San Sebastián
Miércoles, 24 de enero 2024, 08:58
Karlos Arguiñano es de permanente actualidad gracias a su simpatía y sencillez con la que nos enseña a cocinar cada día. El dicharachero chef guipuzcoano, de 75 años de edad, presenta a diario 'Cocina Abierta', programa de gastronomía de Antena 3 en el que ofrece todo tipo de recetas de cocina. Eso sí, pese a su dilatada carrera en televisión, nunca está a salvo de pequeños imprevistos, y buena muestra de ello fue el percance que ha vivido ante las cámaras hace unos días.
Publicidad
En esa ocasión, Karlos Arguiñano optó por elaborar un centollo relleno, una receta de cocina muy socorrida y rápida de llevar a cabo. De hecho, el propio cocinero de Beasain la calificó de «receta de restaurante de lujo, en casa y a un precio muy asequible». Eso sí, antes de nada, el popular chef guipuzcoano tiró de su ya clásica explicación previa, para la cual comenzó detallando las diferencias entre machos y hembras entre centollos y bueyes de mar. En lo que respecta a las petacas, destacó sus extraordinarias pinzas: «Les rompen el gancho porque si te agarran con estas pinzas… Es impresionante la fuerza que tienen». De los centollos, en cambio, adujo que las pinzas eran más finas: «El macho tiene las pinzas más grandes pero la cola mucho más pequeña porque no tiene que guardar huevos».
Noticia relacionada
Dicho y hecho, el chef guipuzcoano hizo hincapié en que se trataba de animales vivos y que para cocerlos únicamente era necesario ponerlos en agua en ebullición durante doce minutos por kilo. «Los dejamos aquí, que los retiren», explicó a cámara, abandonando a los cuatro animales -vivos- en unas bandejas sobre un pequeño estante.
Y seguidamente, Karlos Arguiñano se trasladó a otro estante, ya en primer plano de cámara, en el que tenía la placa de inducción preparada para continuar con la receta de cocina. Y lo hizo hasta que… de repente oyó un ruido, un golpe seco contra el suelo de algo que parecía haber caído de imprevisto. El chef se giró al instante y enseguida lo entendió todo: uno de los centollos se había 'lanzado al vacío'. «Ya se ha tirado uno al suelo, se ha tirado al suelo. A ver, lo voy a recoger», justificó, al tiempo que se apremiaba a recuperarlo. «Quieto, que se escapa. Se ha tirado al suelo de cabeza. Estate quieto. A esos les vamos a dar más vida, ¿eh?», se justificaba a cámara con total naturalidad, mientras el animal intentaba resistirse.
El simpático presentador de Cocina Abierta volvió al primer plano de cámara y continuó con su explicación… aunque por poco tiempo. «Quitamos esta parte, así se limpia bien. Así… siento movimientos», reconoció mientras volvía a girarse para confirmar sus sospechas. Estaba en lo cierto: el centollo volvía a rebelarse. Y raudo y veloz volvió al auxilio del animal, esta vez ya para poner remedio de verdad. «Que te vas a quitar otra vez. Que no, patas arriba te quiero ver», le hablaba al crustáceo díscolo, mientras lo cogía y lo trasladaba a una cubeta más grande y con un mayor fondo. «Te voy a meter aquí, de ahí no sale», sentenció. Y así, ya con el animal ya asegurado, continuó con su receta de centollo relleno. Cosas del directo que Karlos Arguiñano, una vez más, supo solventar con total naturalidad. Como la vida misma.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.