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Robert Pattinson se mesa los cabellos mientras posa en el Kursaal. JAVIER ETXEZARRETA/EFE
Robert Pattinson, en el Zinemaldia: «Ver a la gente salirse de tu película tiene su punto»

Robert Pattinson: «Ver a la gente salirse de tu película tiene su punto»

JUAN G. ANDRÉS

Viernes, 28 de septiembre 2018, 08:28

Cuando el miércoles aterrizó en Donostia despertó suspicacias por entrar a toda velocidad en el María Cristina sin apenas saludar a su legión de seguidores. Ayer, sin embargo, Robert Pattinson (Londres, 1986) atendió al público y a la prensa con cercanía y amabilidad, especialmente en las escasas y exclusivas rondas de entrevistas que concedió. Últimamente requerido por cineastas de prestigio como David Cronenberg, Werner Herzog o James Gray, el antiguo vampiro de la saga 'Crepúsculo' se convirtió en el principal protagonista de uno de los títulos de la jornada, 'High Life', inquietante filme de ciencia ficción dirigido por Claire Denis. En ella, el británico encarna a un preso que viaja con varios compañeros en una nave espacial cuyos tripulantes son usados como cobayas humanas.

- En la rueda de prensa, Claire Denis ha bromeado al decir que al principio usted no entendió el guión. ¿Cómo se aproximó a él?

- Bueno, intenté reunirme con ella durante cuatro años más o menos y no fue fácil: 'High Life' es su primer guión en inglés y yo no hablo francés, pero estaba desesperado por trabajar con ella. Al final nos encontramos y pasamos horas hablando de mi papel, sobre todo de cómo iba a meterme en la piel de un personaje que supuestamente tenía 50 años, más o menos el doble de mi edad.

«Me gusta no tener toda la información y que la gente no sepa qué pensar de mi personaje»

«'Cosmópolis' me hizo darme cuenta de que podía seguir a cineastas que son mis héroes»

«Me hice famoso casi por accidente y no he hecho nada para mantener la fama»

- La película posee múltiples lecturas. Habla del ser humano, la vida, la carne, el deseo, la confinación... ¿Qué le interesaba de ella?

- Me gusta mucho el cine de Claire, más que por la historia, por el modo en que ve los personajes, la sensualidad, la textura, las relaciones humanas... Hay papeles de los que tienes que saber todo: quién es, de dónde viene, a dónde va... Pero en este caso no fue necesario y los seres humanos tampoco funcionan así. Pude acercarme al papel de forma distinta, casi como si fuera música, con mis sentimientos... De hecho, cada vez que preguntaba a Claire por el crimen que había cometido mi personaje, ella me daba una versión diferente porque no le importaba en absoluto quién había sido mi víctima. Es muy interesante hacer un papel que no te da toda la información, me gusta que la gente no sepa qué pensar de mi personaje. Eso sí, cuando vi la película me dio un poco de miedo no saber cómo tendría que responder a las preguntas de los periodistas... (Risas)

- Es la segunda vez que tiene una escena de sexo con Juliette Binoche. ¿Cómo fue?

- Bueno, cuando yo era un adolescente, antes de dedicarme a la interpretación, mi película favorita era 'Los amantes del Pont-Neuf' (1991), de Leos Carax, con quien también me encantaría trabajar. Por ello, rodar escenas de sexo con Juliette fue una pasada: cumplí una fantasía de joven. (Risas)

- Pero en sentido estricto, la escena de 'High Life' es una violación. ¿Cómo la plantearon?

- Bueno, se supone que en la película yo estoy dormido, ¿no? Es raro, pero puedo decir que he sido violado por tres mujeres en tres películas distintas. Debo de ser el único actor con un registro así: es mi legado. (Risas)

- Además, rodó usted en un espacio reducido y con un bebé de pocos meses...

- Tuve libertad total con el bebé, que era hija de unos amigos míos... Buena parte de mi tiempo entre una secuencia y otra era ejercer de niñero. No podía dejar que llorara porque entonces no podíamos rodar, así que debía buscar formas de tranquilizarla. Fue un experimento interesante. (Risas)

- ¿Y le gustan los niños? Se les ve muy sueltos a usted y al bebé...

