El Festival son estrellas y películas pero también historias para la historia. Aún se recuerda a Kirk Douglas con las angulas en Gaztelubide, a Hitchcock jugando al escondite en el Museo de San Telmo o a Julia Roberts con Odón Elorza y su ... camiseta de Donostia 2016. La 69 edición, clausurada la noche del sábado, aporta tres postales para la pequeña historia. Una, Penélope Cruz y Marion Cotillard cenando chuleta en el Zelai Txiki, con sus trajes de noche, después del Premio Donostia: glamour a la vasca. Dos, Johnny Depp en la txakolineria Hika, en medio de los montes de Gipuzkoa, catando alubias. Y tres, Jessica Chastain entusiasmada por La Concha antes de cenar en Arzak.
Se apagan los focos pero queda el fulgor de las estrellas. El Zinemaldia que arrancó marcado por la polémica en torno al premio a Depp terminó despidiendo al actor como a la visita más amable. Los que le han tratado coinciden en su exquisita educación e interés por todo. En Hika, por ejemplo, se empapó de los secretos del txakoli y posó encantado con todos los trabajadores. Sobre el escenario del Kursaal, al recibir su premio, pronunció uno de los discursos más largos, y aparentemente más sinceros, de la historia del galardón.
Era el año de Depp, sí, y el de Marion Cotillard en uno de los arranques más explosivos del Zinemaldia: ese viernes inaugural coincidían aquí, además de la actriz francesa, Penélope Cruz y Antonio Banderas, entre otros. 'Pe' buscó jugar también a las sorpresas: si ella había tenido la suya cuando apareció Bono, el músico de U2, para entregarle su Donostia, ahora quiso ser ella misma la sorpresa para Cotillard. Y propiciaron otra fotografía para el álbum de oro del certamen.
Una cercana y entusiasta Jessica Chastain se lleva casi por sorpresa el 'top' del glamour de este año
Lo que no imaginábamos es que el final iba a resultar también espectacular. Con nombre propio: la gran Jessica Chastain. La actriz californiana venía a presentar 'The Eyes Of Tammy Here', película que además de protagonizar produce, y se acabó ganando al público, a la organización y a los periodistas con su amabilidad. Ella propició las imágenes del 'glamour' de siempre acercándose a los espectadores, paseó por la ciudad y divulgó sus rincones a sus millones de seguidores a través de las redes sociales y, como corolario, recibió el premio que le hizo feliz. Más aún, lejos de la imagen de diva salió al escenario a recoger su galardón de la mano de la joven actriz con quien lo comparte, la danesa Flor Ofelia Hofmann Lindahl, de solo 16 años.
'Maixabel', el mayor aplauso
Entre esas estrellas hubo otro 'glamour' sentimental y cercano que se encarama también a los grandes momentos de este Zinemaldia. El estreno de 'Maixabel' emocionó de una manera bien distinta, con una ovación final que también entra en la historia del certamen como una de la más prolongadas. Maixabel Lasa, la mujer en la que está basada el filme de Icíar Bollaín ya estrenado en salas comerciales y premiado como mejor película vasca del Festival, no quiso posar en el photocall con el equipo de la película, para diferenciar la realidad de la ficción del cine, pero el día siguiente sí estuvo con la directora en un pase especial celebrado en Legorreta con sus vecinos y amigos.
El estreno de 'Maixabel' trajo la emocionante y aplaudida mirada de nuestra 'guerra y paz'
Se acabó la 69 edición, sí, con la consabida polémica en torno al palmarés, ese debate al que ya estamos acostumbrados. Quizás la más desconcertada por la Concha de Oro para 'Crai nou' era su propia directora, la rumana Alina Grigore, que ya había disfrutado como un premio el hecho de estar seleccionada y vino a Donostia en viaje de novios. Lo que no esperaba es que el jurado presidido por la georgiana Dea Kulumbegashvili le concediera su mejor regalo de bodas.
Un matrimonio en el palmarés
Hay más historias sentimentales en el palmarés, como un matrimonio de directores premiado cada uno por su película. Gaspar Noé recibió el premio Zabaltegi-Tabakalera por 'Vortex', una de sus ya clásicas rarezas, y su mujer, la directora Lucile Hadzihalilovic, el Especial del Jurado por 'Earwig', no menos extraña historia de una niña a la que crecen los dientes de hielo.
Coincidencia: Gaspar Noé ganó el premio Zabaltegi y Lucile Hadzihalilovic, su mujer, el del Jurado
Terminó la 69, sin la fiesta de clausura de Miramar y solo con una celebración reducida y discreta para organización y premiados. En la gala de clausura destacaba la presencia de otra 'estrella', la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que en los últimos meses ha marcado nuestras vidas con las decisiones de su departamento. En el Kursaal tuvo que responder a más de un invitado que le preguntaba si el año próximo el Festival volverá a ser «normal», más para una 70 edición en la que están previstas actividades especiales con motivo del aniversario redondo. «Esperemos que sí», respondía con su prudencia habitual la consejera.
El 'glamour cultural' made in Errenteria, con Jon Maya en la dirección de la gala y 'Pirata' en la música, echó el telón. En un guiño final Pirata tocó al saxo la 'Crónica de San Sebastián' de Sanchis y Jocano. Si enseñan la canción a Chastain seguro que les hace los coros.