Jose Zugasti y Cabestany bromean junto a la escultura, depositada en el centro Gordailua de Irun. F. de la Hera
Arte

La escultura que 'cuenta' la gesta de Peio en el Tourmalet

En aquel Tour de 1985 Cabestany lloró, obligado a esperar a Delgado. La etapa inspiró al escultor Jose Zugasti. DV reúne al ciclista y el artista en torno a la obra

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Domingo, 2 de mayo 2021, 07:39

Peio Ruiz Cabestany lloraba y pedaleaba a la vez en el descenso del Tourmalet; el artista eibarrés Jose Zugasti, mientras tanto, seguía aquella célebre etapa del Tour desde casa con el corazón en un puño. Era julio de 1985. Cabestany no llegó ese ... día el primero a meta pero inspiró una escultura. Y comenzó una historia que se cierra ahora, más de 35 años después, de la mano de DV: reunimos al excorredor y al artista en el centro foral Gordailua, en Irun, donde se guarda la escultura que Cabestany nunca ha visto tan de cerca. Los dos coinciden en la misma frase al ver este 'alambre sobre los calambres': «Aún se me pone la carne de gallina al recordar ese día», dice Peio. «Me sigue impresionando todo lo que vivimos quienes te veíamos», replica el artista.

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El ciclista (San Sebastián, 1962) y el escultor (Eibar, 1952) se conocen desde hace años. Llegan puntuales a la cita y agradecen su hospitalidad a Carlos Olaetxea, director de Gordailua, que ejerce de anfitrión. Peio observa de cerca la escultura, se sorprende de los detalles, como la visera de ciclista que la corona, y pregunta curiosidades técnicas al artista. Pero el escultor, Olaetxea y el periodista queremos que Cabestany empiece a recordar ya la historia de aquella jornada en la que vestía el maillot del equipo Seat Orbea.

«Iba delante, fuerte y con tres minutos de ventaja, pero me obligaron a esperar a Perico Delgado»

peio ruiz cabestany

«Yo estaba viendo la tele y me impresionó tu gesto de cansancio al dejar la bici: ahí había una escultura»

jose zugasti

«Fue uno de mis grandes días como ciclista. Imagínate: escapado en solitario, subí y coroné el Tourmalet, el puerto que yo había soñado de niño, lleno de guipuzcoanos, con mi familia animando... Y encima iba fuerte, con tres minutos de ventaja y con ánimo de ganar la etapa. Ya 'solo' quedaba un puerto más, Luz Ardiden».

Un ciclista «destrozado»

El grupo de favoritos subía tranquilo detrás, con el líder, Bernard Hinault, su coequipier Greg Lemond y el escalador Lucho Herrera. Pero entonces atacó Perico Delgado, compañero de Peio en el Seat Orbea, en una acción polémica para muchos aficionados. El director de la escuadra, Txomin Perurena, se vio obligado a pedir a Cabestany, a través de su segundo, que esperara a Delgado, mejor situado para la General, para ayudarle. «Empecé el descenso entre lágrimas, viéndome obligado a reducir y esperar a Perico», lamenta el donostiarra. Disciplinado, luego tiró de Delgado hasta reventar. Perico ganó la etapa y Peio llegó «hecho polvo y en un puesto aceptable después del esfuerzo».

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«Me gusta el arte y admiro a los artistas. Me hubiese encantado ser yo quien tuviera esta escultura...»

peio ruiz cabestany

«Soy aficionado al ciclismo desde niño. ¡Hasta toqué a Anquetil en la plaza de Unzaga un día de carrera!»

jose zugasti

«Yo lo estaba viendo todo por la tele totalmente enganchado», tercia Zugasti. «Lo que más me impresionó fue tu gesto al bajar de la bici, tan cansado. Es un gesto muy de ciclista, apoyado en la bicicleta y como mirando hacia abajo. A mí me interesaba eso, no la gesta del ganador, sino el esfuerzo, el hombre hecho polvo que acaba de cruzar la meta. Y la sensación de inestabilidad, que es para mí una de las ideas fundamentales de la escultura».

La etapa fue en 1985. En el 86 Zugasti terminó la escultura en su estudio de Beraun. Está realizada con alambre, varilla de hierro, chapa y material reciclado de una bici de verdad. El ciclista de la escultura lleva una especie de rueda enrollada junto al cuello, «como homenaje a lo que hacían los ciclistas clasicos, más antiguos, que llevaban el repuesto al cuello por si había pinchazo».

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Porque Zugasti es viejo aficionado al ciclismo. «De críos nos juntábamos en la Plaza de Unzaga de Eibar para animar a los ciclistas que salían hacia Arrate. ¡Hasta toqué a Anquetil! En los veranos, ya de joven, cuando empezaba con mis pinturas, pedaleaba de la casa familiar de Lekeitio al molino de Ispaster».

Estreno en San Telmo

Volvamos a la escultura, que se llama 'El ciclista'. Se presentó por primera vez en una exposición individual de Zugasti celebrada en el Museo de San Telmo en 1987. Luego estuvo en otra muestra en Salamanca y también en una galería de Madrid. Finalmente fue adquirida por la Diputación. «Recuerdo que Edorta Kortadi y el profesor Javier San Martín fueron quienes asesoraron la compra», dice Zugasti.

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Al mismo tiempo el Departameto de Turismo del Gobierno Vasco, en tiempos de Rosa Díez como consejera, encargó al artista unas litografías con uno de los dibujos que había empleado para crear la esculturas. «Fue una tirada limitada de 50 ejemplares, que hicimos en el taller de Don Hebert, más siete pruebas de artista».

«Al menos tengo en casa, en sitio preferente, un dibujo y un grabado de la serie vinculada a la obra»

peio ruiz cabestany

«Hice la escultura en 1986, estuvo expuesta en varias ciudades y al final la compró la Diputación»

jose zugasti

Una de esas siete pruebas obra en poder de Cabestany, que la trae a la cita, orgulloso. «Ésta, y otro dibujo tuyo de un ciclista, los tengo en casa en lugar preferente», asegura el ciclista al artista.

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La escultura está ahora en Gordailua, el centro de conservación de obras artísticas de la Diputación situado en Irun. «No solo eso: la tenemos a la entrada y es una pieza que llama la atención a todos los que nos visitan», subraya Carlos Olaetxea, que aprovecha la visita para mostrar su impresionante almacén a los dos visitantes. Otra obra de Zugasti, propiedad de Kutxa, está acogida también aquí. Cabestany se detiene a observar las viejas bicicletas conservadas en un depósito junto a obras de arte contemporáneo, materiales etnográficos y patrimonio industrial.

Serie de Peio, vídeos de Jose

Cabestany y Zugasti hablan de arte y ciclismo. Peio dejó de correr profesionalmente en 1994, aunque sigue recorriendo el mundo con su bici. Ahora se emite por La2 la serie de documentales que protagoniza recorriendo sobre dos ruedas la 'ruta de la plata'. «Ya he visto varios capítulos, está muy bien», apunta el escultor. «Estoy preparando más cosas», adelanta el deportista.

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Zugasti disfruta ahora de una forma más tranquila de hacer arte. «En 2011 tuve un pequeño susto de salud y dejé de hacer grandes esculturas para centrarme más en el dibujo o en el vídeo», explica, «aunque si me encargan una escultura retomo la actividad enseguida», bromea.

Se despiden intercambiando teléfonos para fijar «una cita tranquila» y hablar de arte y ciclismo. Seguro que ese día vuelven a recordar «aquella etapa del Tour».

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