- Me gustan a veces, sobre todo cuando los puedes devolver a sus padres. (Risas)

- 'High Life' es austera en cuanto a escenografía, no concuerda con el imaginario tradicional de película de ciencia ficción. ¿Le gustaría trabajar en una superproducción de Hollywood con naves sofisticadas, grandes dosis de acción y efectos especiales?

- Sí, bueno, nunca sabes. Cuando se incrementa el presupuesto de una película, eso te obliga a seguir un formato predeterminado para conseguir financiación porque todo el mundo tiene miedo de perder su dinero: cuanto más tradicional es el filme, más debes seguir la línea del dinero. Y no creo que nadie vaya a hacer una película de cien millones de dólares acerca de la recolección de semen en el espacio. (Risas)

- En los pases de Donostia no ha habido tantas deserciones, pero en el Festival de Toronto bastante gente abandonó la sala. ¿Tienen miedo de que la película cause rechazo por los temas que aborda, por su crudeza y su tono?

- El primer pase en Toronto fue en un cine para 2.000 personas. Todo el mundo estaba allí esperando a la proyección con sus palomitas de maíz en la mano. Llegué, vi la sala y pensé: «¡Oh, Dios!». Pero al día siguiente asistió un público mucho más conocedor, gente que ya sabía lo que iba a ver, y la proyección fue bien. El primer pase fue más difícil, pero eso también me apasiona. Cuando fui a Cannes a presentar 'Cosmópolis' (2102) recuerdo que David Cronenberg me dijo: «Me encantará ver cuánta gente sale de la sala». Eso también tiene su punto.

- ¿No teme que papeles como el de esta película le puedan alejar del gran público?

- Bueno, nunca tienes la garantía total de que vas a llegar al gran público. Incluso cuando hice las películas de 'Harry Potter' y 'Crepúsculo' desconocíamos que iban a ser un gran éxito. Por eso, pienso que lo más importante es elegir papeles que te gusten y sirvan para que aprendas algo de la experiencia.

- ¿Cómo ha sido el tránsito de la saga 'Crepúsculo' y el gigantesco fenómeno fan que supuso a comenzar a trabajar con autores importantes y reconocidos?

- La verdad es que antes de empezar en 2008 con 'Crepúsculo' yo buscaba cualquier papel, y una vez terminada la saga me sentí con más libertad para elegir lo que quería. Hice 'Cosmópolis' con Cronenberg y fue una experiencia maravillosa que me hizo darme cuenta de una cosa: podía intentar seguir a cineastas que son mis héroes para hacer lo que de verdad quiero hacer.

- ¿Y con qué otros héroes le gustaría rodar?

- Con muchísima gente. También me gusta encontrar a directores que aún no han sido descubiertos. Es el caso de Claire, que en Europa es conocida de sobra pero en EEUU no. Participar en 'High Life' me sirve para descubrir al público de allí a una especie de directora novel. Mi próximo proyecto, por ejemplo, es con el colombiano Ciro Guerra, director de 'El abrazo de la serpiente' (2015), con quien actuaré en 'Waiting fot the Barbarians' (adaptación de la novela de J.M. Coetzee): poca gente allí sabe quién es pero pronto lo descubrirán.

- Da la impresión de que trabajar con directores de este tipo le hace sentirse más relajado y le permite olvidar la presión del público. ¿Por eso prefiere últimamente esta clase de cine?

- Sí, me gusta seguir a directores como Claire y a gente que tiene libertad y ausencia de miedo: no se sienten obligados a hacer cierto tipo de cine. También adoro los personajes complicados que no son fáciles de enjuiciar y cuyos componentes no puedes reunir totalmente. Pero bueno, yo me hice famoso casi por accidente y no he hecho nada para mantener la fama. Quizá algún día tenga que ponerme a pensar y venderme como actor. (Risas)

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