Jonas Vingegaard rompe a llorar tras imponerse en la undécima etapa en el Tour: «Jamás lo hubiera soñado hace tres meses»

Vingegaard ha podido recuperarse del ataque de Tadej Pogacar en Puy Mary Pas de Peyrol, el puerto de primera categoría a algo más de 30 kilómetros para meta. Aunque el esloveno ha logrado abrir un hueco de cerca de 40 segundos con respecto al danés y a Primoz Roglic, Vingegaard ha logrado restañar esa diferencia en el siguiente puerto de segunda (Col de Pertus) con una recuperación épica y ambos han caminado juntos hasta la llegada. Vingegaard ha puesto un ritmo al que se ha acoplado no sin problemas Pogacar y ambos se han disputado la victoria en el sprint, donde el danés ha sorprendido a un, a priori, más veloz rival. «No pensaba que podía volver a enganchar con él, y ha sido una sorpresa ganar en el sprint», confesaba Vingegaard.

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«Hace tres meses, tras la caída, no hubiera ni soñado poder estar aquí y ganar», ha añadido el líder de Visma antes de volver a llorar ante las cámaras. «No hubiera podido estar aquí sin mi familia. Ellos lo son todo. Agradezco a todos los que han estado conmigo en estos duros meses. Volver después de la caída... Es muy emocionante para mí», ha rematado.

Vingegaard habló el pasado lunes en un encuentro con periodistas sobre tdoo lo sentido y vivido desde la caída en la cuarta etapa de la pasada Itzulia. «Pensé que me moría», señaló el danés de forma clara y concisa. «Fue tan grave que pensé que iba a morir. Y si sobrevivía, pensé en dejar de montar en bicicleta».

La caída fue muy fuerte y el danés acabó ingresado en el Hospital de Txagorritxu con varias costillas y una clavícula rotas, una contusión pulmonar y un neumotórax. Lesiones que pusieron en seria duda su participación en el Tour de Francia. «Trine (su mujer) también pensó que iba a morir, pero ahora hemos podido pasar página. Pensé que nunca podía pasarme algo así, ya que siempre pude evitar estas caídas y frenar a tiempo», apuntó Vingegaard.