones internacionales, como 'Mes trésors', de Pascal Bourdiaux, que en 2016 llevó a Jean Reno a rodar en el auditorio del Kursaal junto a 300 figurantes donostiarras o la coproducción 'The Night Watchmen. La mina' (2016) de Miguel Ángel Jiménez, que situaba a Eneko Sagardoy entre un reparto estadounidense encabezado por Jimmy Shaw.
Si se confirma que la trama de la película que Woody Allen prevé rodar en San Sebastián estará situada en el propio Zinemaldia, se puede buscar el precedente de 'Festival' (1961), película dirigida por César Fernández Ardavin. Esta curiosa y poco difundida coproducción española con actores alemanes no solo sitúa su acción ficticia en el Festival de San Sebastián, sino que recorre diversos lugares de la ciudad. Una joven que toma el sol en la playa de La Concha se acerca al Maria Cristina para ver la llegada de una gran estrella, el galán americano Jack Lambert (interpretado por el alemán Paul Hubschmid), y consigue entablar relación con él y enseñarle lugares como el puerto donostiarra y sus bares, las vistas desde Igeldo o el parque de atracciones. Todo ello entre la rueda de prensa de la estrella y su comparecencia en el escenario del Victoria Eugenia. Algunos donostiarras aún recuerdan su participación en el filme.
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Mucho tiempo después, 'Operación Concha' (2017) volvía a situar una acción fictica, entre el thriller y la comedia, en el Festival de San Sebastián, con Jordi Mollá dirigiendo un atraco en plena edición del certamen e incluyendo la entrega del premio Donostia entre sus escenas.
Cuando vimos por primera vez 'Deseo' (1936) de Frank Borzage, muchos nos sorprendimos cuando sus protagonistas, Marlene Dietrich y Gary Cooper, llegaban al hotel Continental de San Sebastián tras su recorrido por la costa francesa. En realidad 'Deseo' no se rodó en San Sebastián, solo aparecen dos planos de recurso de la llegada del vehículo y del edificio, para pasar a un interior.
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Una de las más sorprendentes presencias de la ciudad en la pantalla tuvo lugar en la gran producción británica 'La batalla de Inglaterra' (1969), aunque de forma descontextualizada: la Avenida de la Libertad, entonces llamada Avenida de España, se convertía en una calle berlinesa, con esvásticas, nazis e incluso una estación de metro. Pero en las imágenes se puede reconocer la fisonomía, las farolas y otros elementos de la arteria donostiarra que durante la Guerra Civil, en la más cruda realidad, ya fue pisada por las botas nazis.
La Concha es, lógicamente, el espacio más frecuentado por las cámaras y más reconocible en producciones españolas que situaron ahí su acción. Rocío Dúrcal se cambiaba de bañador, recatadamente, en la arena, y paseaba junto a la barandilla en 'Díselo con flores' (1970), otra coproducción europea que también contaba con Delphine Seyrig y Fernando Rey, rodada en parte en la antigua villa donde hoy se sitúa 'Maskor-gain'. Algunas donostiarras también pudieron reconocerse en pequeñas apariciones en 'El cantor de México' (1955), con Luis Mariano, que recogía la vista de La Concha al igual que 'La vía láctea' de Luis Buñuel (1969) o 'Pierna creciente, falda menguante' (1970). Una procesión invadió la arena de la playa para 'Visionarios' (2001) de Manuel Gutiérrez Aragón.
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Los que quieran saber o recordar cómo era la Donostia de los 80 tienen como referencia '27 horas' (1986), de Montxo Armendariz, que recreó en el Boulevard las cargas policiales que ocurrían en la realidad en ese mismo tiempo, aunque tenía en la isla de Santa Clara uno de sus más emblemáticos escenarios. Poco después, 'Ander eta Yul' (1990) también se situaba en San Sebastián, a donde regresó su directora Ana Díez para 'Todo está oscuro' y 'Algunas chicas (doblan las piernas cuando hablan)'. 'La ardilla roja' de Julio Medem, 'Maité' y 'Sí quiero' de Eneko Olasgasti y Carlos Zabala o 'Ehun metro' de Alfonso Ungría también tuvieron escenarios donostiarras en esos fructíferos años 90.
Charlotte Rampling protagonizó 'Rebus' (1990), filme italiano de época, en la plaza de la Constitución y el hotel María Cristina. Carmen Maura rodó en la Avenida de la Libertad en la francesa 'La alegría está en el campo' (1995) y en Igeldo con Eduardo Noriega en 'Carretera y manta' (1998) de Alfonso Arandia. Y el genio Dizzy Gillespie protagonizó 'El invierno en Lisboa' (1990) en varios lugares de San Sebastián, incluido el Náutico reconvertido en un club de jazz. En el mismo año Mikel Erentxun fue protagonista de 'El anónimo' en su propia ciudad.
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El Palacio de Miramar fue destacado escenario de 'Otra vuelta de tuerca' (1992) de Eloy de la Iglesia y 'El hijo del acordeonista' (2018), y en el palacio de Aiete estuvieron Geraldine Chaplin y Joaquim de Almeida con 'Tres 60' (2012). Daniel Calparsoro rompió, de verdad, un trozo de la barandilla del puente de María Cristina al rodar una escena de 'A ciegas' (1997), Joseba Salegi pasó del interior del Seminario al icono del Peine del Viento en 'Ione sube al cielo' (1999), Antonio Mercero llevó a Álvaro de Luna al puerto y a Chillida-Leku en '¿Y tú quién eres?' (2006), 'Esos cielos' (2006) recorrió los escenarios reales de la novela de Atxaga y 'Todos estamos invitados' (2006) llevó a José Coronado por la ciudad.
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