«No es que toque el tema de la eutanasia, es que lo agarra con las dos manos», reconocía el director Roger Michell, al hablar de su película 'Blackbird', que inauguró anoche la 67 edición del Festival, y también la competición por la Concha de Oro. Pero advertía: «La película no alienta a que la gente de la sala salga gritando 'vamos a legalizar la eutanasia ya'. Sería ridículo que lo presentáramos simplemente como una buena muerte. La cuestión es mucho más complicada que un simple posicionamiento a favor o en contra. Y me parece que es un tema muy difícil de legislar, y sobre el que hay que tomar cualquier decisión con mucha delicadeza. Y es un tema que va a cobrar cada vez más importancia, porque está aumentando la longevidad de las personas».
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'Blackbird' es una nueva versión estadounidense del filme danés 'Silent Heart', dirigido por Bille August, que ya participó en la competición del Festival de San Sebastián hace cinco años. Y cuenta con el mismo guionista, Christian Torpe, y la misma premisa: una mujer madura que tiene una enfermedad terminal reúne a su familia durante un fin de semana para despedirse antes de poner fin voluntariamente a su vida, en previsión de que su deterioro físico y mental sea pronto insoportable.
Sin embargo Roger Michell asegura que no ha visto la película precedente: «No la he visto por razones evidentes, me han dicho que es maravillosa, pero la nuestra es algo diferente en cuanto al guion, y no quería verme superado por la idea de lo buena que fue esa película, y limitarme a hacer una versión en inglés».
Y tampoco ha visto la original ninguno de los actores que integran el reparto, en el que figuran Susan Sarandon, Kate Winslet, Mia Wasikowska y Sam Neill, el único que ha venido a San Sebastián: «Todas ellas estaban deseando venir, pero por una razón u otra, no ha podido ser. Hemos sido un reparto muy cercano y unido, y nos mantenemos en contacto. Les mantengo informados de todo lo que pasa aquí, así que si alguien tiene un mensaje para Kate Winslet, que me lo diga, que yo se lo doy», aseguró.
«Yo no quería ver a otro actor tomando mi papel antes de que lo hiciera yo, no quería verme influido por las decisiones de otro actor, porque yo tenía que tomar las mías. Y ahora no tengo la valentía de verla, por si él lo hizo mejor», comentó Sam Neill, el excelente actor de 'Parque jurásico', 'En la boca del miedo' o 'El piano', con una ironía y un humor del que hizo gala durante toda la rueda de prensa, a pesar del serio tema de la película.
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Aunque en realidad 'Blackbird' también tiene bastantes rasgos de humor, cosa que no es de extrañar cuando está detrás el director de 'Notting Hill' o 'Le Week-end'. «La película trata más de los vivos y sus vidas que de la muerte, es una película sobre todo de madres e hijas y de sus relaciones», aclaraba Roger Michell. «La cuestión principal es recordar que cada día puede ser el último en este planeta y cómo quieres aprovecharlo y disfrutarlo. Y también trata de los problemas que surgen cuando tienes que tomar decisisiones tan difíciles y te enfrentas a temas tan extremos».
El productor David Bernardi resumía diciendo que el filme plantea «cómo de honesto tienes que ser frente a tu familia, hasta qué punto conoces a tus padres, hermanos o parejas y si quieres conocer cómo son realmente».
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Para el director «rodar comedias es más difícil porque curiosamente en los dramas el bagaje emocional de las escenas se ve compensado por las risas, la implicación y la vida que se produce en el rodaje. En cambio cuando ruedas una comedia, muchas veces las risas duran poco, y enseguida empieza la tensión propia del rodaje».
Sam Neill interpreta al padre de familia, el marido que tiene que ayudar a que su mujer pueda ejecutar la decisión que ha tomado. «Interpretar el personaje fue un ejercicio de contención», explicaba Sam Neill, «porque es un hombre que siente una pena enorme, pero al mismo tiempo debe sujetar el timón de la situación, si no se derrumba toda la familia. La decisión de morir se toma antes de que empiece la película, los personajes ya saben a qué van a la casa, y es una situación muy difícil para el padre, con dos hijas bastante complicadas. Además, yo también soy padre de hijas y me afectaba especialmente la situación».
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Sobre el difícil papel de la madre, el actor afirma que «a Susan Sarandon le van a nominar para todos los premios, vuela todo el tiempo sobre el papel, es algo maravilloso».
Al tratar de contestar a la cuestión de si es más difícil envejecer en el cine para una actriz que para un actor, Sam Neill reconoció: «En menudo campo de minas me has metido», espetó a la periodista. Y se salió por el sentimiento personal sobre la vejez: «Cada diez años hacemos una fiesta especial por mi cumpleaños, con mucho rock & roll y un poco de mal comportamiento, he de reconocerlo. Toco madera para que me queden otras tres décadas», apuntó el actor de 72 años. «Suelo repasar si la década ha sido mejor que la anterior y de momento tengo la sensación de que ser mayor es maravilloso. Me parece una tontería eso de que tener edad es difícil para un intérprete», zanjó Neill.
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