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El primer ciclista en ganar el Giro de Italia y el Tour de Francia el mismo año fue Fausto Coppi. Lo hizo en 1949 y ese año reservó el caviar para la carrera italiana, aquello de un 'uomo solo è al comando'... Para ganar en ... Francia con estilo esperó a 1952, año de su segundo y último doblete. Aquel Tour, como hará este hoy, paró en Montecarlo. «El mundillo que asistió a la salida de Mónaco no era gran cosa; ni millonarios, ni actores, ni siquiera los esnobs que se las daban de millonarios y actores«, contó Fossatti en La Gazzetta. Había maîtres y camareros. A la salida había acudido el pueblo monegasco. Y, sobre todo, en el despejadísimo cielo, había un sol enorme. A decir verdad, había también dos hermanas sudafricanas que ofrecieron a Coppi su barra de labios para que estampase su autógrafo sobre sus muslos».
Ese sol enorme será este domingo Tadej Pogacar (UAE), que saldrá de Mónaco para cerrar 34 kilómetros más adelante en Niza un doblete histórico Giro-Tour después de su quinta victoria en la actual ronda gala sobre Jonas Vingegaard. Solo hay doce precedentes, a cargo de ocho ciclistas. No se conseguía desde Marco Pantani en 1998, 26 años de espera que dan una pista de la dificultad del reto. Pogacar cruzó este sábado esa última frontera del ciclismo. Pero no hay que caer en el error de comparar su hazaña con la del italiano. Va mucho más allá, cualquier parangón hay que viajar a buscarlo con Eddy Merckx o, al menos, con Bernard Hinault. En el mejor de los casos, cuarenta años atrás.
Después de Coppi (1949 y 1952), el siguiente en lograr el doblete fue Jacques Anquetil (1964). Por un critero básico de elegancia, no se dignó a repetirlo. Un poco como Niza, que le ha hecho este año el favor al Tour de acoger la llegada. La ciudad tiene clase y por supuesto sabe hacerse de rogar. Niza solo ha recibido siete ediciones desde la posguerra. Desde 1981, dos, incluida esta. Hay que mantener las distancias.
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De eso, de la discreción, sabía poco Merckx, que ganó Giro y Tour en 1970, 1972 y 1974. Hinault, que no podía ser menos, dobló en 1982 y 1985, en su última victoria, con 30 años, la nariz rota tras aquella caída en Saint-Étienne y, como siempre, enfadado con el mundo. Stephen Roche lo logró en 1987 añadiendo pocas semanas después el Campeonato del Mundo, un triplete el mismo año del que solo había un precedente en la historia: Merckx en 1974. Pogacar podría ser el tercero si gana en Zúrich en septiembre.
Indurain logró dos veces el doblete, en 1992 y 1993, y se quedó sin el triplete en 1994, el año de la irrupción de Marco Pantani. El italiano lo lograría en 1998 y ahí estaba la marca. Ni Froome ni Contador habían podido repetir esa proeza, aunque el británico ganó cuatro Tours y el madrileño, las tres grandes vueltas.
En los últimos días, Pogacar ha evitado la comparación con Pantani. Con razón. Regateó con inteligencia la cuestión durante el Giro, pero al otro lado de los Alpes ya no necesita contemporizar. La figura del 'Pirata' solo es intocable en Italia.
Además de la controversia, no es posible encontrar dos ideas de ciclismo, dos filosofías de la vida, más opuestas. Pantani iba rápido para dejar atrás a sus demonios y terminar de sufrir antes; Pogacar corre para divertirse.
Aunque Eddy Merckx es Eddy Merckx y nunca habrá otro como él, la comparación es inevitable. El belga -que se revolvía como un tigre cada vez que se le preguntaba por el récord de etapas con Cavendish- había avalado hace tiempo a Pogacar como su sucesor: «Es como yo». La victoria de este sábado del maillot amarillo fue la de un 'Caníbal'. Cumplió su promesa de dejar la fuga y fueron otros equipos los que la echaron abajo, pero a falta de 150 metros, mano a mano con Pogacar, no dejó lugar a la duda. Ni política, ni sentimentalismo, ni demagogia. Podía haber permitido al danés cruzar la meta en primer lugar como reconocimiento a su alucinante aventura en este Tour, pero le pegó una arrancada brutal para ganar su quinta etapa.
Se anota su tercer Tour con 25 años (Merckx ya tenía 26). Si acaso, Pogacar también podría compararse con Bernard Hinault, otro depredador con todas las carreras del calendario en su palmarés. De Merckx no se sabe ni cuántas victorias logró -300, 400, 500... qué más da- y sus récords son inalcanzables. Dicen que un día llegó a esprintar bajo una pancarta del Partido Comunista, tal era su fijación por ganarlo todo. Es lo único que le faltaría a Pogacar. Y ser campeón del mundo.
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