Un 14 de mayo de 1973, José Luis Ansorena inauguró en Errenteria la Semana de la Música Vasca. Una cita organizada por la coral Andra Mari que pretendía poner sobre la mesa la problemática de la repercusión de los compositores y obras vascas, y dar luz a tantas y tantas partituras huérfanas. Como decía en su primer programa de mano, Musikaste nacía con el fin de «no empequeñecer nuestra visión de la función de la música vasca en la música universal». Y, cincuenta años más tarde, el festival puede presumir de haber engrandecido esa visión. El próximo jueves dará comienzo la edición con la que Musikaste celebrará sus bodas de oro.
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«Desde unos inicios muy modestos y con pocos medios, el festival ha acompañado a nuestra historia musical. Hoy podemos decir que ha habido una gran especialización y se ha creado un ecosistema musical con una calidad importante». Ese es el balance que Pello Leiñena, actual director de Eresbil (Archivo de Compositores Vascos) y de Musikaste, hace de estas cinco décadas.
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Leiñena recuerda sus primeros años como técnico del Archivo, cuando recibían documentos y fondos que catalogaban a mano en los bajos de la iglesia de Fátima. «Hacíamos un número de fichas al día y clasificábamos en carpetas para conservar los documentos en las mejores condiciones». Por ejemplo, las partituras debían situarse tumbadas pues «son un material muy endeble y, en vertical, el papel se puede quebrar con el tiempo».
Eresbil
Equipo humano Actualmente lo forman nueve personas.
Presupuesto Alrededor de 700.000 euros.
Autores registrados La primera lista de septiembre de 1974 era de 300. Hoy suman alrededor de 2.300.
Documentos inventariados Unos 277.000 artículos, recortes de prensa, epistolarios, informes, carteles, programas, fotografías e iconografía.
Fondos de archivo Desde sus inicios recopila 200 fondos personales e institucionales tanto en soporte textual como audiovisual.
Carátulas discos 400.
Vídeos de danza 1.080 desde la creación de la sección en 2009.
Musikaste
Asistencia Una media de 1.500 espectadores.
Estrenos 221 obras de encargo.
Obras interpretadas 2.685.
Compositores interpretados 531.
Escenarios Parroquia de Fátima, Basílica de la Magdalena, Parroquia de la Asunción, kiosko de la Alameda, el auditorio de Niessen y Lekuona Fabrika.
El tiempo que pasa por esas estanterías donde se almacenan infinidad de melodías que parecen destinadas al olvido. «Precisamente queremos romper con ese argumento tan manido de que los archivos son lugares donde se deja que las cosas cojan polvo», explica el director. Y es que Eresbil y Musikaste son dos entes que se retroalimentan mutuamente. El primero recopila, cataloga y conserva el patrimonio musical para luego poder ser interpretado en un concierto; el segundo, «es el verdadero eco de difusión de ese material al que se da una nueva vida. Además, no solo recoge del Archivo para exponerlo, también crea nuevos materiales» en forma de estrenos.
Desde aquellos primeros conciertos del Coro Ametsa, Donosti Ereski o el Ochote Karnaba, la Semana de la Música Vasca ha ido ampliando sus fronteras hacia nuevos géneros, diversos públicos y formaciones de peso. «La creación de Euskadiko Orkestra fue un punto de inflexión», recuerda Leiñena. «Musikaste ha valorado de forma caleidoscópica diferentes estilos. Hemos conocido las primeras obras de compositores que luego han hecho carreras muy sólidas como Ramón Lazkano o Gabriel Erkoreka. Pero también se ha realizado una apuesta por la música contemporánea, el jazz, la danza o la sección 'Mugetan' que ofrece propuestas cercanas al rock y al pop». Sin olvidar, claro está, la programación de música antigua, el Día Coral y el color popular de las bandas de txistularis que «tienen mucho enganche».
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Ni siquiera la pandemia ha conseguido que Musikaste dejara de celebrar una sola de sus ediciones. Aunque Leiñena reconoce que estos dos últimos años «ha habido un bajón clarísimo» que ha hecho mella en un problema que ya venía de antes: «Nuestro público va envejeciendo». Por ello, uno de los retos que se plantea desde la dirección es el de aproximar más a las nuevas generaciones a través de otras músicas. Un objetivo que va de la mano de la digitalización.
«Yo estuve con el primer ordenador IBM que entró en el Archivo con sistemas operativos muy primarios como el MS-DOS. Empezamos a trabajar con 60 partituras en Liburuklik y aquello supuso toda una revolución de nuestra profesión: en pocos segundos puedo revisar los 270.000 registros y ofrecer una respuesta», relata. Un proceso de catalogación que tuvieron que realizar dos veces: la primera de manera analógica y, la segunda, digital. «Es la deriva técnica y social a la que nos dirigimos. Hoy en día no es necesario tener un disco, con colgar 20 temas en Bandcamp es suficiente y eso nos obliga a tener los oídos muy abiertos para poder recoger toda esa información nueva. Con eso ya tenemos un trabajo ímprobo».
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Reivindica así la figura del bibliotecario, el archivero o el 'data curator' frente a las búsquedas en Wikipedia o Google. «Nosotros podemos sustituir muchas horas de clicks» en Internet, donde el acceso a la información es más fácil, pero donde existe tal cantidad de contenido que «la respuesta que se obtiene es muy heterogénea».
Desde sus orígenes, Musikaste ha buscado siempre homenajear los centenarios y organizar conciertos monográficos utilizando el Archivo como fuente. Para para la edición 50 aniversario «la idea ha sido programar aquello que, a lo largo de estos años, ha gustado más. Algo así como 'los grandes éxitos' interpretados por artistas consagrados».
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En la programación anunciada destaca el concierto lied de Miren Urbieta-Vega; un homenaje al 125 aniversario del nacimiento de Pablo Sorozábal; un día de jazz protagonizado por Iñaki Salvador Trio y «su universo Laboa»; la música contemporánea con Ensemble Kuraia, cuyo concierto estará precedido por una mesa redonda para presentar el cuaderno 'Kaierak' dedicado a Félix Ibarrondo; un día coral en el que participarán Suhar Korua, Landarbaso Abesbatza, Kup Taldea y la coral Etxarri Aranatz, que también celebran 50 años. El cía sinfónico-coral, protagonizado por Euskadiko Orkestra y Andra Mari es «una apuesta arriesgada que creo que va a funcionar». Constará de temas variados entre 8 y 10 minutos entre los que habrá fanfarria, una comparsa con percusión cubana, obras de Francisco Escudero y el estreno de 'At the Aegean shores' de la compositora bilbaína Saskia Venegas.
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