Euroliga, sí; Superliga, no

La cantidad de partidos que se juegan, tanto en Europa como en la NBA, hizo que los clubes se plantasen ante la FIBA y su intento de cargar, aún más, el calendario con las 'ventanas', los parones por selección para rondas clasificatorias. El intento de la FIBA de imponer una serie de fechas para sus competiciones no fue bienvenido por la organización de la Euroliga ni la NBA, que no paran sus competiciones para facilitar la asistencia de los jugadores.

Las jornadas son oficiales independientemente de las posibles ausencias de jugadores 'top' y son las federaciones las que salen perdiendo. Eslovenia, por ejemplo, quedó fuera del Mundial 2019 tras haber ganado el anterior Eurobasket.

El problema no queda aquí. La FIBA creó una Champions League e invitó a todos los clubes a participar en ella por méritos deportivos, al igual que funciona en fútbol, pero los fundadores de la Euroliga se opusieron. Su apuesta por la actual competición semi-cerrada con los mejores equipos de Europa es firme. La respuesta de la FIBA fue agresiva, amenazando con dejar fuera de las competiciones internacionales a todos los jugadores que no jugaran bajo la organización, pero perdieron el pulso. Se llegó a hablar de una ACB sin Barça, Madrid o Baskonia. Pero era un sinsentido.

En fútbol ocurre justo lo contrario. Real Madrid, FC Barcelona y otros clubes europeos quisieron emular a la Euroliga y «crear un producto más atractivo para los jóvenes», en palabras del presidente Florentino Pérez. El proyecto de la Superliga está siendo un incordio tanto para la FIFA como la RFEF, pero en su caso sí han conseguido imponerse a los clubes interesados. El prestigio y el atractivo de la Champions y también de la Europa League prevalece por el momento.