«Somos un equipo muy difícil de batir»

El Super Amara Bera Bera puede proclamarse mañana (18.15 horas) campeón de Liga en Elche. Tras ganar el miércoles en el Gasca el primer partido de la eliminatoria, ahora debe redondear la temporada en tierras ilicitanas. Ganar el miércoles ese primer partido ante el público guipuzcoano multiplica las posibilidades del Bera Bera. Si gana en Elche, el título será suyo, pero si la victoria se le escapa, se jugará una prórroga para romper el empate. Por ello, una vez acabó el encuentro en el Gasca, a la alegría por la victoria se le unió la tristeza por despedir a a siete de sus jugadoras.

«Si alguna vez hubiera tenido que firmar mi despedida del Bera Bera, sería con algo así, con la posibilidad de ganar el triplete y con el equipo al nivel que está jugando ahora», confesaba muy emocionada June Loidi. «Siempre he dicho que no es un adiós, que es un hasta luego y ojalá poder volver en un futuro. Ahora tenemos que seguir por este camino para terminar bien, confiando en nosotras mismas, teniendo una defensa contundente como la que tenemos y corriendo mucho en primera y segunda oleada. Es nuestro punto fuerte y lo que nos ha llevado hasta aquí».

Las de Bidebieta han llegado a la parte decisiva del curso en un estado de forma espectacular, aunque el miércoles les costó un poco arrancar para después volar. Loidi explica que «al principio del partido se notó que ellas venían de competir y nosotras llevábamos diez días paradas. Pero a la mínima que cogimos un poco de ritmo, somos un equipo muy difícil de ganar. Estamos en un muy buen momento, tanto defensivo como ofensivo, y eso se nota».

Lagrimas de despedida que compartió con sus compañeras, entre ellas, Emma Boada. «Llevamos ya unas semanas con las emociones a flor de piel. El partido, el último en el Gasca, fue una locura. Sabíamos que el Elche es un equipazo y que a lo mejor iba a acusar un poco el cansancio que arrastraba de la competición europea. No nos vinimos abajo cuando el resultado no era favorable a nosotras. Lo estamos haciendo muy bien en estos últimos partidos y así fue en la segunda parte. Salimos como aviones después del descanso y el partido se quedó», celebraba la catalana.

Boada lo tiene claro. «Nadie tiene más ganas que nosotras de despedirnos como grupo así, con un triplete, con la sensación de haberlo dado todo por este club, que creo que siempre lo hemos hecho, todas juntas. Queremos terminar con una sonrisa en la cara, creo que nos lo merecemos».

Fue sonar el pitido final en el Gasca y Mariane Fernandes rompió a llorar. Se disculpaba porque apenas podía hablar debido a la emoción que le embargaba. «No puedo casi ni decir palabras, es muy emocionante. Ésta ha sido mi casa durante cinco años, ahora mismo estoy triste pero muy contenta con el resultado».

La brasileña firmó un partido espectacular y con ocho goles lideró la anotación donostiarra. Admitió que fue una tarde «muy difícil. Sabía que era mi último partido aquí, entonces estaba muy emocionada. Pensaba que no podría jugar porque la emoción hablaba más fuerte que todo, incontrolable, pero estoy contenta con el resultado, estoy contenta con lo que hemos hecho en el equipo, todo el equipo. Me voy, pero mi corazón siempre será azul y naranja».

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