Urgente Retenciones por un accidente en la N-I en Tolosa, sentido Donostia
Roglic cruza la meta con las secuelas de la caídas visibles. AFP
11ª Etapa | Aurillac Villeneuve-Sur-Lot (187,3 kms.)

Roglic cae y el Tour se le va para siempre

El esloveno cede 2:27, mientras Girmay gana su tercera etapa y se confirma como el mejor sprinter del Tour

Jueves, 11 de julio 2024, 02:00

La víspera le indultaron los comisarios al darle el mismo tiempo que a Evenepoel porque su caída fue dentro de los tres últimos kilómetros, en una decisión controvertida en una etapa de montaña. Pero ayer no hubo salvación para Primoz Roglic (Bora). La maldición que ... no cesa, el esloveno volvió a irse al suelo y se despidió de cualquier esperanza de ganar el Tour. Llegó a meta a 2:27, cuando Biniam Girmay (Intermarché) celebraba su tercera victoria de etapa. En un sprint difícil, feo, el eritreo encontró el sitio y eso era lo más difícil, porque piernas le sobran.

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Al rato aparecía Roglic como alma en pena. Con la parte derecha del cuerpo magullada, cayó al sexto puesto de la general, a 4:42, por detrás de Almeida (UAE) y Carlos Rodríguez (Ineos). Era su último asalto a la mayor carrera del mundo, para el que dejó el equipo de su vida, el Visma, y se enroló en el Bora. A los 34 años era ahora o nunca. No será

El destino le negó su última oportunidad a doce kilómetros de la meta de Villeneuve-sur-Lot, cuando Harold Tejada (Astana) se fue al suelo al tocar una isleta. Barrió todo lo que estaba a su derecha, Roglic incluido. No fue su culpa, pero una vez más no salvó la caída. Se levantó, pero mal. No podía pedalear con fuerza. Su equipo le esperó para devolverle al pelotón o por lo menos minimizar pérdidas, pero no pudieron ponerse a tope porque su líder no respondía.

En realidad, este no era su Tour. El suyo fue el de 2020, que perdió de forma dramática la víspera de llegar a París ante Pogacar. Se le escapó y nunca ha vuelto a tener la opción real de ganarlo. El mazazo, que habría destrozado la carrera de cualquiera, no hundió a Roglic, que después de aquello ha ganado dos Vueltas a España, un Giro, dos Dauphinés, una Itzulia, una Tirreno-Adriático, el título olímpico contrarreloj, la Lieja-Bastogne-Lieja... Un palmarés impresionante. Un gran campeón.

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Su adiós a cualquier opción de ganar el Tour llegó por la vía que cabía esperar. Las caídas han marcado su carrera. Si un accidente tremendo en su etapa anterior como saltador de esquí de élite le condujo al ciclismo, sobre la bici nunca se pudo desprender de la tendencia a besar el suelo. Ha perdido carreras de gran prestigio que tenía ganadas por ese motivo, como un Dauphiné y una París-Niza. También se cayó y tuvo que abandonar en la Vuelta de 2022 cuando iba a comerse a Evenepoel, a la postre ganador. Lo mismo en el Tour de ese año...

Esta temporada abandonó la Itzulia tras verse implicado en la famosa caída de Krutzeta, pero ya se había ido al suelo con violencia el día anterior camino de Altsasu. No había pasado una semana y ya se entrenaba en el rodillo cubierto de vendas de los pies a la cabeza. Volvió a la carretera y ganó el Dauphiné. Ciclista tardío, es un gladiador. No es de los que frene antes de tiempo ni sienta miedo en las bajadas, pese a no ser el más técnico del pelotón.

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Naturalmente, no se va a rendir por esta caída. Tiene un año más de contrato y seguirá disputando y ganando las mejores carreras, pero no el Tour.

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