Mikel Landa pasa por quirófano este viernes en Vitoria

El regreso de Landa a casa fue posible después de que las pruebas complementarias realizadas en el hospital del Riccione donde estaba ingresado descartaran la existencia de un pneumotórax y de otras lesiones internas. El durísimo accidente se salda con la fractura de la clavícula izquierda y cinco costillas afectadas en ese mismo lado del cuerpo.

Los médicos del hospital y los galenos del Giro y del Bahrain, pese a la preocupación por la evolución de uno de sus pulmones, que puede estar también afectado, autorizaron a primera hora de la tarde su traslado a Vitoria.

Una vez en casa, Mikel Landa escribió un mensaje en sus redes sociales: «Ya en el hospital de Vitoria. Daros las gracias a todos por vuestras muestras de cariño, os aseguro que intentaré devolveros tanto afecto. Agradecimiento especial al príncipe Nasser Bin Hamed y al Bahrain Victorious por su humano y afectuoso trato. Eskerrik asko bihotzez».

Antes de que despegara el avión, el jefe de los servicios médicos del Bahrain, Daniele Zaccaria, explicó que «Mikel pasó la noche descansando bien y controlando el dolor. Fue sometido a nuevas investigaciones para excluir un pneumotórax y lesiones internas, y todas resultaron negativas. Por lo tanto, se le permitió volar de regreso a casa. El equipo organizó un vuelo privado de Rímini a Vitoria, y el plan médico es operar allí mañana (este viernes) por la mañana. Después de la cirugía, iniciará todo el tratamiento necesario para tener una pronta y segura recuperación».

Fuentes cercanas al corredor confirmaban desde Euskadi que a primera hora de la mañana Landa ya estaba en contacto con los suyos, a quienes habría relatado que pasó la noche «incómodo» y «sin apenas descansar», y que está bastante «desmoralizado» por su mala suerte.

Mikel Landa se fue al suelo en la llegada a Cattolica, al ser arrastrado por Joe Dombrowsky (UAE). El pelotón rodaba a 60 kilómetros por hora y el golpe fue tremendo contra el suelo. Tuvo que ser evacuado en ambulancia. Al estadounidense, en contra de todos los protocolos de seguridad de la UCI, se le permitió alcanzar la meta con una fuerte conmoción cerebral y síntomas de desorientación. Nada más llegar fue subido a otra ambulancia rumbo al hospital y, por supuesto, ayer no tomó la salida.

La caída corta la temporada de Mikel Landa, enfocada al Giro, a los Juegos Olímpicos y a la Vuelta. Ahora, el alavés deberá reorganizar su calendario. En principio, no iba a disputar el Tour de Francia, que comienza el 26, pero tras su forzado abandono en Italia habrá que ver si el líder del Bahrain se plantea acudir a la ronda gala.

La decisión de operar de forma inmediata la clavícula indica una voluntad expresa de adelantar el proceso de recuperación. El doctor Sánchez corregirá la fractura y reforzará el hueso con uno o varios clavos, en función de las características específicas de la rotura, para dar solidez a la zona y acelerar la rehabilitación.

En principio, los médicos no ven problemas en esa intervención, pero más interrogantes suscita el problema de las costillas. Con cinco tocadas y con alguna fractura de diversa consideración, los efectos incapacitantes de ese dolor son importantes y comprometen mucho la tarea de fijar los plazos de recuperación. Además, los médicos quieren hacer un seguimiento estricto de los pulmones, para evitar cualquier riesgo.

La intervención arrojará luz sobre el estado exacto del murgiarra y será entonces cuando se puedan realizar las primeras estimaciones con datos en la mano. Dentro de lo malo, Mikel Landa ya sabe a lo que se enfrenta porque no es, ni mucho menos, la primera vez que se fractura una clavícula, por lo que es perfectamente consciente de lo que tiene por delante en su futuro inmediato.

A la hora de plantearse un hipotético concurso en el Tour de Francia, que arranca en 43 días, causa más incertidumbre la recuperación de las costillas que la de la clavícula, a la que la cirugía aporta seguridad. Landa llegaría perfectamente sano a la salida de Brest, otra cosa sería su condición física, que dependería de cuánto y con qué intensidad pudiera entrenarse.

Los ciclistas están habituados a correr con dolor y, en algunos casos, en condiciones precarias. Sin ir más lejos, Vincenzo Nibali (Trek) disputa el Giro con una fractura de radio que se produjo hace tres semanas. Solo se quita una férula en la muñeca para competir, y la sustituye por un vendaje fuerte. Los ciclistas son de otra pasta y esa es una de las bazas de Landa.