Después de una etapa de otra época con 230 kilómetros que ganó Biniam Girmay (Intermarché) en la meta de Turín, el Tour se da este martes de frente con los Alpes. Es solo la cuarta etapa, pero el gigante Galibier se alza ante a los ... corredores y se anuncia la primera gran batalla entre el líder, Tadej Pogacar (UAE), y el ganador de las dos últimas ediciones, Jonas Vingegaard (Visma). El aficionado al ciclismo saluda jubiloso la inesperada situación en la que se presenta la etapa. El danés debería haber llegado medio muerto, doliente, a la salida del Tour, pero ha comparecido fresco como una lechuga, rampante, optimista como para saltar a un ataque de Pogacar en su terreno camino de Bolonia en una rampa de mil demonios a cien por hora. Esta resurrección ha elevado al Tour a una nueva dimensión y hay carrera.
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Por supuesto, no tiene nada que ver la subida al santuario de San Luca con el Galibier. Se sube por el Lautaret desde Briançon. Es la vertiente menos dura del coloso, pero aun así son 23 kilómetros de subida al 5,1% de media (36 al 4% si se empieza a contra desde Briançon). Lo más duro está al final, tras coronar el Lautaret a 2.061 metros. Desde ese punto faltarán nueve kilómetros hasta los 2.642 del Galibier, todos por encima del 6%, uno al 8% y dos al 9%. Más que serio.
Pocos puertos hay más míticos que el Galibier. De esos que a veces parecen marcar distancias con la propia carrera, como si no estuviese a su altura. Pasan los años y no sucede nada, pero cuando intervienen pasan directamente a la historia. Por su cima han pasado en cabeza todos los grandes y en la memoria de los viejos aficionados brillan los nombres. Como Bahamontes, cuando en 1964 destrozó a Poulidor y Anquetil, que mantuvieron un mano a mano dos años más tarde. O cuando Eddy Merkx sujetó a los Kas en 1974 o Bernard Hinault y Greg Lemond dirimieron su última batalla en sus rampas rumbo a la meta de Alpe d'Huez, para aquella foto mentirosa de su amistad llegando cogidos de la mano. Y muchas más. Por supuesto, en su cima no faltan los nombre de Bartali, Gaul, Coppi, Julio Jiménez, Ocaña, Zoetemelk, Van Impe, Lucho Herrera... Y Pantani, que lanzó en el Galibier su ataque definitivo a Jan Ullrich para ganar la edición de 1998 y firmar su doblete Giro-Tour, el último de la historia hasta el momento y que Pogacar busca reeditar este año tras haberse impuesto ya en la corsa rosa. La ubicación del puerto en la etapa de este martes –de su cima se baja directamente a la meta de Valloire, 19 kilómetros de descenso– favorece que adquiera protagonismo.
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Iñaki Izquierdo
Con la información disponible antes del Tour, quien más quien menos daba por hecho que sería el día para que Pogacar lanzase un ataque para conocer la verdad sobre Vingegaard. Con la actuación del danés en las dos primeras etapas, ¿habrá cambio de guion?
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En el cuartel general del UAE se ha analizado con lupa el inicio del Tour. Que Vingegaard estuviera bien entraba dentro de las hipótesis de trabajo –si no, habría causado baja–, pero que su equipo tomara la iniciativa y se anticipase y que el ganador de los dos últimos Tours saliera tan fácil a la rueda de Pogacar en Bolonia no entraba en los cálculos.
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se ha subido el Galibier en el Tour, desde que se incluyó en el recorrido en 1911. Es el puerto de los Alpes más visitado, aunque lejos de los 84 pasos por el Tourmalet.
Este martes, el UAE debe decidir si ataca a fondo para comprobar fehacientemente el estado real de Vingegaard. Si está bien o por el contrario lo de los dos primeros días fueran movimientos en busca de ocultar la verdad, para causar dudas a su rival y evitar una ofensiva este martes en el Galibier, donde se vería perdido. Pogacar tendrá que decir si da por buenas sus actuaciones hasta el momento, interpreta que el danés está al cien por cien y opta por un replanteamiento más global a tres semanas vista o mantiene la idea de reventar el Tour el cuarto día.
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No faltan tampoco los expertos convencidos de que Vingegaard es el de siempre y que, por tanto, no se puede descartar que sea incluso el danés el que pueda buscar este martes el ataque. En los dos últimos Tours, ha sido superior en montaña, en líneas generales.
La etapa es la última con salida en Italia. Es corta, 140 kilómetros, y los primeros 82 en la ruta de la hazaña de Fausto Coppi en el Giro de 1949, en la etapa Cuneo-Pinerolo. En este caso, el recorrido es en sentido contrario, con salida en Pinerolo rumbo a Francia.
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Antes se subirán Sestriere y Montgenèvre, en cuya cima se cruzará la frontera. Solo habrán pasado cuatro etapas cuando la carrera llegue a Valloire, pero monsieur Galibier ya habrá dictado la primera sentencia de este Tour.
veces se ha subido el Galibier en el Tour, desde que se incluyó en el recorrido en 1911. Es el puerto de los Alpes más visitado, aunque lejos de los 84 pasos por el Tourmalet.
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