Vídeo: Tráiler de 'Rifkin's Festival'.

Woody Allen trae su mundo personal a «esta ciudad mágica en la que el cine es el rey»

'Rifkin's Festival' es un canto a San Sebastián y el Festival como trasfondo de las obsesiones habituales de su autor

Viernes, 18 de septiembre 2020, 12:47

Lo dice uno de los personajes secundarios: «Me encanta este Festival en esta ciudad mágica en la que el cine es el rey». No es la única referencia a las bondades de San Sebastián y al amor por el cine del Zinemaldia en la ... película de Woody Allen 'Rifkin's Festival', que hoy inaugura el certamen donostiarra. La ciudad es una presencia constante en las imágenes y en el devenir y el estado de ánimo de los personajes, especialmente del protagonista, el Rifkin divertido y emotivo que encarna magníficamente Wallace Shawn y que, por supuesto, es un alter ego de Woody Allen.

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Hay que tomarse esa devoción por la ciudad, por tanto, como un canto de admiración y afecto a San Sebastián, «una ciudad donde se vive de forma muy agradable y tranquila», según dice el personaje de Elena Anaya, y que luce constantemente en pantalla con su mejor cara soleada y plácida, pero que no se convierte en una postal turística con la sofisticación impostada de 'Vicky Cristina Barcelona' mostraba respecto a Barcelona.

'Rifkin's Festival' es una película más pequeña y recogida, más íntima en el sentido de que contiene un compendio de las preocupaciones vitales y el amor por el cine de los grandes maestros de un Woody Allen que parece aprovechar este viaje a San Sebastián para hacer repaso de sus inquietudes vitales y artísticas. No es una despedida, pero tiene algo de observación, aprovechando la distancia de una Nueva York que también está presente a través de las evocaciones constantes del personaje, de los enigmas de la vida que nunca conseguirá resolver el cineasta: los mecanismos de la seducción y el enamoramiento, el miedo a la enfermedad y la muerte, la inspiración del arte y especialmente el cine para intentar entender los sentimientos personales y lo inexplicable de la vida.

El Palacio de Miramar aludiendo a un plano de 'Ciudadano Kane', los salones de la Diputación reconvertidos en escenario de 'El ángel exterminador' o la playa de Itzurun como escenario de la partida de ajedrez de 'El séptimo sello' son solo algunas de las adaptaciones de escenarios guipuzcoanos a los homenajes con toque de cariñosa parodia que Woody Allen hace a maestros como Ingmar Bergman, Luis Buñuel, François Truffaut, Federico Fellini o Claude Lelouch, como parte de los sueños e imaginaciones que asaltan a un Rifkin aturdido por el 'affaire' que su esposa, interpretada por una estupenda Gina Gershon, tiene con un director que acude al Festival de San Sebastián, Louise Garrel.

La playa de la Concha en diferentes escenas y perspectivas en todo su esplendor, el Paseo del Árbol de Gernika donde tiene su consulta el personaje de Elena Anaya de la que Rifkin queda prendado, la vista desde el mirador de Ulia, el kiosko del Boulevard y, por supuesto, el Kursaal y el Hotel María Cristina son solo algunos de los paisajes de la ciudad con una presencia constante, pero no forzada, en una película muy característica de Woody Allen, divertida y emotiva por lo que tiene de mirada a una vida desde la vejez, pero con el pulso juvenil de quien sigue queriendo apostar por la vida, la seducción y el placer, a pesar de todas las angustias que conllevan. Y, por supuesto, no falta el personaje que en un momento dice «qué bien se come en San Sebastián».

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