Lahav Shani | Director de la Filarmónica de Rotterdam
Música
«Si le dijera a cada músico cómo tocar, el resultado sería artificial»Lahav Shani | Director de la Filarmónica de Rotterdam
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«Si le dijera a cada músico cómo tocar, el resultado sería artificial»MARÍA JOSÉ CANO
san sebastián.
Viernes, 4 de agosto 2023, 02:00
Tras culminar ayer su debut en la Quincena Musical, el maestro israelí Lahav Shani regresa hoy (20 horas) con la batuta de la Orquesta Filarmónica de Róterdam para su segunda cita con el Kursaal. Será en un concierto junto al Orfeón Donostiarra y un elenco ... de solistas entre los que están la soprano Chen Reiss, la mezzosoprano donostiarra Carmen Artaza, el tenor Matthew Newlin y el barítono José Antonio López. A diferencia del programa ruso de ayer, la orquesta neerlandesa interpretará hoy la 'Novena' de Beethoven, obra cumbre del compositor.
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– ¿Conoce la ciudad y el festival?
– No, no conozco San Sebastián. De hecho, es la primera vez que dirijo en España.
– Ofrecen dos conciertos en la Quincena. El primero, que interpretaron ayer, estuvo dedicado a Shostakovich y Tchaikovsky. ¿Por qué escogió repertorio ruso para su presentación en San Sebastián?
– Porque es buena música, independientemente de que sea de compositores rusos. Elijo música que amo dirigir y que me encanta escuchar. La orquesta y yo hemos interpretado a Tchaikovsky muchas veces juntos. De hecho, su sexta sinfonía fue la primera pieza que interpreté en mi debut con la Filarmónica de Róterdam.
– Esta tarde ofrecen la 'Sinfonía nº 9' de Beethoven. ¿Cuáles son sus principales objetivos a la hora de interpretar esta obra?
– Mi objetivo principal es transmitir la estructura de toda la sinfonía y el drama que se deriva desde el principio hasta el último momento. Como sabes, todos piensan en el último movimiento de la 'Novena', pero los otros tres son tan buenos como el último. Y me gusta pensar en la estructura de toda la sinfonía. Será la primera vez que trabaje, además, con el Orfeón Donostiarra.
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Carlos Rodríguez Vidondo
– ¿En qué medida le influye a la hora de dirigir una obra sinfónico-coral el hecho de que su padre sea director de coro? ¿Qué aspectos comunes y diferentes hay entre la dirección coral y la de orquesta?
– Bueno, obviamente, estaba familiarizado con el mundo del coro desde que era niño. Solía cantar en el coro, además de asistir a ensayos de mi padre, por lo que, gracias a ello, espero haber llegado a entender algo sobre el canto. En cuanto a la dirección de coros u orquestas, existen muchas diferencias técnicas entre los instrumentos que uno debe conocer. Pero todos los compositores han intentado imitar la voz humana, especialmente cuando hacemos música del siglo XVIII, del XIX, e incluso del siglo XX, así que cuanto más sepas sobre la voz humana y lo que puede conseguir, más podrás lograr con una orquesta.
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– Usted es pianista y contrabajista. ¿Cree que se piensa la música de forma distinta en función del instrumento que domina el director?
– No, creo que cuanto más conocimiento tengas sobre diferentes instrumentos, mejor director puedes llegar a ser. Hay una diferencia entre ser, digamos, pianista o contrabajista u otro instrumentista de una orquesta, y es que cuando realmente puedes tocar en la orquesta, llegas a experimentarla desde dentro. Esa es una gran diferencia. Por ejemplo, cuando provienes solo del piano, es posible que tengas una comprensión más fácil de la partitura, pero tienes menos de la orquesta en sí, especialmente de los elementos psicológicos, pero también de los técnicos. Por eso estoy contento de contar con ambos conocimientos. Creo que para ser director es muy útil.
– Es titular de la Filarmónica de Róterdam desde 2018 y fue escogido por unanimidad, convirtiéndose en el maestro más joven de la agrupación. ¿Qué balance hace de estos años?
– No estoy muy interesado en el hecho de ser joven o viejo. Soy simplemente yo mismo. Tengo mi edad actual y nunca he sido más viejo de lo que soy en este momento. Así que eso no significa nada para mí. Lo realmente importante es la química que hay entre la orquesta y yo, que fue muy fuerte desde nuestro primer ensayo. Obviamente, estoy muy contento de que me hayan elegido. Es un gran honor.
