Las viejas glorias se reivindican y se ganan el respeto de El Conquis

'El Conquistador del fin del mundo' de ETB pone a cada uno en su sitio. Y la prueba de eliminación de ayer, la de la escala, no fue una excepción: Anartz demostró que los Cóndores van muy en serio pese a su juventud, Manu Marichalar que el concurso le queda grande pese a ser su décima participación, y Eneko Van Horenbeke… que los años no perdonan pero que las viejas glorias merecen un respeto. Y es que el concursante de Getxo ayer se lo ganó a pulso, por méritos propios… si es que no lo tenía ya por el hecho de convertirse en el único en ondear la ikurriña y ganar El Conquis por partida doble.

Lo resumió a la perfección el propio concursante vizcaíno cuando se alzó con la victoria en el exigente reto de eliminación. «La mejor virtud es la cabeza, yo voy hasta que me aguanten las fuerzas. No cedo nunca. Antes ya decía que los jovencitos me iban a pasar por encima. No lo discuto, pero se lo tendrán que currar: yo no voy a regalar nada a nadie», afirmó -satisfecho- mientras comprobaba una pequeña herida en la mano. Jokin, orgulloso de su compañero, reconoció el mérito del ganador: «Qué grande, Eneko».

Cara y cruz. Es lo que vivieron los integrantes del equipo Piche tras una nueva jornada en la que los Lobo, Arantxa, Luisito y compañía volvieron a fracasar en su asalto al campamento rico. Y es que los capitaneados por Durana -papel que asumen de forma rotatoria durante El Conquis- no estuvieron a la altura en el desafío de inmunidad, ése que pasaba por recoger una llave enlazada a una boya en el centro de una charca, y abrir el candado de uno de los compañeros de equipo. Y así sucesivamente hasta que todos los integrantes fueran liberados.

La misión se antojaba sencilla a priori pero… algunos hicieron más méritos que otros. Muchos más. Fue el caso de los Puma que, capitaneados por David Seco, tomaron ventaja desde el pistoletazo de salida. El bravo vizcaíno abrió la lata y el resto de integrantes (Izan, Potxi, Iagoba, Txampi, Potxi… ) se mostraron mucho más habilidosos a la hora de soltar sus respectivas boyas. Los Cóndores no se lo pusieron fácil pero, en momentos concretos, a algunos como Anartz el nudo se le resistió. Y ello les pasó factura poco después: acabaron claudicando ante unos Puma que repetían en el campamento rico y… que en este inicio de reality de aventuras se confirman como el equipo más en forma.

Peor les fue a los azules, entre otras razones porque Durana tardó un mundo en soltar su boya y a Gorrotxa tampoco se le dio nada bien. Ello acabó haciéndoles perder sus opciones en la prueba y, sobre todo, les abrió los ojos con un primer aviso a navegantes: Eneko Van Horenbeke, líder moral del equipo, se quedaba en peligro tras la nominación de David Seco (quién sabe si por rivalidades pasadas).

Lo cierto es que la asamblea posterior de los Piche no hizo sino confirmar la existencia de dos bandos claramente diferenciados. Y pese a que la propia Durana reconoció su responsabilidad («Estoy muy disgustada con mi trabajo, he tardado mucho en sacar la llave»), el elegido por el equipo azul fue Manu Marichalar. Y no contenta con ello, la concursante de Vitoria-Gasteiz aprovechó el privilegio que le otorgaba la capitanía para nominar a Andrea Azkune. A la entrenadora de Hondarribia, cómo no, no le sentó nada bien la elección: «Ha sido una puñalada».

En pleno bosque de la Patagonia, y con un escenario de fondo entre troncos, la elección de Anartz resultó obvia cuando le tocó elegir rival: escogió a Manu, más pesado, en lugar de a Andrea Azkune, mucho más ligera y hábil. El objetivo no era otro que el de arriesgar lo justo para continuar en la Patagonia una semana más. Y teniendo en cuenta que uno de los competidores era Eneko… alardes, los justos.

Con todo, el concursante del equipo verde, natural de Sopela, comenzó la prueba de una forma muy explosiva: fue el primero en hacerse con el primer banderín y parecía que el segundo (y último) estaba a punto pero… se atascó a la hora de soltar el mosquetón del último banderín. Y ahí se quedó: colgado y bloqueado mentalmente. El tiempo de la parada no fue excesivo, pero sí más que suficiente para que el bicampeón de El Conquis, menos completo que antaño pero con la experiencia por bandera, hiciera un último esfuerzo y atrapara el banderín de la victoria. «Eneko, ganador del duelo, te quedas en la Patagonia», confirmó Patxi Alonso, presentador de la aventura junto a Lur Errekondo.

La cruz de los Piche la protagonizó Manu Marichalar, quien a sus 60 años -y mermado físicamente- pagó los platos rotos de su anterior duelo de eliminación. Esta vez, a diferencia que ante Huido y Lele, el concursante de Errenteria no rindió el nivel y no fue siquiera capaz de colgarse de la escala, confirmando los presagios del propio Anartz cuando lo eligió para el duelo: «El peso le puede pasar la factura». Y así fue.

Y en vista de su inoperancia, Patxi Alonso tiró de humor para 'animar' al guipuzcoano. «¿Qué tal por ahí? ¿Hace sol? Al menos estáis a la sombra», afirmó antes de volver a preguntarle por su particular estilo de ascensión: «Manu, ¿ahora qué? ¿Seguimos haciendo surfing?». Andrea Azkune sonrió la ocurrencia del presentador vizcaíno, aunque era consciente de una gran realidad: no había vuelta atrás. Manu Marichalar dijo adiós a El Conquis y el reality de aventuras le despidió en redes sociales con un curioso juego de palabras: «Manu Chao».