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Eduardo Escobar posa con su libro junto a la Biblioteca Municipal, en la Plaza de la Constitución. IÑIGO ROYO
Eduardo Escobar retrata a «la generación que crecimos en el País Vasco de la violencia»

Eduardo Escobar retrata a «la generación que crecimos en el País Vasco de la violencia»

El exmédico de la Real Sociedad publica 'Tiempo de hortensias', una novela que arranca en el Amara y el colegio Mundaiz de los años 60 y cambia con el surgimiento de ETA

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Miércoles, 26 de marzo 2025, 00:08

Es la crónica de una generación, la historia de un joven que creció en la Donostia de los 60, «en barrios como la Plaza del Sauce de Amara que parecían pueblos», estudió en los corazonistas de Sánchez Toca, primero, y Mundaiz después y vivió las consecuencias de mayo del 68 y el estallido de la violencia en el País Vasco. «Nuestras vidas han estado marcadas por la presencia de ETA y sus consecuencias y es en nuestra madurez cuando hemos visto el cese de la violencia y, ojalá, la reconciliación», dice Eduardo Escobar –«donostiarra nacido en Pamplona en 1954», como se autodefine–, y autor de la novela 'Tiempo de hortensias' (editorial Pamiela), «una ficción con mucha base autobiográfica», presentada ayer en San Sebastián de la mano del empresario Ignacio Martín San Vicente, excompañero de Escobar en los pupitres del cole .

Médico traumatólogo bien conocido en la sociedad guipuzcoana y en el mundo del deporte, jefe del Servicio Médico de la Real Sociedad durante 18 años, Escobar confiesa que «siempre he tenido la pasión de escribir, y es ahora que voy dejando el ejercicio activo de la Medicina cuando estoy teniendo tiempo para hacerlo». Primero publicó '53 cigüeñas', la historia de su abuelo Miguel Antonio Escobar, socialista navarro fusilado en Valcardera junto a otros 52 republicanos, y ahora vuelve a bucear en la memoria, esta vez con el formato novela, para hacer el retrato de su propia generación.

«Convivíamos en las mismas aulas de Mundaiz: unos entraron en ETA, otros la sufrieron, los más no se significaron»

«Hemos cumplido 70 años, hemos vivido unos sucesos intensos y tenemos la responsabilidad de dejar constancia escrita de todo ello para que lo sepan de primera mano los que vienen detrás», explica Escobar. «Solo se trata de intentar entender», añade.

El título de la novela está inspirado en 'el tiempo de las cerezas', la vieja canción francesa que popularizaron Charles Trenet o Yves Montand y que tanto gusta a Escobar. «Aquí no tenemos cerezas para simbolizar ese tiempo de primavera y verano que marca muchas páginas del libro, pero contamos con las hortensias, otra flor maravillosa».

Un niño navarro en Amara

El libro arranca con una reunión en la actualidad de excompañeros de Mundaiz, pero enseguida vuelve atrás en el tiempo y cuenta la historia del protagonista, un niño navarro que llega a San Sebastián en 1962 y crece en la zona de Amara próxima a la Plaza del Sauce. «He prestado mucho de mí mismo a ese personaje», admite Eduardo Escobar, «que representa a aquella inmigración que llegó desde tantos lugares de Navarra o Álava. En esos años los barrios eran como pueblos independientes: para ir al centro decíamos 'vamos a Donosti'. Era un entorno casi rural, estábamos todo el rato en la calle y hasta nos colábamos jugando en los jardines de la Duquesa de Alba».

En el colegio ubicado en la calle Sánchez Toca va creciendo esa generación retratada por Escobar hasta que en 1968 «todo empieza a cambiar, primero en el mayo de París, luego aquí con el nacimiento de ETA, el asesinato de Melitón Manzanas, el proceso de Burgos, los desmanes policiales de aquella represión del final del franquismo...». A Escobar le interesa cómo la polarización llega a aquella sociedad donostiarra. «Compartíamos los mismos pupitres, pero unos cruzaron 'al otro lado' y terminaron en ETA, otros la terminarían sufriendo y los más no se significaron, pero me obsesiona que cada uno pudo terminar en un grupo o en otro solo por un mínimo detalle o una casualidad».

«Quienes vivimos aquello y ahora rondamos los 70 debemos dejar constancia escrita, antes de que sea tarde, para los jóvenes»

El período novelado alcanza hasta finales de los 70, con alguna incursión más en el tiempo posterior y el capítulo final con el reencuentro en la actualidad de los antiguos alumnos. «Algunos han pasado años en la cárcel y dialogan con quienes fueron compañeros. A mí me gustan los finales felices y quiero pensar que la reconciliación es posible, en el libro y en el país», remata Escobar.

Es un relato «con mucha base real» pero nombres imaginarios, salvo algunas excepciones, sí nombrados, como frailes de Mundaiz: salen 'el Cicuta', para mal, y José María Ugarte, para bien, «un buen profesor en una época en que era muy difícil serlo». O Juan Mari Peña, director de El Diario Vasco durante años y cuya 'biografía del periódico' ha sido de utilidad al escribir el libro.

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