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– ¿Cuáles son, en su opinión, las principales virtudes de la Orquesta de Rotterdam?
– Es una orquesta que asume muchos riesgos, con un sonido y enfoque muy cálidos y que van directos a la música. Me gusta trabajar con esta orquesta porque les gusta ser espontáneos en el concierto, al igual que a mí.
– Además, es responsable también de la Filarmónica de Israel. ¿Se puede compaginar ambos compromisos?
– Sí, es posible. He estado compaginando ambas responsabilidades, en mi opinión con éxito, durante los últimos años. Y continuaré haciéndolo hasta que finalice mi contrato con la Orquesta Filarmónica de Róterdam en unos cuantos años.
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– Siendo usted israelí, ¿qué supone para usted ser el titular de la Filarmónica de Israel?
– Es el mayor honor y el título más alto que un músico puede obtener en Israel. Durante toda mi infancia admiraba a Zubin Mehta, que fue el director musical de la orquesta durante 50 años. Aprendí mucho de él al tocar con la orquesta y también al actuar como solista a su lado. Ahora me siento honrado de tener la responsabilidad de continuar esta misión.
– ¿Es el funcionamiento de las dos orquestas similar?
– Bueno, cada orquesta es diferente. Cada una representa a su comunidad de alguna manera. Y tiene actitudes diferentes, enfoques distintos hacia la música y un mundo sonoro diferente. No es muy fácil describirlo todo de manera muy exacta. Pero puedo decir que ambas orquestas son muy directas. Lo que acabo de indicar sobre Róterdam también se aplica a Israel. Son orquestas directas, muy emocionales. Sin embargo, provienen de tradiciones ligeramente diferentes. La Filarmónica de Israel comenzó como una orquesta de Europa Central en la década de 1930. Pero luego, con la inmigración rusa en las décadas de 1970 y 80, su sonido cambió bastante. Así que sí, son simplemente diferentes en su carácter.
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– Daniel Barenboim o Zubin Mehta han sido sus 'padrinos'. ¿En qué medida ayuda a desarrollar una carrera el hecho de que grandes músicos apoyen el joven talento?
– Bueno, les debo mucho a ellos. Como he mencionado anteriormente, Zubin Mehta fue probablemente el primer gran director que conocí y con quien trabajé, y me inspiró mucho. Su liderazgo, realmente maravilloso y su carisma, así como su seguridad en la interpretación, me influyeron mucho. Y Daniel Barenboim no fue mi profesor, fue más como un mentor para mí. Durante mis años en Berlín, donde aún resido, siempre estuvo ahí para apoyarme y enseñarme. Es inigualable la cantidad de cosas que aprendí de él y le estoy muy agradecido. Ahora somos muy buenos amigos.
– En su opinión, ¿qué virtudes debe tener un director de orquesta? ¿Hasta qué punto es importante la 'mano izquierda'?
– Dirigir implica manejar a 80 personas, a veces 100, e incluso a 200. Necesitas saber exactamente lo que deseas y cómo lograrlo, tanto en términos técnicos como desde el punto de vista humano, cómo animarlos para que den lo mejor de sí mismos. Pero cada director lo hace de manera diferente. En el pasado, había algunos que usaban mucho el miedo para obtener lo mejor de los músicos. Afortunadamente, hoy en día eso ya no es así. Los directores tienden a preocuparse mucho más por los músicos y por sus sentimientos. Al menos eso es lo que siento. Pertenezco a ese grupo de directores que se preocupan también por la salud mental de los músicos. Y creo también que esa es la mejor manera de obtener los mejores resultados de ellos.
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– De hecho, ha declarado que el control de los músicos no es necesario, que es mejor «dejarles tocar». ¿Cómo se consigue?
– Como he comentado, mi propuesta es la de un director de buen 'feeling' que se rodea de buenos músicos. Yo no le voy a decir a cada músico cómo actuar, es una pérdida de tiempo, y además los músicos se pueden bloquear. Lo que un buen director puede hacer es crear un espacio correcto, una atmósfera adecuada en la que se puedan desenvolver y se sientan conectados. Si como director estuviera diciendo a cada músico cómo tocar, el resultado sería bastante artificial y yo quiero crear música totalmente libre y espontánea, pero al mismo tiempo lógica y coherente. Algo que tenga estructura y compresión, pero dando al mismo tiempo una gran generosidad a las emociones de cada uno.
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