Un «símbolo de la defensa», una «forma de libertad», un «centro de coraje» pero, por encima de ello, «Lagun es ante todo una librería». En eso coinciden algunas de las figuras de la literatura guipuzcoana, quienes lamentan el dolor que supone el cierre de ... este emblemático espacio al mismo tiempo que encienden la luz de alerta: es labor de los lectores salvaguardar su legado.
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Luis Castells Historiador
Luis Castells (San Sebastián, 1951) se reconoce con un «punto agrio» que tiene más que ver con un «dolor muy personal» en este asunto. «El cierre de Lagun es una metáfora de los tiempos, una metáfora del olvido. No ha sido lo suficientemente atendida por el público y es que estamos viviendo en una sociedad vasca hedonista que olvida la época tan dura en la que Lagun se enfrentó a dos formas de totalitarismo, tanto el del franquismo como el del terrorismo de ETA. Lagun era un hogar de memoria y reflejaba esa pugna contra un pasado incómodo». Su vinculación con la librería tiene muchos planos y echa la vista atrás para recordar dos momentos: «Las dos inauguraciones. La primera porque abrirla fue una forma de libertad y emancipación del régimen; y la segunda, por ser un momento dramático pero con la alegría de palpar el apoyo de una parte de la población».
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Carlos Rodríguez Vidondo
Luisa Etxenike Escritora
«Es una malísima noticia», sentencia Luisa Etxenike (San Sebastián, 1957), porque para ella Lagun «es un símbolo de defensa de la cultura frente a la barbarie». Y por ello recalca la necesidad de conservar su legado en la conciencia y el debate social. «Pero, por otro lado, también desaparece una librería. Lo que también es una mala noticia, porque subraya la vulnerabilidad del mundo del libro». Ante la continuada amenaza de internet, cree que «el enemigo de las librerías está en que los índices de lectura no despegan. Somos un país que no lee». En lo personal, «este es un día triste y al mismo tiempo importante. Tiene que servir para reactivar las responsabilidades ciudadanas: no podemos vivir con tranquilidad el saber que los jóvenes no lean».
Fernando Savater Filósofo
«Algo más que una librería, otra cosa, ha sido un centro de reflexión, de libertad, de coraje cívico, y para muchos de nosotros ha sido un polo donde recargábamos pilas», explica Fernando Savater (San Sebastián, 1947). A lo largo de tantos años, acumula recuerdos de todo tipo, «como las charlas de descubrimiento intelectual y en las que podías encontrar libros que no había en ninguna otra parte». Su cierre, considera, es un signo de los tiempos pero, «para algunos de nosotros, supone bajar la persiana de la vida. Lo que tuvimos en Lagun ya no lo vamos a volver a tener».
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Felipe Juaristi Escritor
No esperaba la noticia y recibirla le ha producido «mucha desazón». Y es que «más de la mitad de los libros que tengo en casa los he comprado en Lagun, lo que quiere decir que más de media vida está ahí», admite Felipe Juaristi (Azkoitia, 1957). «Llevo comprando desde el 82, por lo que algo de mí también ha quedado en ella». Y es que más allá de su valor simbólico «y de esa forma de resistencia que fue tal, sobre todo porque hubo gente que confiamos en Lagun», la librería ejerció una labor vital. «Ir a Lagun era más que ir a una librería. Hablabas con Ignacio (Latierro) que te recomendaba lecturas y que tenía consejos para todo, en parte, porque lo había leído todo».
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